Domingo, 4/26/2020

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SED SANTO PORQUE YO SOY SANTO

En nuestra lección anterior, abordamos el tema de la Santidad de Dios. En la lección de hoy, veremos el mandamiento de que nosotros, como hijos de Dios, seamos santos. Dios, el Santo de Israel, siempre ha requerido la santidad. Cuando dio la ley, instruyó a Moisés que le dijera a su pueblo: "Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios." (Levítico 19:2). El Apóstol Pedro, repitiendo la escritura en Levítico 19:1-2, también dijo: "... Sed santo porque yo soy Santo." (1 Pedro 1:16).

¿Es Posible Ser Santo, Ya Que Solo Dios Es Santo?

Respuesta: La santidad no es solo una posibilidad para el cristiano; la santidad es un requisito, como ya lo mencioné al comienzo de esta lección, Dios exige: "... Sed santo porque yo soy santo." (1 Pedro 1:16).

La diferencia entre Dios y nosotros es que Él es inherentemente santo, mientras que nosotros, solo llegamos a ser santos (santificados) a través de Jesucristo. La santificación (ser santificado) ante Dios, tiene lugar en el momento en que somos salvos. Pablo dijo: “Y esto erais algunos; más ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” (1 Corintios 6:11). Pablo declara que ser lavados de nuestros pecados, ser santificados y ser justificados son cosas que suceden al mismo tiempo. Todas estas tres frases se refieren al momento en que una persona es salva. Y esta santificación (salvación) se basa exclusivamente en el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. “8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.” (Efesios 2: 8-9). Por lo tanto, ser "santificado" es ser "salvo".

¿Qué Significa Ser Santo?

Ser "santos" o "santificados" significa que, en primer lugar, fuimos “APARTADOS para un uso honorable y especial.” Mientras que nosotros fuimos “…insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos. . . Dios nuestro Salvador,. . . nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.” (Tito 3:3-5).

El Señor tomó la iniciativa de sacarnos de nuestros estilos de vida anteriores. Él nos salvó, nos limpió y NOS APARTÓ (nos hizo santos) para justicia. SI HEMOS CREÍDO EN CRISTO PARA SALVACIÓN, hemos sido lavados por la regeneración del Espíritu Santo y APARTADOS del mundo para Dios. La creencia requiere el arrepentimiento de los pecados (Hechos 2:38) y el bautismo en agua (Hechos 22:16). Si hemos sido salvos, entonces hemos sido hechos SANTOS o APARTADOS para el servicio a Dios a través de Jesucristo, Su Hijo amado.

¿Es Nuestra Santidad Como La Santidad De Dios?

La santidad de Dios es un atributo; nuestra santidad es atribuida solo a través de Jesucristo, como lo hemos mencionado anteriormente, pero creo que es un punto importante que vale la pena repetir. Nuestro Dios es absolutamente Santo y perfecto, y nosotros nunca podemos alcanzar ese nivel aquí en la tierra. Ahora, ¿qué quiere decir que debemos ser santos como Él es santo? Bueno, Dios es una personalidad completa, maravillosa. Ahora, usted y yo somos sencillamente seres humanos, pero podemos crecer completamente, y alcanzar madurez espiritual. Como hemos dicho en ocasiones anteriores, es muy tierno y dulce el ser un bebé en una cunita y lucir muy hermoso. Pero si pasan 18 años y ese bebé todavía está en la cuna, entonces, hay algo que muy mal. Esa persona tendría que ser ya un joven de 18 años, con capacidades de acuerdo con su edad, y espiritualmente hablando, usted y yo tenemos que crecer de la misma manera. Ahora, ¿qué es lo que puede producir ese crecimiento? La Palabra de Dios es la única que puede producir este resultado. Esa es la razón por la cual es imperativo que busquemos la Palabra de Dios a diario.

Una Vez Que Hemos Sido Hechos Santos, Debemos Buscar La Santidad

La búsqueda de la santidad no termina cuando venimos a Cristo. De hecho, ¡simplemente comienza! Hay una santidad posicional que heredamos con la salvación y una santidad práctica que debemos buscar activamente.

