Fecha de publicación: Dec 08, 2010 6:40:8 AM
Resumen:
Muchos factores se conjugan -dentro de los diferentes planos que han establecido distintos grupos e instituciones, nacionales o internacionales- para medir el grado de desarrollo de las naciones del mundo. Entre las que más destacan tiene que ver con lo económico-financiero, cultural-educativo, servicios-seguridad, político-social y todas las derivaciones que esto conlleva.
Recientemente hemos visto como los factores relacionados con tecnología también ocupan un importante rol, dentro de los patrones de comparación, que permite identificar y definir el posicionamiento de los países dentro del “ranking” del desarrollo, entendido así que esta es una manera de –ocasionalmente- presumir cuan distante se puede encontrar unos países de otros.
La tecnología ha acompañado al ser humano desde el instante en que este pudo sistematizar y organizar algunas tareas que le permitiesen extender su existencia y tener mayor control sobre su entorno. Este principio ha sido útil al momento de prepararse para enfrentar los rigores de la naturaleza, superar problemas de salud en la población, elevar la calidad de vida y mejorar sustancialmente el uso de las tierras de cultivo, acelerar los tiempos de entrega y transporte tanto de bienes como de servicios, entender el comportamiento del globo terráqueo y su contextualización en el universo, entre muchos.
La presencia de incontables investigaciones en los diversos campos de la ciencia y la interacción entre estas, nos ha colocado en un lugar privilegiado en cuanto al aprendizaje de nuevas tendencias analíticas y sobre todo en la inventiva y la utilización de recientes herramientas tecnológicas. La curva del desarrollo de nuevas soluciones se muestra ambiciosa y entusiasta, y como resultado de ello podemos citar el simple caso de la Ley de Moore, la cual ha probado como cada dos años se ha logrado duplicar la capacidad de incorporar transistores en una unidad de circuito integrado.
Sin embargo, la misma tecnología que nos ayuda a elevar nuestro espíritu humano, también oscurece su legado a nombre del desarrollo. Justamente, el tema que nos llama la atención en el presente trabajo, tiene que ver con el uso de la tecnología como instrumento de enajenación y sumisión de pueblos.
Irónicamente la tecnología que ha permitido simplificar procesos y acercar mucho más a la raza humana, es capaz de poner en riesgo a estados, penetrar y filtrar información vital sobre regiones, poner en duda investigaciones y trabajos de campo que no cumplan con estándares preestablecidos, limitar la producción de medicamento y productos de consumo masivo, negar el uso de estas tecnologías para el aprovechamiento del bien común -cuando así sea requerido- usando como chantaje principios de licenciamiento, certificaciones, permisologías y acuerdos entre quienes dominan el monopolio de estos bienes, implementados por quienes dominan estas técnicas y estas ciencias. Las mismas ciencias y técnicas que se financian con las materias primas de países en desarrollo. Interesante círculo vicioso que solo permite a estos países dependientes a ser solo usuarios y no necesariamente creadores.
En función de lo anteriormente expuesto, nos vemos inclinados a disertar sobre las amenazas que nos pende a quienes debemos hacer uso de las tecnologías y asistir al conocimiento, que de estas son consecuencia, para poder entender los peligros que implican el acceso a dichas tecnologías sin tener la seguridad de que las mismas obstruyen y entorpecen el desarrollo de las naciones en crecimiento, caso especial Venezuela.
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Participación como ponente en el evento organizado por Pennsylvania Statewide Latino Coalition –PSLC-, del 30 de Octubre al 1 de Noviembre del 2008, Filadelfia. Conferencia anual l"United to Defend our Future”.