Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe. Valladolid. España
Juan Masiá Clavel, 18.07.09 @ 12:57:02. Archivado en Mística
A punto de acabar la estación lluviosa en Kobe: tonos malva y blancos empapados de kirisame/sirimiri (foto por gentileza del blog del P. Katayanagi). El Evangelio del Domingo, 19 de Julio, dice: "Venid vosotros solos aparte".
Ni los discípulos, ni el pueblo entienden a Jesús: ”Venid vosotros solos aparte”.
Me preguntan en la parroquia de qué hablaríamos hoy, a propósito de esta palabra. Alguien propone comentar sobre el descanso. En Japón se hacen demasiadas horas extraordinarias no pagadas, hay mucho estrés y faltan vacaciones y descanso.
Otra opinión sugiere hablar de oración.También Jesús se retira a orar en despoblado en Mc 1, 35.
Bien, lo del estrés hace falta decirlo en Japón y lo de la oración hace falta en todas partes. Pero el punto que hay que subrayar, según Marcos, es que Jesús necesita llamar "a los discípulos solos aparte” para corregirles las entendederas, para educarles y liberarles de su incomprensión.
Ni los discípulos ni las masas comprenden lo que pretende Jesús. El pueblo busca su propio interés y beneficio: que le curen y le den pan. Los discípulos querrían hacer a Jesús cabecilla de un levantamiento en el que ellos serían los ministros. Jesús pretende otra cosa.
Jesús quiere instaurar una nueva manera de relacionarse en confianza con Dios y una nueva manera de relaciones humanas de mutua confianza: Hacer ver que está empezando a llegar ese “Medio Divino” o “Reino de Dios”, pero que hay que hacer por construirlo. En el evangelio según Marcos llama la atención cómo Jesús rechaza todas las ideologías (de la religión establecida, de los discípulos, de las masas, de la derecha o de la izquierda).
Juan Masiá Clavel, 19.07.09 @ 17:00:03. Archivado en Mística
En agosto, descansar: vacaciones de mar o sierra, o retiro en un espacio verde de espiritualidad para encontrarse con y dejarse encontrar por el Misterio.
¿Ejercicios espirituales, con acompañamiento? Bien, si quien acompaña no habla demasiado y quien se ejercita no piensa, ni se cansa demasiado: ejercicios en reposo, corpóreo-espirituales. Re-aprender a respirar, a reposar, a callar y escuchar.
Reposar: receptividad para dejarse absorber por lo que trasciende, dejándose llevar por el viento que tensa las velas, pero sin ser arrastrado a la deriva por la corriente. Relajada, decía Teresa, pero no embobada; distendida, pero no aflojada.
Día primero: ante todo, una pausa de concentración y contemplación.
T. , enferma de cáncer, antes de ingresar en el sanatorio vino de visita. La cita era a las cuatro. Pasó media hora y no llegaba. Cosa rara en ella, siempre puntual. Se presentó con una hora de retraso y pidió excusas. Al salir de la estación y cruzar el parque, le impresionaron los cerezos en flor. Se sentó extasiada. Cuando se percató, había pasado más de una hora. "Llevo, decía, veinte años pasando a diario por aquí, camino de la empresa. Jamás me detuve". Veinte años a la carrera. En su empresa, a pesar de ser mujer, mandaba sobre muchos hombres y era reconocida su eficiencia y creatividad. Su agenda incluía mensualmente viajes al extranjero. Organizaba reuniones internacionales y conferenciaba en varios idiomas. "Pero nunca me detuve, decía, a disfrutar de este parque" Aquella tarde, la víspera de su ingreso en el hospital, sintiendo que se le iba la vida, empezó a descubrir de pronto que la estaba desperdiciando, mientras parecía aprovecharla hasta el minuto. "¿Adónde iba yo, decía, con tanta prisa?".
Su recuerdo, veintiún años después, sugiere la necesidad de la pausa corpóreo-espiritual para orar en forma de pregunta.
La persona creyente no se diferencia de la no creyente por haber visto a Dios. A Dios nadie le ha visto (Jn 1,18). La persona creyente no deja de preguntar por Dios a Jesús, cuyo Espíritu hace preguntar.