Dios espera que cultivemos un estilo de vida de santidad (1 Pedro 1:14-16) y nos ordena que “… limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios..” (2 Corintios 7:1). Llevar la santidad a la "perfección" significa que deberíamos aumentar cada día la productividad espiritual. Debemos considerarnos "muertos al pecado ... pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro." (Romanos 6:11), reusando volver a nuestros estilos de vida pasados. De esta manera, nos “limpiamos” [a nosotros mismos] de lo que es deshonroso, “Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.” (2 Timoteo 2:21). La santidad es la marca de todo verdadero cristiano (1 Juan 3: 9-10).

Se nos dice: "... 12 …ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." (Filipenses 2:12-13). En este versículo, vemos cooperación entre Dios y Sus hijos en la santificación. "nos ocupamos en" lo que Dios “produce” en nosotros a través de su Palabra y el Espíritu Santo, porque Dios tiene Su tiempo para las virtudes que desea cultivar en nuestras vidas. Nuestra responsabilidad es rendirnos a sus deseos, “esforzarnos” con enfoque y con gran cuidado en las cosas que Él está haciendo crecer en nosotros. La santidad no será completada en nuestras vidas sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Somos invitados a participar en la obra de Dios en nosotros.

Quizás, esta es la lección más importante que podemos aprender como cristianos. El mayor deseo de Dios para su pueblo es que seamos santos, conformados a la imagen de su Hijo, Jesucristo. “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:29); y "3 pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;" 1 Tesalonicenses 4:3-4). La santidad es la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Por supuesto, la carne es débil (Marcos 14:38). Ninguno de nosotros alcanzará la perfección sin pecado en este mundo, pero Dios ha hecho provisión para nuestro pecado. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9). Nuestra búsqueda de la santidad en este mundo incluye la confesión diaria y el alejamiento del pecado (leer Hebreos 12:1-3).

Obtener La Santidad Posicional Y Permanecer En La Santidad Práctica Requiere Rendirse Al Espíritu Santo

Dios nos ayuda en nuestra debilidad al darnos su Espíritu Santo que nos revela la mente de Cristo y nos permite llevar a cabo su voluntad (1 Corintios 2: 14-16; Filipenses 2:13). Cuando accedemos al Espíritu, nos convertimos en cristianos fructíferos, produciendo una cosecha con la cual Dios está complacido (Gálatas 5:22-23). Por otro lado, cuando reprimimos la obra del Espíritu Santo al rebelarnos contra Su voluntad, sofocamos el diseño de Dios, arruinamos nuestro propio crecimiento espiritual y afligimos al Espíritu Santo (Efesios 4:30).

Si Dios fue lo suficientemente piadoso como para redimirnos del pecado y la muerte y darnos una nueva vida en Cristo, lo menos que podemos hacer es ofrecer nuestras vidas a Él en completa rendición y santidad, lo cual es para nuestro beneficio (Deuteronomio 10:13). Debido a las misericordias y la gracia de Dios, debemos presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, "…santo y agradables a Dios" (Romanos 12:1). Un día, en el cielo, seremos libres del pecado y de todos sus efectos. Hasta entonces, “1…corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” (Hebreos 12:1-2).

Una vez que hemos sido santificados por Dios, debemos aumentar la santidad práctica a medida que maduramos espiritualmente. Como hemos visto claramente, el Nuevo Testamento enfatiza la búsqueda de la santidad en este mundo y el logro final de la santidad en el mundo venidero. Tal es la promesa de nuestro Santo Dios y Salvador.

Sin La Santidad, Nadie Verá Al Señor

En resumen, es importante entender que, sin santidad, nadie morará en la presencia de Dios. “Seguid la paz con todos, y la SANTIDAD, sin la cual nadie verá al Señor.” (Hebreos 12:14).

