Fácil cultivo, pero como toda Opuntia, atrae muchas plagas.
Cuando se llena de flores amarillas, es un espectáculo ya que estas aparecen en los bordes.
Depredadas por brujos y curanderos en el norte del Perú por sus toxinas alucinógenas. En Lima logré que un esqueje llegue a florecer pero advertí que algunas de sus flores se quemaban (se ponían oscuras) antes de lograr abrir.
Sus flores abren de noche y no tienen perfume.