La persona creyente no es quien tiene los problemas resueltos, porque la fe no resuelve problemas, sólo ayuda a situarlos desde otra perspectiva, haciendo posible orar en forma de pregunta desde las incertidumbres.
La persona creyente no tiene un manual con soluciones a los enigmas de la vida, del universo o del mal. Tiene muchísimas más preguntas que dirigir al Dios de la esperanza.
La persona creyente, por Jesús, con Él y en Él sigue haciendo preguntas a Abba, oración interrogativa: "¿Por qué, Señor?" (Sal 74). Y se queda en silencio, con Jesús, ante el silencio de Dios.
(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)
Textos bíblicos para el día primero:
Estoy llamando a la puerta (Apoc 3, 14-22)
Voy a prepararos un lugar (Jn 14, 1-11)
Sal 116: Alma mía, recobra tu calma
Sal 13: ¿Hasta cuándo he de estar cavilando, con el corazón apenado todo el día?
Sal 6: Cura, Señor, mis huesos dislocados
Salmo 4: En paz me acuesto y enseguida me duermo, porque sólo Tú, Señor, me haces vivir tranquilo.
Mc 6, 31: Venid a descansar
Lc 8, 18: Mirad, pues, cómo escucháis
Lc 10, 41: Solamente una cosa es necesaria
Mt 11, 28-29: Acercáos a mí todos los que estáis rendidos y agobiados, que yo os daré respiro
1 Jn 5, 4: Sus mandamientos (encargos) no son una carga
Mt 6, 7: Al orar, no habléis mucho
1 Re 19, 12-14: No estaba el Señor en el fuego... Vino una brisa suave... Se escuchó una voz: Elías, ¿dónde estás?
Gen 3, 9: El Señor dijo a Adán: ¿dónde estás?
Sal 86: Alegra mi alma, orienta mi corazón, dame una señal
Sal 118: Muéstrame tus senderos
Sal 42: ¿Por qué te alborotas, alma mía?
Sal 142: En la mañana hazme escuchar tu gracia
Sal 62: Descansa en Dios, alma mía
Sal 5: Por la mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando
Sal 6: Tengo el alma en delirio. Tú, Señor, ¿hasta cuándo?
Sal 107: Espabílate, alma mía, despertaré a la aurora
Juan Masiá Clavel, 21.07.09 @ 03:21:10. Archivado en Mística
El arco iris, con su gama completa de colores (pluralidad), abarca en esta foto con sus 180 grados la ciudad entera (perspectiva), pasadas las lluvias. Para el segundo día de Ejercicios, el tema es PERSPECTIVA: punto de vista nuevo sobre la cotidianidad.
La visión de conjunto plantea preguntas sobre las coordenadas de la vida: ¿de dónde saco fuerza para vivir?, ¿en qué suelo arraigo?, ¿dónde estoy y hacia dónde miro?, ¿qué me sostiene?, ¿hay un centro absoluto que convierta en relativo todo lo periférico?...
La respuesta, desde la Buena Noticia de Jesús: "Yo nunca estoy solo", vivo asentándome en el misterio del Padre y Madre que lo envuelve todo (cf. Jn 8, 17). El salmo dice: "Me envuelves por delante y por detrás... si tomo las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, también allí descanso en la palma de tus manos" (Ps 139).
En la parábola budista, el mono saltarín reta al Buda: "de un salto me planto en tres cumbres lejanas, escribo mi nombre y regreso al instante". El Buda sonríe: "Haz la prueba, no irás muy lejos". Salta el mono de cumbre en cumbre firmando y regresa. Le recibe el Buda, mostrándole sus dedos: en sus yemas, la firma del mono; los picachos lejanos coincidían con los dedos del Buda. "Vayas donde vayas, estás en la palma de mis manos".
Ignacio junto al Cardoner, Buda bajo el tilo, y Pablo en su caída ¿tuvieron vivencias análogas?. De pronto, todo es distinto; todo es lo mismo, pero ha cambiado la persona; se capta el mundo de otro modo.
Malas traducciones de Mt 5, 48: "Sed perfectos como el Padre del cielo." Ese "como" significa: “No seáis perfectos como los perfeccionistas, sino como Dios, que llueve sobre buenos y malos." Decía un párvulo: "Si yo fuera Dios, sólo mandaba lluvia al campo de los buenos; los malos, que se... fastidien." Pero el Dios Padre y Madre del cielo llueve sobre justos y pecadores (Mt 5, 45).