English

BE HOLY FOR I AM HOLY

In our previous lesson, we addressed God’s Holiness. In this lesson, we will look at the command that we, as children of God, be holy. God, the Holy One of Israel, has always required holiness. When He gave the law, He instructed Moses to tell His people, …Be holy for I am Holy.” (Leviticus 19:2). The Apostle Peter, repeating the scripture in Leviticus 19:1-2, also reminds us, “… Be holy for I am holy.” (1 Peter 1:16).

Is Being Holy Even Possible, Since Only God Is Holy?

Answer: Holiness is not only a possibility for the Christian; holiness is a requirement, as I already addressed at the beginning of this lesson, God demands, “… Be holy for I am holy.” (1 Peter 1:16).

The difference between God and us is that He is inherently holy, while we, on the other hand, only become holy (sanctified) thru Jesus Christ. The sanctification, (being made holy) before God, takes place at the moment we are saved. Paul said, "And such were some of you. But you were washed, but you were sanctified, but you were justified in the name of the Lord Jesus and by the Spirit of our God." (I Corinthians 6:11). Paul states that being washed of our sins (baptized), being sanctified, and being justified are things that happen at the same time. All these three phrases refer to the point in time when a person is saved. And this Sanctification (salvation) is exclusively based on Christ’s sacrifice on the cross of Calvary. 8 For by grace you have been saved through faith, and that not of yourselves; it is the gift of God, 9 not of works, lest anyone should boast. Ephesians 2:8-9. Therefore, to be “sanctified” is to be “saved.”

What Does It Mean To Be Holy?

To be “holy” or “sanctified” means that we are, first of all, “SET APART for an honorable, special use.” Whereas we were “once foolish, disobedient, led astray, slaves to various passions and pleasures . . . God our Savior . . . saved us, not because of works done by us in righteousness, but according to his own mercy, by the washing of regeneration and renewal of the Holy Spirit” (Titus 3:3-5).

The Lord took the initiative to pull us out of our former lifestyles. He saved us, cleansed us, and SET US APART (made us holy) for righteousness. IF WE HAVE BELIEVED IN CHRIST FOR SALVATION, we have been washed by the regeneration of the Holy Spirit and set apart from the world for godliness. Belief requires repentance of your sins (Acts 2:38), and water baptism (Acts 22:16). If we have been saved, then we have been made holy or set apart for service to God through Jesus Christ, His beloved Son.

Is Our Holiness Like The Holiness Of God?

God’s holiness is an attribute; our holiness is imputed to us through Jesus Christ, as have addressed it above, but I believe it is an important point that’s worth repeating. Our God is absolutely Holy and perfect, and we can never reach that level here on earth. Now, what does it mean that we should be holy as He is holy? Well, God is a complete, wonderful personality, and you and I are simply human beings, but we can grow fully, and reach spiritual maturity. As I have said in previous occasions, it is very tender and sweet to be a baby in a crib and look exceptionally beautiful. But if 18 years go by and that baby is still in the crib, then there is something very wrong. That person would have to be an 18-year-old, with abilities according to his or her age, and you and I must grow spiritually in the same way. Now, what can produce such growth? The Word of God is the only one that can produce this result. That is the reason why it is imperative that we seek the Word of God daily.

Once We Have Been Made Holy, We Must Pursue Holiness

The pursuit of holiness does not end when we come to Christ. In fact, it just begins! There is a positional holiness that we inherit at salvation and a practical holiness which we must actively pursue.

God expects us to cultivate a lifestyle of holiness (1 Peter 1:14-16) and commands us to “let us cleanse ourselves from all filthiness of the flesh and spirit, perfecting holiness in the fear of God.” (2 Corinthians 7:1). Bringing holiness to “perfection” means that we should be increasing in spiritual fruitfulness every day. We are to consider ourselves “dead to sin, …but alive to God in Christ Jesus our Lord.” (Romans 6:11), refusing to revert to our former lifestyles. In this way we “cleanse” [ourselves] from what is dishonorable, “…if anyone cleanses himself from the latter, he will be a vessel for honor, sanctified and useful for the Master, prepared for every good work.” (2 Timothy 2:21). Holiness is the mark of every true Christian (1 John 3:9-10).

