Tras la conquista musulmana de la península -comenzada tras la Batalla de Guadalete en el 711- pronto surgieron núcleos de poder cristiano en las tierras del norte, en las zonas cantábrica y pirenaica.
Este fue el origen de los nuevos reinos cristianos que allí se fueron formando a lo largo de los siglos VIII y IX:
en la cordillera cantábrica se origina el Reino de Asturias, más tarde. transformado en reino astur-leonés
en la zona pirenaica se forma el reino de Navarra y los condados catalanes.
Los reinos cristianos coexistieron con los musulmanes durante 800 años.
Ambos espacios comerciaron e intercambiaron conocimientos pero también guerrearon frecuentemente entre ellos. Asimismo, entre los reinos cristianos se sucedieron periodos de paz y otros de guerras y saqueos.
Como cada reino buscaba su propio interés, las alianzas iban cambiando. Incluso cuando los reinos cristianos luchaban entre sí, se podían aliar con diferentes bandos musulmanes.