Lucas quiso evitar el malentendido y reformuló: "Sed misericordiosos, como Dios es compasivo" (Lc 6, 36 ). En el original griego de Mateo, teleios, en vez "perfecto", sugiere amplitud de horizonte desde lo alto de la montaña, lo "consumado, imparcial e ilimitado".
Retraducimos: "Aspirad a amplitud de miras y anchura de corazón, a la perspectiva del Padre y Madre del cielo". Desde esa altura, las cosas no se ven como obstáculos, ni las personas como enemigas. Desaparecen ideas fijas, miedos y ataduras desproporcionadas: los budistas las llaman “deseos desorientados” e Ignacio "afecciones desordenadas" (Ejercicios, 21).
Textos bíblicos para el segundo día:
Mt 3, 3: Preparadle el camino al Señor
Rom 8, 15-17: Recibisteis un Espíritu que nos hace hijos y nos permite gritar: ¡Abba!¡Padre! Ese mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
Mt 5, 48: Sed perfectos (amplios de miras y anchos de corazón) como el Padre (no como los "perfeccionistas")
Jn 1, 50: Natanael, verás cosas mayores (¡Lo que te queda por ver, Natanael!)
Rom 14, 17: Si vivimos como si morimos, del Señor somos
Ef 1,3: Bendito sea el que nos bendijo en Cristo
Sal 4: Tú en el aprieto me diste holgura
Jn 4, 31-34: Mi alimento es hacer su voluntad
Mt 6, 7-13: Padre Nuestro, que estás en los cielos...,que estás en la vida.
(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)
Juan Masiá Clavel, 22.07.09 @ 01:33:48. Archivado en Mística
Maravilla del loto blanco, belleza florecida inesperadamente desde el fango, simultaneidad de flor y fruto. Dejarse aceptar gratuitamente por la fuerza que nos hace florecer, a la vez que asumimos la realidad del propio barro sin justificarla. El tema del tercer día es ACEPTACIÓN.Reconocer la sombra y responder al llamado de la luz, pero sin obsesionarse con las negatividad ni desperdiciar la gratitud. La gota de agua sucia, dijo el maestro, refleja la luna. Equivocación: creerse agua limpia. Mayor error: no percatarse de que la gota de agua sucia puede reflejar la luna.Al filtrar agua, hay quien se queda mirando la suciedad recogida en el filtro, en vez de beber la que sale limpia."La iluminación, dice la tradición budista, es como flor que brota inesperadamente a la vera del camino y nos sorprende cuando nos habíamos equivocado de sendero".
Somos peores de lo que creen otras personas cuando nos valoran y aprecian. Somos mejores de lo que creen quienes nos minusvaloran. Y, desde luego, somos mejores de lo que nosotros mismos creemos. Lo descubrimos cuando alguien se fía de nosotros. Soy mejor de lo que creo cuando me autocondeno. Soy peor de lo que me creo cuando me autojustifico. Lo mejor de mi yo soy yo tal cual me ve quien, al mirarme, me crea.
Si descubrimos una instancia absoluta que nos acepta sin condiciones, tocamos fondo en lo mejor del propio fondo, donde somos más que nosotros mismos.
Textos bíblicos para el día 3:
Sal 90: Enséñanos a contar nuestros años, para cultivar sabiduría de corazón
Sal 30: Desde lo hondo clamo a Ti...
Sal 73: Soy como un borriquillo delante de Ti
Rom 7, 15: Lo que realizo, no lo entiendo, pues lo que yo quiero, eso no lo ejecuto, y lo que detesto, eso lo hago.
Lc 7, 47: Mucho debe habérsele perdonado, a juzgar por lo mucho que agradece
Dt 4, 29: Al cabo de los años retornarás a mí
Os 11, 2: Cuanto más los llamaba, más se alejaban
Is 43, 1: No temas... Te he llamado por tu nombre
Sab 11, 26: Tú a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, que eres amigo de la vida
Sal 51, 14: Devuélveme la alegría de la salvación
Mt 11, 25: Sí Padre, así está bien
(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)
Juan Masiá Clavel, 22.07.09 @ 16:09:44. Archivado en Mística
Se hace camino al andar
Nada es como era antes
El encuentro, caminantes,
Os recrea identidad.