We are told, “… Work out your own salvation with fear and trembling, for it is God who works in you, both to will and to work for his good pleasure” (Philippians 2:12-13). In this verse, we see cooperation between God and His children in sanctification. We “work out” what God “works in” us through his Word and the Holy Spirit, because God has a timeline for the virtues that He wishes to cultivate in our lives. Our responsibility is to yield to His wishes, “working out” with focused attention and great care those things that He is causing to grow in us. Holiness will not be brought to completion in our lives with no effort on our part. We are invited to participate in God’s work in us.

This is, perhaps, the most important lesson that we can learn as Christians. God’s ultimate desire for His people is that we be holy—conformed into the image of His Son, Jesus “For whom He foreknew, He also predestined to be conformed to the image of His Son, that He might be the firstborn among many brethren.” (Romans 8:29; and “3 For this is the will of God, your sanctification: that you should abstain from sexual immorality; 4 that each of you should know how to possess his own vessel in sanctification and honor,” 1 Thessalonians 4:3-4). Holiness is the will of God for our lives.

Of course, the flesh is weak (Mark 14:38). None of us will reach sinless perfection in this world, but God has made provision for our sin. “If we confess our sins, he is faithful and just and will forgive us our sins and purify us from all unrighteousness” (1 John 1:9). Our pursuit of holiness in this world includes daily confessing and forsaking sin (Read Hebrews 12:1-3).

Obtain Positional Holiness And To Remain In Practical Holiness Requires Yielding To The Holy Spirit

God helps us in our weakness by giving us His Holy Spirit who reveals the mind of Christ to us and enables us to carry out His will (1 Corinthians 2:14-16; Philippians 2:13). When we yield to the Spirit, we become fruit-bearing Christians, yielding a harvest with which God is well pleased (Galatians 5:22-23). On the other hand, when we suppress the work of the Holy Spirit by rebelling against His will for us, we stifle the design of God, sabotage our own spiritual growth, and grieve the Holy Spirit (Ephesians 4:30).

If God was gracious enough to redeem us from sin and death and give us new life in Christ, the very least we can do is offer our lives back to Him in complete surrender and holiness, which is for our benefit (Deuteronomy 10:13). Because of God’s mercies and grace, we should be living sacrifices, “holy and pleasing to God” (Romans 12:1). One day, in heaven, we will be free from sin and all its effects. Until then, we “fix our eyes on Jesus, the author and perfecter of our faith” and keep running our race (Hebrews 12:2).

Once we have been sanctified by God, we must increase in practical holiness as we mature spiritually. As we have clearly seen, the New Testament emphasizes the pursuit of holiness in this world and the final attainment of holiness in the world to come. Such is the promise of our Holy God and Savior.

Without Holiness, No One Will See The Lord

In summation, it is important to understand that, without holiness, no one will dwell in the presence of God. “Pursue peace with all people, and HOLINESS, without which no one will see the Lord.” (Hebrews 12:14).

Domingo, 4/19/2020

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LA SANTIDAD DE DIOS

La Santidad es el atributo fundamental de Dios. Dios es llamado “Santo” más de cualquier otro atributo. Su brazo de poder nos habla de su fuerza. Su ojo de omnisciencia habla de su conocimiento. Sucorazón de duración habla de su eternidad. Pero es la belleza de su santidad lo que nos captura cuando realmente lo vemos como Él es. La santidad de Dios, según las Escrituras, es su “belleza.”

