El reino de Asturias surge a principios del siglo VIII. La presencia musulmana en el noroeste peninsular parece que fue bastante superficial. Un posible pacto inicial con los nuevos dominadores por parte de las élites de la zona se rompe, ante la intención de los musulmanes de subir los impuestos. El desacuerdo con el pago de dichos tributos es la causa de la revuelta que estalla en Asturias, liderada por Pelayo, un personaje histórico cuyo origen -astur o visigodo- no pone de acuerdo a los historiadores.
La revuelta culmina con el enfrentamiento en Covadonga (722) y, aunque la batalla tiene un resultado incierto, supone el abandono por parte de los musulmanes del territorio astur. El núcleo de poder cristiano establece su primera capital en Cangas de Onís.
A Pelayo le sucedió su hijo Favila, que solo reinó dos años porque murió en una cacería por las heridas que le provocó un oso. Durante los reinados de Alfonso I (marido de la hija de Pelayo) y Alfonso II el reino conoce una fuerte expansión hacia Galicia, Cantabria, País Vasco y zona norte de la meseta septentrional (cuenca del Duero).
A principios del siglo IX, Alfonso II consolida el reino de Asturias. Establece la corte en Oviedo (tras estar asentada durante unos años en Pravia). Durante su reinado se descubre la tumba del apóstol Santiago, lo que dará origen al camino de peregrinación. La actividad artesanal y comercial se desarrolla para atender las necesidades de la corte, en torno a la que hay un desarrollo artístico y cultural. Se construye la iglesia de Santuyano y se elabora la Cruz de los Ángeles.
A él se debe también la elaboración de la Cruz de la Victoria. A su muerte, en el 910, su sucesor trasladó la corte de Oviedo a León. Terminaba así el Reino de Asturias, que pasó a denominarse Reino de León o Asturleonés. La razón del cambio de capital fue que Oviedo quedaba ya muy lejos de la frontera sur del reino.
A Alfonso II le sucede en el 842 Ramiro I, que rechaza ataques de los vikingos y ordena la construcción de Santa María del Naranco (aula palatina) y San Miguel de Lillo (iglesia), en la ladera del monte Naranco. Su sucesor, Ordoño I, repuebla León, Astorga y Tuy. Ordena la construcción de la iglesia de Santa Cristina de Lena.
Su sucesor, Alfonso III, fija la frontera en el Duero y repuebla Toro (Zamora). Ordenó la construcción de la iglesia de San Salvador de Valdediós (Villaviciosa), junto a un palacio y allí se retiró al final de su largo reinado.
El rey de León Ramiro II venció al ejército de Abderramán III en la Batalla de Simancas (939). En los años siguientes, León ocupó la zona sur del valle del Duero, llevando la frontera hasta el Sistema Central.
En el este del territorio, que sufría ataques musulmanes, se levantaron castillos para su defensa, dando lugar al condado de Castilla.