"El azar, decía el filósofo Paul Ricoeur, se convierte en destino mediante la repetición de una elección". Comenzó por coincidencia y maduró en paso definitivo, algo que acaba convirtiéndose en destino, a fuerza de reiterar a diario la opción. ENCUENTRO EN EL CAMINO es el tema del día cuarto.
Una pareja, en su aniversario, lo cuenta así: "Fue casualidad, coincidimos... " La oportunidad maduró en relación, se consolidó en compromiso. "¿Y así hasta hoy?". "Sí, a fuerza de volver a elegirnos cada día".
Alguien con opción de vida consagrada dice: "Todo empezó con el cambio de planes, las vacaciones en el monasterio". Pasó el tiempo (chronos), llegó el momento oportuno (kairós) y cuajó la decisión. "¿Y así hasta hoy, la misma y lo mismo?". "No, sino re-eligiendo diariamente el camino, aunque una no sea la misma, ni todo sea lo mismo".
Eran las cuatro de la tarde cuando preguntaron al Maestro: "¿Dónde vives?", y los invitó a parar en casa aquella noche? (Jn 1, 39). También para Ignacio de Loyola todo empezó por casualidades: bala perdida, pierna rota, convalecencia sin novelas de caballerías, sino solo vidas de santos. La oportunidad desembocó en momento oportuno, tras una elección.
Dos experiencias decisivas: un encuentro, que cambia la ruta, y una serie de extravíos, al caminar. Hay que discernir.
En Marcos, tras la invitación al descanso, la escena de los panes (Mc 6, 30-46); entre la gente, y después la incomprensión (M 8, 14-21). Tres temas centrales del encuentro con “lo de Jesús que nos mete en el lío del Reino, en el movimiento de las Redes”: llamamiento para 1) estar con El, 2) trabajar en su misión, 3) y compartir su destino.
"Dadles vosotros de comer" (Mc 6, 37), iniciad un movimiento de compartir y repartir, estilo de vida contrastante, incomprendida por quienes solo esperen aprovecharse del reparto de panes y por quienes quieran manipular a Jesús para ponerlo en cabeza de lista en sus elecciones.
“Los obligó Jesús a toda prisa a subir a la barca” (Mc 6,45 y Jn 6,15). Se dió cuenta de que querían hacerlo cabecilla y huyó al monte, solo e incomprendido.
Tras la iluminación, la vivencia se formula así: "Me he desengañado, mediante este encuentro decisivo que me cambia". Y tras el momento siguiente, humanamente inevitable, la vivencia se expresa así: "De nuevo me extravié".
La historia de la iglesia y de cada comunidad se bifurca en esta encrucijada. Ignacio la llamó "Dos banderas" (Ej. 136-148). ¿Qué camino elegimos? ¿Optamos por quedarnos sólo con los dos primeros puntos, "con El y para su obra", pero no "por su camino y a su estilo"? ¿Optamos por los tres puntos completos, sobre todo acentuando el tercero: su estilo que nos desconcierta, nos mete en más de un lío y nos escandaliza?
(Para ampliar detalles, ver: Respirar y caminar. Ejercicios espirituales en reposo, Desclée, Bilbao, 2001)
Textos bíblicos para el día 4:
Mt 11, 3: ¿Eres tú el que aguardamos o tiene que venir otro?
Mt 16, 15: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Jn 1, 14: La Palabra se hizo carne, acampó entre nosotros, contemplamos su gloria
Flp 1, 21: Para mí vivir es Cristo
Gal 2, 20: Vivo… no yo, Cristo vive en mí
Flp 2, 6-7: No se aferró a su categoría divina, se despojó de su rango
Heb 4, 15: Probado en todo igual que nosotros, excluido el pecado
Gal 4, 4-7: Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer… envió a vuestro interior el Espíritu de su Hijo, que grita: ¡Abba!¡Padre!
Jn 14, 5-7: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida
Juan Masiá Clavel, 23.07.09 @ 23:41:01. Archivado en Mística
La foto está tomada por el P. Katayanagi, SJ, que cuenta en su blog cómo debe su vocación de jesuita a la Madre Teresa de Calcuta. Ella, con sus crisis de fe, es buen acompañante para el quinto día de Ejercicios, cuyo tema es EXTRAVÍOS.