La santidad de Dios es el más difícil de todos los atributos de Dios para explicar, en parte porque es uno de Sus atributos esenciales que no es compartido, inherentemente, por el hombre. Somos creados a imagen de Dios y, por supuesto, podemos compartir algunos de sus atributos como el amor, misericordia, fidelidad, etc., ciertamente, en menor medida. Pero algunos de los atributos de Dios, como la omnipresencia, la omnisciencia y la omnipotencia, nunca serán compartidos por seres humanos. Del mismo modo, la santidad no es algo que poseemos como parte de nuestra naturaleza; solo nos volvemos santos en relación con Cristo. Es una santidad atribuida solo en Cristo “...Jesús, para ‘santificar’ al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta...” (Hebreos 13:12). Explicaremos este tema con mayor detalle en nuestra próxima lección.

• Dios dijo: “En los que a mí se acercan me santificaré [debo ser considerado santo], y en presencia de todo el pueblo seré glorificado.” (Levítico 10:3)

• La palabra SANTO aparece más veces en el libre de Levítico que en cualquier otro libro de la Biblia. Sin embargo, la santidad de Dios es un tema dominante en toda la Escritura.

En esta lección, veremos la definición de la santidad haciendo un recorrido de algunos de los personajes bíblicos que se encontraron personalmente ante la santidad de Dios.

1. ¿Qué es la santidad?

El atributo divino llamado "Santo" tiene doble significado.

§ El primer aspecto de la santidad de Dios es la separación de lo inmundo.

- NÚMEROS 23:19 DICE, “DIOS NO ES “HOMBRE” PARA QUE MIENTA.”

- JOB 9:32 DICE, "ÉL [DIOS] NO ES UN “HOMBRE” COMO YO.”

- OSEAS 11:9 DICE, "PORQUE YO SOY DIOS, Y NO “HOMBRE.”

§ El segundo aspecto de la santidad de Dios es la pureza.

1 Juan 1:5 dice, “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.”

2. La experiencia de Moisés con lo Santo

§ Leer Éxodo 3:4-6.

§ ¿Por qué crees que Dios le dijo a Moisés que se quitara las sandalias? Si bien la Biblia no nos da una respuesta a esta pregunta, hay varias razones posibles. Tómese un momento para discutir el significado de este evento.

§ ¿Cuáles son algunas formas prácticas en las que nosotros podríamos “quitarnos las sandalias” cuando nos acercamos a Dios en oración, estudio bíblico o adoración?

4. La experiencia de Isaías con lo Santo

§ Leer Isaías 6:1-8.

§ Este es un pasaje para visualizar mentalmente. En su opinión, ¿qué elemento de esta historia destaca más?

§ ¿Cómo cambió esta experiencia la vida de Isaías? ¿De qué manera debería cambiar la nuestra?

5. La experiencia de Pablo con lo Santo

§ Leer Hechos 9:3-6.

§ ¿Qué crees que vio Saulo de Tarso? El pasaje del versículo 3 dice: “repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;” ¿Quién o qué era esa luz? Hay una pista en el versículo 5.

§ Si tuviéramos un telescopio que pudiera mirar hacia el cielo y ver a Jesucristo como es ahora, ¿cómo crees que se vería?

§ Si mantuviéramos esa visión ante nosotros, ¿cómo cambiaría nuestro comportamiento hoy?

6. La experiencia de Juan con lo Santo

§ Apocalipsis 1 nos da una respuesta a la pregunta que acabamos de discutir: "Si tuviéramos un telescopio que pudiera mirar hacia el cielo y ver a Jesucristo como es ahora, ¿cómo crees que se vería?"

§ Leer Apocalipsis 1:12-18.

§ Estas historias revelan que somos personas profanas, inconscientes y NO afectadas por la santidad de Dios, hasta que lo veamos cómo debemos, en toda su gloria. Entonces nuestras vidas cambian para siempre, y el himno "Santo, Santo, Santo” tiene un significado mayor cuando lo cantamos.

§ ¿Cómo ha cambiado el recorrido de estos pasajes su concepto de Dios y de usted mismo?

Cinco maneras en que deberíamos ser cambiados al conocer la santidad de Dios.

