Deporte en Grecia

Olimpiadas ...deporte en la antigua Grecia

Fidípides es la figura central de la historia que inspiró un acontecimiento deportivo moderno, el Maratón. Para anunciar la victoria de los Atenienses contra los persas, recorrió 39 kilómetros entre Maratón y Atenas. Cuando llegó a la ciudad pronunció la palabra NENIKÉKAMEN ("tenemos la victoria") y murió (seguramente a las heridas de guerra no a la distancia en sí).

DEPORTE Y JUEGOS

El deporte en la antigüedad no respondía al concepto actual que tenemos, de hecho era mucho más valioso y recogía un amplio espectro de valores, el culto al cuerpo era uno de ellos pero no el único, la preparación psicológica para la competición o el respeto a los dioses imprimían mayor ánimo al atleta y aportaba los requisitos que todo griego distinguía del hombre perfecto: καλòς καὶ ἀγαθóς (kalòs kaì agathós) o lo que es lo mismo "bello y bueno", esta misma premisa fue luego adoptada por los romanos en su mens sana in corpore sano pero en realidad el origen reside en el ideal griego de perfección.

Los Olímpicos no eran los únicos juegos panhelénicos que se celebraban, sólo era uno de los cuatro celebrados en distintas ciudades helenas, pero sí los más importantes debido a que estaban dedicados a Zeus Olímpico. No hay que olvidar que no es una celebración de carácter sólo deportivo sino también sagrado y que conseguir la meta es acercarse a lo divino.

Las otras tres póleis que celebraban competiciones deportivas eran:

- Delfos: Juegos Píticos, en honor de Apolo, que mató a la serpiente Pitón.

- Corinto (fundados por Sísifo; o por Teseo en honor de su padre Posidón),

llamados Ístmicos, y

- Nemea los Juegos Nemeos, fundados por Heracles para conmemorar su victoria sobre el león (aunque la tradición más antigua ddice que eran en honor del príncipe Arquemoro).

Si un vencedor de cualquiera de estas ciudades era importante, el vencedor absoluto de las cuatro sedes era convertido en héroe nacional , recibiendo el nombre de περιοδονικής (periodonikés), esto es "ganador del circuito".

Origen de los Olímpicos.

Según una leyenda citada por Píndaro, fue Heracles quien llamó "Juegos Olímpicos" a una serie de eventos deportivos en honor a su padre Zeus. Los primeros juegos Olímpicos de los que se tienen constancia escrita transcurren durante el año 776 a.C. fecha que se empleará para datar acontecimientos (al igual que los romanos tomaban la de la fundación de Roma o la del consulado anual).

Las pruebas olímpicas -celebradas cada cuatro años - son en un principio de carácter regional y únicamente se deja participar a ciudadanos griegos libres varones pues estas celebraciones están vetadas a las mujeres casadas. Los atletas son los que deben correr con el gasto de la estancia y el viaje o en su defecto la población a la que representan. Posteriormente los juegos fueron más flexibles y dejaron participar a los habitantes de las colonias griegas del Mediterráneo como es el caso de Sicilia haciendo con ello que la difusión de estos juegos fuera mayor y por lo tanto su popularidad. Su importancia en el mundo griego era tan grande que durante la celebración de los juegos (un mes después del solsticio de verano) se paralizaba cualquier enfrentamiento bélico.

Pruebas olímpicas

En origen la única prueba existente en los juegos Olímpicos era la prueba de carrera en el estadio de 192 metros en la que los atletas iban totalmente desnudos y donde no existía la separación de carriles como en la actualidad, aunque sí disponían de un sistema de salida con varas y cuerdas.

Posteriormente a esta prueba se añadieron el

-diaulo o carrera doble al estadio,

-el dólico de 7 a 20 (4.000 m) y

-el pentatlón o lo que es lo mismo, las cinco pruebas consistentes en:

. carrera (DROMOS);

. salto de longitud (HALMA) que es parecido a nuestro triple salto pero donde el atleta porta dos pesas en las manos para compensar el peso;

. lanzamiento de disco (muestra de este deporte lo encontramos en el discóbolo de Mirón);

. jabalina (AKONTISMO) y la

. lucha (PALE). Ésta última sólo se celebraba si había un empate entre dos contrincantes y donde el atleta ungido de aceite y arena debía derribar al oponente hasta en tres ocasiones cuando caía sobre su espalda tocando el suelo.