Oscuridades, inquietudes, angustias, duda. ¿Quién y cómo es Jesús, quiénes y cómo somos nosotros? Iluminación y desorientación, consolación y desolación, mociones de buen espíritu y colas serpentinas de mal espíritu: cara y cruz de la fe. Autoengaños y extravíos, mal y tinieblas siempre a mano. Conduce el Espíritu y tienta el mal. ¿Es Abba quien es, es Abba El Que Es, y por eso nos quiere?
Uno quisiera ser libre, pero se esclaviza. "La verdad os hará libres". Verdad se dice Makoto, nombre de persona. "Makoto os liberará".
Momentos de desierto y de Tabor, en la persona, en el grupo, en la cultura y en la época. Cada cuál se hace "imágenes de Cristo", con sus idolatrías. Lo peor, cuando una época, persona, grupo, iglesia o teología se arroga certificar una imagen de Cristo, monopolizándola.
En el prendimiento, menciona Marcos a un joven envuelto en una sábana: "intentaron atraparle, soltó la sábana y huyó desnudo" (Mc 14, 52). Sugerente simbolismo del despojo y desnudez. Los orientales dirían: "Si te encuentras al Buda, mátalo". Para que resucite la fe, hay que pasar por la muerte de sus falsas imágenes.
"¿Quién soy yo?" Responde el espíritu de Jesús y da identidad. Responde el mal espíritu y aliena. La vida, cadena de altibajos entre ser uno mismo y alienarse extraviado, iluminación y autoengaño: luz y tinieblas. Para encontrarse, hay que olvidarse, salir de sí para volverse a encontrar y recuperarse (Ejercicios, 189).
"Tú conoces mis entradas y salidas" (Sal 139). Subidas y bajadas, entusiasmos y depresiones... La paz es como la salud. Se confunde la paz con el fin de la guerra y la salud con la ausencia de enfermedad. Paz y salud son afines: se pierde la salud por exceso de medicinas, se pierde la paz por demasiados calmantes. Paz más profunda y salud más plena son hermanas gemelas, moran juntas: armonía consigo mismo, con las otras personas, con la naturaleza, con la Vida.
Textos bíblicos para el día quinto:
Sal 30: Al atardecer nos visita el llanto, por la mañana el júbilo
Sal 126: Quienes siembran entre lágrimas, cosechan con alegría
Sal 139: Tú conoces mis entradas y salidas
Mt 4,1: Fue conducido Jesús al desierto por el Espíritu, para ser tentado.
Lc 6, 22: Dichosos vosotros cuando os odien y os expulsen y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa de este Hombre
Lc 6, 26: ¡Ay de vosotros, cuando a todos les caigáis bien!
Is 42: Mirad a mi siervo
Jn 24,18: Otro te ceñirá
2 Co 12, 10: Cuando soy débil, entonces soy fuerte
Dt 30, 15-20: Escoge lo que da vida
Juan Masiá Clavel, 24.07.09 @ 23:48:44. Archivado en Mística
PASCUA: LUNA LLENA Y CEREZO EN FLOR
LA FOTO, DEL BLOG DEL P. KATAYANAGI, ESTÁ TOMADA EL JUEVES SANTO DE 2009, A LA SALIDA DE LA CENA DEL SEÑOR EN LA PARROQUIA JESUITA DE KOBE, JAPÓN. COINCIDIÓ ESTE AÑO LA PLENA FLORACIÓN DEL CEREZO CON LA PASCUA. LOS PRIMEROS BOTONES SE INICIABAN A FIN DE AÑO, SE CUBRIERON DE NIEVE EL 31 DE DICIEMBRE, SE ABRIERON EN PRIMAVERA Y ALCANZARON EL CLIMAX EL MISMO JUEVES SANTO. PASCUA ES ÉXODO Y RESURRECCIÓN ES PASO DE MUERTE A VIDA.
