(Templo dórico de Afaya en Egina, 490 a. C.)
(H. Schliemann y su mujer, Sophia,
con las joyas descubiertas en Troya)
(Sir Arthur Evans: izda: ante un vaso hallado en Cnosos; dcha: con su equipo en el palacio)
(maqueta del santuario de Delfos)
(Ágora de Atenas)
NACIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA COMO CIENCIA
Precedentes
El autor que más contribuyó a popularizar la naciente arqueología y que hizo de ella una auténtica ciencia fue Johan WINCKELMANN (1717-1768), considerado el padre de la historia del arte y de la arqueología clásica, con su Historia del arte en la Antigüedad.
El s. XIX es la época dorada de la Arqueología, aunque muchos de los trabajos que se hicieron fueron poco sistemáticos, realizados por aficionados y poco sistemáticos. A este modelo responde Heinrich SCHLIEMANN (1822-1890), comerciante millonario fascinado desde su infancia por los poemas de Homero. En contra de la mayoría de eruditos de su tiempo, creía que Troya había existido realmente; y, siguiendo las indicaciones del propio Homero, inició en 1870 junto a su mujer Sofía, las excavaciones en la colina de Hissarlik (noroeste de Turquía). Halló nueve ciudades sepultadas, unas encima de otras. En contra de su opinión, Hoy sabemos que la sexta es la que corresponde a la de la guerra cantada por Homero –el famoso tesoro de la Troya II con el que engalanó a su mujer es de unos 1000 años atrás-. También excavó en Micenas y descubrió las ciudades de Orcómenos y Tirinto.
El inglés sir Arthur EVANS (1851-1941) se centró en la isla de Creta, excavando en Cnosos. Allí descubrió lo que identificó como el palacio del mítico rey Minos, confirmando la existencia de una civilización anterior a la micénica en el Mediterráneo oriental. Entre sus descubrimientos: las tablillas de arcilla con varios tipos de escritura: una jeroglífica y otras dos a las que llamó lineal A y B. El último fue descifrado por M. Ventris con la ayuda de John Chadwick en 1953: resultó ser una adaptación del silabario cretense a una forma muy antigua de griego que se ha denominado micenio. Todo ello permitió a los historiadores adelantar el comienzo de la historia de Grecia muchos siglos antes del XI a. C. (invasión de los dorios) y confirmó que el trabajo de los arqueólogos debe ser completado por otro tipo de expertos como los filólogos; y que muchas veces una excavación en vez de resolver enigmas contribuye a crear otros.
A partir de 1930 el norteamericano Carl BLEGEN descubrió las ruinas de Pilos, ciudad homérica del anciano y sabio rey Néstor.
MÉTODOS DE TRABAJO
En la actualidad esta ciencia se sirve de muchas personas de diferentes ramas del saber: filólogos, epigrafistas, numismáticos, geólogos, informáticos, fotógrafos, etc. Un trabajo de excavación es una labor muy lenta y cuidadosa que se compone de varias etapas:
1. Investigación y documentación del lugar que se quiere excavar, buscando, por ejemplo, testimonios literarios antiguos que nos indique la
posible presencia de restos en un lugar elegido.
2. Prospección del yacimiento con ayuda de la geología, la cartografía, la fotografía aérea o análisis físico-químico del suelo.
3. Excavación propiamente dicha: el terreno se divide en cuadrículas y en sectores. Todos los objetos se limpian para poder identificarlos.
4. Clasificación y estudio de los restos hallados.
5. Publicación de los descubrimientos en revistas especializadas para su divulgación.
© Francisco Miguel del Rincón.