Achelense

Aproximadamente hace 1.8 millones de años se comienza a abandonar los soportes del Olduvayense y los grupos humanos comienzan a hacer soportes de gran formato, ya sea sobre lasca o canto. De ellos, debemos destacar el hendedor, el triedro y el que ha resultado el diseño más longevo de la Humanidad: el bifaz. Este tipo de piezas perduraron y fueron usadas por los humanos de todo el Viejo Mundo, durante al menos, un millón y medio de años.

El bifaz, junto a otras piezas de gran formato como los hendedores, que son grandes lascas con retoque lateral y siempre un filo bruto, los triedros y numerosos métodos de lascas conforman la “cultura” denominada Achelense que se extendió por África con yacimientos como Olorgesailie (Kenia) o FLK West en Olduvai (Tanzania), Asia como en Yunxian (China) y Europa como Ambrona o Gran Dolina (España), entre 1,8 y 0,3 millones de años, con diferencias cronológicas regionales

Los bifaces son piezas sobre lasca o canto talladas bifacialmente y de manera minuciosa por ambas caras generando un filo cortante a lo largo de su contorno. La morfología tiende a ser triangular con diferentes variantes que se realizaron de manera sistemática, de ahí que se hayan podido clasificar en numerosos tipos.

El esquema para realizar un bifaz, pero también el resto de piezas del Achelense requiere de un diseño mental complejo. Los pasos intermedios entre el soporte bruto y la pieza acabada son muchos más que durante el Olduvayense y, en el caso del bifaz, la talladora o tallador deben prestar atención a la simetría y al equilibrio bifacial (de las dos caras que conforman el filo de la pieza) y bilateral (de los lados en vista frontal). Se realizaba en dos fases: una primera de desbastado de la corteza y realización de la morfología general con percutor duro (piedra) y una segunda de acabado en el que se emplea el percutor blando (asta o hueso) para darle la morfología y simetrías finales.

Los bifaces eran unas herramientas multiusos con los que se podía cortar, raer, cavar, raspar, etc, como así se ha demostrado por el análisis de las huellas de uso de las piezas. Los hendedores, por su parte, servían para cortar y trocear carne o madera y podrían ir enmangados en algún caso.

Ninguna de las piezas características del Achelense tuvo una finalidad cinegética, pero Homo erectus, Homo ergaster u Homo heidelbergensis, los autores del Achelense, eran cazadores sobresalientes que usaban lanzas de madera endurecidas al fuego para cazar, como atestiguan los restos de las mismas halladas en Schöningen (Alemania).