"La divinidad se esconde", dice Ignacio (Ejercicios, 196): silencio de Dios y de Cristo en cruz; silencio sereno de sepulcro y de alba de resurrección. Orar preguntando, sin palabras, que cale hondo el silencio de Dios. "Desde lo profundo..." (Sal 30): desde lo hondo del no saber, no entender, no poder y no sentir. "Os conviene que yo me vaya" (Jn 16,7). "Lo que ocurre lo entenderéis después" (cf. Jn 16, 12-13). "Otro te ceñirá"(Jn 21,18). Orar así, desde el enigma de las "pasividades que depuran" (Teilhard de Chardin).
"Jesús callaba" (Mc 15,5). La gloria coincide con el éxodo de la crucifixión. ¿Nacer es morir y morir es nacer? Cuando Jesús decía que la enfermedad de Lázaro no era de muerte, o que la hija de Jairo estaba dormida, o que no había que llorar por el hijo de la viuda de Naím, o que Nicodemo debía renacer, la gente no entendía. Cuando el budista Dogen decía que la vida y la muerte son aconteceres en el anverso y reverso de la "Vida", tampoco le entendían. Mel Gibson, con el dolorismo sadomasoquista de su película, tampoco lo entendió.
Hay algo más profundo que el dolor físico en la pasión de Jesús: los evangelios nos lo muestran humanamente fracasado, juzgado y abandonado. En esa soledad, experimenta la máxima tentación, la de bajarse de la cruz. Sin embargo, no hace un milagro espectacular, ni se baja de la cruz para demostrar quién es.
Ante esta escena de la muerte de Jesús, se ven bajo una nueva luz los temas de los días tercero, cuarto y quinto: la necesidad de desengañarse de nuestro lado oscuro, de salir de sí; el enigma del mal y el misterio del amor que lo trasciende; la dura realidad de la muerte del inocente, que no debería morir; la ausencia de respuestas claras y de soluciones fáciles; lo superficial de esas racionalizaciones que tratan de explicar cómo o por qué Dios permite que ocurra lo que ocurre.
La contemplación de la pasión de Jesús conduce por el camino de un "sano envejecer" que rejuvenece, como a la Madre Teresa, a través de "noches oscuras". Paradójicamente, se puede descansar en estas meditaciones. Puede animar la Pasión para superar la tentación de la última soledad. Jesús "descendió a los infiernos", es decir, a la soledad del morir humano. Pero dice: "no estoy solo, Abba está conmigo" (Jn 8, 29).
Cristo no nos salva por la cruz, sino a pesar de ella. Podía decir Ignacio: "Pasión de Cristo, confórtanos".
Textos bíblicos para el día sexto:
Lc 9, 29-32: Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió... Aparecieron Moisés y Elías, conversando con él sobre su éxodo...
Jn 11,4: Esta enfermedad no es de muerte sino para gloria de Dios. v.25: Soy la resurrección y la vida.
Jn 13,33: A donde voy no podéis venir
Jn 14,1 y 14,27: No os desaniméis.
Lc 22, 42: Padre, si es posible, pase de mí este cáliz...
Lc 22, 45: Levantándose (poniéndose en pie, resucitado) de la oración, fue adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos...
Rom 8, 8-11: Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de la muerte habita en vosotros, el mismo que resucitó al Mesías dará vida también a vuestro ser mortal, por medio de ese Espíritu suyo que habita en vosotros
Jn 11, 1-45: Yo soy la resurrección y la vida. El que tiene fe en mí, aunque muera vivirá; y todo el que vive y tiene fe en mí, no morirá nunca.
Jn 12, 24: El grano de trigo muriendo da fruto
Flp 3, 21: Reproduciendo en nosotros el esplendor de su rostro, con esa energía que le permite incluso someterse el universo
Jn 16, 7: Os conviene que yo me marche…
Juan Masiá Clavel, 26.07.09 @ 14:52:09. Archivado en Mística
“Callad, florecillas, ya sé lo que decís”. Así comentaba Ignacio de Loyola, mientras contemplaba el paisaje para dejarse alcanzar por el amor.
“Mira los lirios del campo”, decía Jesús, sintonizando con María de Magdala y Juan (que tenían ojos cordiales para ver el fondo de la realidad). “Mirad los pájaros del cielo”, repetía el maestro para convencer a Pedro y Tomás (que tenían solamente ojos materiales y carnales, a ratos un tanto curiales, para ver sin dejarse mirar).
PRESENCIA es el tema del día séptimo. Presencia, pero elusiva. Elusiva, pero presencia...