1. Primero, la santidad de Dios nos permite vernos más plenamente. “Si no entendemos la santidad de Dios, podríamos pensar en nosotros mismos como personas razonablemente buenas. Pero si vislumbráramos la santidad de Dios, nunca discutiríamos ese punto nuevamente. El estándar de toda moralidad es la santidad absoluta, perfecta e inmaculada de Dios. Cualquier cosa que no llegue a ese nivel, nunca puede estar en comunión con un Dios santo.” Al estudiar el tema de la santidad de Dios, ¿qué pasaje te ayudó más a verte a la luz de la pureza de Dios?

2. Segundo, cuando captamos la santidad de Dios, entendemos mejor la Cruz de Cristo. La muerte es la consecuencia justa de Dios por el pecado. Un Dios Santo demanda un sacrificio santo y perfecto para la remisión de los pecados. Un Dios que perdona arbitrariamente a los infractores de la ley no es un juez justo. Del mismo modo, pasar por alto el pecado haría injusto al Dios Santo. Y solo Jesús pudo cumplir el sacrificio perfecto.

3. Tercero, la santidad de Dios nos constriñe a adorarlo. ¿Puedes pensar en un himno o una canción de adoración que se centre en la santidad de Dios? ¿Cómo afectan las verdades en esta lección la forma en que cantas esa canción? Cuando asistas a la iglesia la próxima vez, ¿cómo puedes traer estas verdades a la adoración de Dios? ¿Cómo será la próxima adoración de Dios diferente para ti a la adoración de antes?

4. Cuarto, la santidad de Dios nos motiva a separarnos de los hábitos pecaminosos. Si repentinamente estuvieras ante la manifestación de la santidad de Dios, como estuvieron Moisés o Job, ¿qué hábito confesarías de inmediato?

5. Quinto, cuando vemos la santidad de Dios, esto crea una anticipación para el día venidero cuando reflejemos más perfectamente su santidad. El apóstol Juan dijo: 1 Juan 3:1-3, 1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.

Qué privilegio maravilloso, qué clase de amor nos ha otorgado Dios, que seamos sus hijos, hijos del único Dios, Verdadero y Santo.

English

THE HOLINESS OF GOD

Holiness is the fundamental attribute of God. God is called “Holy” more than He is called any other attribute. His arm of power tells us of His strength. His eye of omniscience tells of His knowledge. His heart of duration tells of His eternity. But it is the beauty of His holiness that captures us when we really see Him as He is. The holiness of God, according to the Scripture, is His beauty.”

The holiness of God is the most difficult of all God’s attributes to explain, partly because it is one of His essential attributes that is not shared, inherently, by man. We are created in God’s image, and we can share many of His attributes, to a much lesser extent, of course—love, mercy, faithfulness, etc. But some of God’s attributes, such as omnipresence, omniscience, and omnipotence, will never be shared by created beings. Similarly, holiness is not something that we will possess as an inherent part of our nature; we only become holy in relationship to Christ. It is an imputed holiness only in Christ. “… Jesus also, that He might ‘sanctify’ the people with His own blood, suffered outside the gate.” (Hebrews 13:12). We will expound on this theme in our next lesson.

• God said, “By those who come near Me I must be regarded as holy; and before all the people I must be glorified” (Leviticus 10:3)

• The word holy occurs more times in Leviticus than in any other book of the Bible. Yet the holiness of God is a dominant theme throughout all Scripture.

In this lesson, we’ll look at the definition of holiness by taking a scriptural tour of some of the biblical characters who personally encountered the holiness of God.

1. What Is Holiness?

The divine attribute called “holy” has a two-fold significance.

§ The first aspect of God’s holiness is separateness from the unclean.

- Numbers 23:19 says, “God is not a “man” that He should lie.”

- Job 9:32 says, “He [God] is not a “man” as I am.”

- Hosea 11:9 says, “For I am God, and not “man.”

§ The second aspect of God’s holiness is purity.

1 John 1:5 says, “This is the message which we have heard from Him and declare to you, that God is “light” and in Him is no “darkness” at all.”