Los procesos de eliminatorios no eran como ahora, que vivimos obsesionados por batir marcas por la milésima. En Grecia decidía la suerte: sacaban piedrecitas de una vasija y quedaban emparejados los que sacaban la misma letra. Cuando el número era impar el afortunado que quedaba desparejado descansaba ese turno.

En el 688 a. C. fue incluido:

-el pugilato que es un sistema de lucha parecido a nuestro boxeo pero

bastante más agresivo, y más tarde

-las carreras de cuadrigas,

-el pancracio (o lucha libre), donde todo estaba permitido, menos morder

y atacar los ojos, boca o nariz del oponente.

-carreras con armas que eran atletas desnudos que portaban su casco y su

escudo.

Al vencedor de la prueba de atletismo se le otorgaba el honor de encender la llama sagrada, ceremonia que ha perdurado a lo largo de los siglos, pues hoy tal y como se hacía hace casi 3000 años seguimos encendiendo la llama olímpica en la ciudad de Olimpia siendo portada por diferentes atletas a lo largo del mundo.

Los ganadores recibían en origen como premio un caldero posado sobre un trípode recordando las marmitas que se usaban en los templos, y que de ahí deriva nuestra costumbre de entregar copas a los ganadores, pero en la Grecia clásica se optó por las coronas de laurel (Delfos), apio (Nemea), apio o pino (Corinto), olivo (Olimpia). El reconocimiento de los vencedores quedaban reflejados en vasijas o jarras a modo de recuerdo y que nos dan una idea de la importancia para los griegos de este tipo de espectáculos. Tras las pruebas los atletas eran atendidos con masajes y baños en las salas colindantes al estadio.

Los juegos Olímpicos duraron ininterrumpidamente hasta el 394 de nuestra era cuando el fanático emperador de origen hispano Teodosio los prohibió por ser celebraciones paganas y ordenó incendiar y derribar las columnas de los edificios. Después fueron sepultadas por los lodos de aluvión del potente río Alfeo. Las magníficas excavaciones alemanas, que construyeron un museo con las mismas dimensiones del antiguo templo de Zeus nos han permitido recuperar magníficos tesoros, como la estatua original del Hermes de Praxíteles, hallada en el mismo lugar que menciona Pausanias (V 17, 3): el templo de Hera.

El historiador y pedagogo francés Barón Pierre de Coubertin se propuso recuperar el espíritu olímpico y en 1896 se celebraron en Atenas las primeras olimpiadas modernas.

Juegos femeninos o Hereos

Si bien a la mujer griega se le instruyó en el ejercicio físico, su participación en los concursos públicos fue aislada. En Olimpia se celebraron cada cuatro años unas competiciones exclusivas para mujeres denominadas Juegos Hereos, de los que por cierto no disponemos de mucha información. La principal fuente aquí es como casi siempre Pausanias (V, 16,2-4). Estos juegos, que en época histórica estaban programados en honor a Hera, tienen un origen incierto que posiblemente tenga que ver con antiguos cultos de la fertilidad, pues a la vencedora se le entregaba una granada, símbolo de fertilidad y atributo de Hera.

Además de los Juegos Hereos, parece muy probable que las mujeres tuvieran acceso a participar en otras grandes festividades panhelénicas, Ístmicas,Píticas y Nemeas. Sin embargo en los Juegos Olímpicos no solo tuvieron prohibida la participación sino que además tenían prohibida la asistencia a los mismos bajo pena de muerte. Aunque pueda parecer una paradoja, una mujer podía resultar vencedora en las pruebas ecuestres en Olimpia. Y es que la prohibición no afectaba a las competidoras en estas modalidades, dado que el vencedor era el propietario de los caballos y no el jinete.

De todas las vencedoras, la más famosa fue Cinisca de Esparta, hija del rey Arquidamo y hermana de Agis y Agesilao, que obtuvo victorias en la 96 y 97 Olimpiadas (396 y 392 a.C.). Otras mujeres famosas por haber obtenido victorias olímpicas fueron Belistique de Macedonia, Eurileone de Esparta y las eleas Timareta, Teodota, etc.

Bibliografía

    • Briceño Jáuregui, M.; Los Juegos Olímpicos de la Antigüedad, Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1990.
    • García Romero, F.; Los juegos olímpicos y el deporte en Grecia, Ausa, Sabadell, 1992 .
    • Pausanias; Descripción de Grecia. Libros V y VI, Aguilar, Madrid, 1979 .
  • Teja, Ramón; Las Olimpiadas Griegas, Santillana, Madrid, 1997
    • Villalba y Varneda, P.; Olimpia, Origins dels Jocs Olimpics, Universitat de Barcelona, Barcelona, 1994.
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