Entrar en el mundo de la resurrección es expandirse a todo, identificándose con quien lo llena todo. ¿La Nada o el Vacío orientales? Pero no vaciedad ni vanidad, sino, como decía Unamuno, "plenitud de plenitudes y todo plenitud". "Plenitud total" (Col 1,19) del Misterio en Cristo, por quien logramos plenitud (cf. Jn 1, 16-17).
Para Juan la vida eterna empieza en el presente. Según Pablo, ya hemos resucitado con Cristo. Teología y predicaciones estrechan la resurrección cuando la reducen a mero acontecimiento pasado o promesa del futuro. Juan y Pablo la captan como realidad presente: todo es parte del Cuerpo Glorioso. Sin temores ni miedos, hacemos lo que podemos por ayudar a que se configure en nuevas formas de relaciones humanas, comunidades liberadas y liberadoras.
Nos lo dijo un monje japonés cuando guié a Pedro Miguel Lamet por Nara. "Mi Buda está dentro de mí y de ti. Tu Cristo está dentro de ti y también de mí. Tú hazte Cristo, ya que eres cristiano, requetehazte del todo lo que ya eres".
"Suéltame, que aún no estoy arriba, con Abba" (Jn 20,17). Por querer retenerle, lo perdemos, como perdemos a las personas al retener el punto de vista egocéntrico. María debe dejar que Jesús se pierda en Abba y lo tendrá más cerca, perdida ella misma en el seno de Abba.
Querer retenerle es usarle para que resuelva problemas. La auténtica religión no resuelve problemas, sino ayuda a situarlos y a vivir con esperanza y sentido aunque no se resuelvan.
Cuando nos aferramos al "Cristo reducido" y a nuestro "yo estrecho", el presunto encuentro entre Cristo y yo no es más que un encuentro de mi yo consigo mismo. Cuando no le retengo ahí a Jesús y salgo de mi "yo estrecho", le encuentro y me encuentro a mí mismo asentado en Abba.
Jesús invita a mirar lirios y aves, deteniéndose en el presente. Sin escaparse al pasado ni al mañana y sin estropearlo con explicaciones teóricas ni aplicaciones prácticas: ver flores y pájaros sin verlos, haciéndose uno con ellos sin distancias, sin apoderarse de ellos. No se acentúa el yo del que ve. Más bien "se dejan ver" las cosas y personas, se manifiestan como epifanías de la vida.
Resulta irónico el texto del Cantar, como si reflejase nuestras contradicciones e incoherencias: "abro, y mi amado se ha marchado ya" (Cantar 5,6; cf.5,2-9). Como María, confundimos a Jesús con el hortelano: "Si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto, que yo lo recogeré" (Jn 20,15).
Textos bíblicos para el día séptimo
Ez 37, 12-14: Yo mismo abriré vuestros sepulcros... os infundiré mi Espíritu y viviréis...
Mt 28, 5-7: No temáis... No está aquí... Se ha levantado de la muerte... Y eso es todo
1 Jn 3, 2: Somos ya desde ahora hijos de Dios
Jn 11, 1-45: Yo soy la resurrección y la vida. El que tiene fe en mí, aunque muera vivirá; y todo el que vive y tiene fe en mí, no morirá nunca
Ef 4, 10: Subió a los cielos para llenarlo todo
Plp 3, 21: Transformará nuestro cuerpo
Ef 4,13: Creceremos hasta la estatura de Cristo
2 Co 5,17: Nos hará criaturas nuevas y re-creadas
2 Co 3,18: Nos transformaremos
Col 1,15-20: Todo en todo
1 Co 13, 12: Entonces conoceré como soy conocido
Jn 14, 20: De la vida que yo tengo viviréis también vosotros
Juan Masiá Clavel, 27.07.09 @ 00:40:19. Archivado en Mística
Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación, decía Isaías (12, 3). Agua de sentido en las fuentes de la cotidianidad. Es desperdicio calmar la sed con agua embotellada por un euro o cien yenes en la máquina vendedora automática. Redescubrimos el tesoro del sentido del agua lavándonos la cara en el arroyo y bebiéndola en el cuenco de la mano. Tema del día 8: COTIDIANIDAD.
Desfilaban turistas ante el Buda de Nara. En la penumbra, una anciana junta sus manos en plegaria muda. La serenidad del Buda contrastaba con el ajetreo del hormiguero humano.
El monje-guía comenta: "Cuando entré en el monasterio, me gustaba contemplar la serenidad de estas estatuas. Un día me dijo el maestro: "No entenderás la compasión honda del rostro de Buda si no te identificas en la vida cotidiana con el rostro doliente de una persona abandonada. He tardado años en comprenderlo".
Aquel día, antes de visitar Nara, habíamos hecho escala en el barrio marginado de Kamagasaki. La frase lacónica del monje superpuso ambas imágenes. La madre Teresa hablaba de dos encuentros diarios con Cristo: en el momento contemplativo y en el cuidado cotidiano del prójimo necesitado.
Jesús, al hablar del Reino (Mt 13, 11), insistía en lo cercano. En rincones de cotidianidad se palpa el Todo. Sumergiéndose en el momento presente, bebiendo agua en el cuenco de la mano, se descubre la puerta: ¡Yo soy la puerta!, por donde entrar y salir al Todo (Jn 10, 8). Pero no se logra a fuerza de razonar, así no añadimos un codo a nuestra estatura, sino palpando y oliendo los lirios del campo (Mt 6, 28).
Descubrir Presencia en cotidianidad no es como imaginarla virtuosamente. Lo que creíamos era fe impedía, por miedo a perderla matando al Cristo/al Buda, percatarnos de lo hondo de "estar en Él".
Lo abstracto y lo concreto se identifican, dicen en el Zen, en la gota de rocío sobre el pétalo, el mosquito, al rascarse el grano en la nariz o tender la ropa a secar. Para hacer este descubrimiento en medio de lo cotidiano, hay que concentrarse en el presente: penetrar en la nada/plenitud de todo. Estás en lo que estás, te dejas absorber y, desde ahí, irradiar a todo.
Textos bíblicos para el día octavo
1 Jn 1, 2-4: Os anunciamos la Vida
Rom 8, 39: Nada nos separará del amor de Dios
Gal 5, 1: Para que seamos libres, nos liberó Cristo
Lc 24, 35: Contaron lo ocurrido por el camino y cómo le habían reconocido al partir el pan
Gal 3, 28: Ya no hay más judío ni griego, siervo ni libre, varón ni hembra, dado que vosotros hacéis todos uno con Cristo Jesús
Col 1, 29: Sostenido por su fuerza, que despliega en mí su eficacia
Ef 5, 20: Dad gracias por todo sin cesar
Lc 17,20-21: "El Reino no viene de modo que se le vea"
Rom 14, 8: "Vivimos y morimos para el Señor”
Gal 2,20: "Vive Cristo en mí"
Para concluir, textos apropiados al último de los ocho días son los de la Ascensión:
Cinco maneras de expresar el simbolismo de la Ascensión:
1) Subir al cielo (Lc 24, 51): lenguaje apocalíptico de victoria. Sirve en momentos difíciles a comunidades perseguidas, mártires que "resucitan en el pueblo".
2) Vendrá desde allí de nuevo (Hch 1, 11). Lenguaje escatológico: consumación en otro espacio y tiempo. Ambivalente, como esperanza o con peligro de evasión.
3) Se separa de nosotros, pero estamos alegres (véase Lc 24, 51-52). Lenguaje profético-sapiencial; no se ve, se escucha en lo cotidiano; retorno al lugar de donde veníamos, para encontrar el secreto de la vida.
4) Envía testigos hasta el fin del mundo (Mt 28,19-20; Lc 24, 48-49 y Hch 1, 8). Envío: "Id por todo el mundo… Estoy con vosotros todos los días" (Mt 28, 19-20)
5) No os quedéis embobados mirando hacia arriba. Recibiréis su Espíritu dentro de vosotros (ver Hch 1,11 y 1, 8 y Lc 24,49). Lenguaje místico, que se hace "cósmico" al interpretar “subió” como camino "para llenarlo todo" (Ef 4, 10). No esperar que venga volando por los aires; sino vivificando desde dentro a la comunidad y al mundo.
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Orar y cantar con Taizé
«Vigilia de la Luz Pascual»
&
12 de Septiembre de 2009
Música: sí / no