2. MOSES’ EXPERIENCE WITH THE HOLY

§ Read Exodus 3:4-6.

§ Why do you think God told Moses to take off his sandals? While the Bible doesn’t give us an answer to this question, there are several possible reasons. Take a moment to discuss the significance of this moment.

§ What are some practical, modern ways in which we might “take off our sandals” when coming before God in prayer, Bible study, or worship?

3. JOB’S EXPERIENCE WITH THE HOLY

§ Read Job 38:1-7.

§ What is the most powerful or dramatic natural event you can remember personally witnessing? A storm, an earthquake, a hurricane, or some other natural phenomenon? How did you feel? Have you ever had a special time gazing at the starry sky or getting a fascinating glimpse into the animal kingdom? What does the power of the natural creation tell us about the holiness of God, especially in light of our everyday problems? How can we gain reassurance of that, as Job did?

4. ISAIAH’S EXPERIENCE WITH THE HOLY

§ Read Isaiah 6:1-8.

§ This is a passage to mentally visualize. In your mind’s eye, what element of this account stands out most sharply to you?

§ How did this experience change Isaiah’s life? In what way should it change ours?

5. PAUL’S EXPERIENCE WITH THE HOLY

§ Read Acts 9:3-6.

§ What do you think Saul of Tarsus saw? The passage in verse 3 says, “a light shone around him from heaven.” Who or what was that light? There’s a clue in verse 5.

§ If we had a telescope that could peer into heaven and see Jesus Christ as He is right now, what do you think He would look like?

§ If we kept that vision before us, how would it change our behavior today?

6. John’s Experience with the Holy

§ In some ways, Revelation 1 gives us an answer to the question we just discussed: “If we had a telescope that could peer into heaven and see Jesus Christ as He is right now, what do you think He would look like?”

§ Read Revelation 1:12-18.

§ These stories reveal that we are a profane people, unaware and unaffected by the holiness of God—until we see Him as we should, in all His glory. Then our lives are changed forever, and the hymn “Holy Holy Holy” would have a greater meaning when sung by us.

§ How has your tour of these passages changed your concept of both God and yourself?

Five ways are suggested we should be changed by our knowledge of God’s holiness.

1. First, God’s holiness enables us to see ourselves more fully. “If we don’t understand the holiness of God, we might think of ourselves as reasonably good people. But if we glimpse the holiness of God, we will never argue that point again. The standard of all morality is God’s absolute, perfect, unsullied holiness. Anything that falls short of that can never measure up for fellowship with a holy God.” As you studied the subject of the holiness of God, what passage most helped you see yourself in the light of God’s purity?

2. Second, when we grasp God’s holiness, we better understand the Cross. Death is God’s just consequence for sin. A Holy God demands a perfect sacrifice for the remission of sins. A God who arbitrarily pardons law-breakers isn’t a righteous judge. Likewise, overlooking sin would make the holy God unjust. And only Jesus could fulfill the perfect sacrifice.

3. Third, the holiness of God compels us to worship Him. Can you think of a hymn or worship song that focuses on the holiness of God? How do the truths in this lesson affect the way you sing that song? When you attend church service next time, how can you bring these truths with you into the worship experience? How will the next worship service be different for you than the last?

4. Fourth, God’s holiness motivates us to separate ourselves from sinful habits. If you were to suddenly stand before the manifestation of God’s holiness as Moses or Job did, what habit would you immediately confess?

5. Fifth, when we see God’s holiness, it creates an anticipation for the coming day when we will more perfectly reflect His holiness. The Apostle John said 1 John 3:1-3 Behold what manner of love the Father has bestowed on us, that we should be called children of God! Therefore the world does not know us, because it did not know Him. 2 Beloved, now we are children of God; and it has not yet been revealed what we shall be, but we know that when He is revealed, we shall be like Him, for we shall see Him as He is. 3 And everyone who has this hope in Him purifies himself, just as He is pure.

What a wonderful privilege, what manner of love God has bestowed on us, that we should be His children, children of the only True and Holy God.

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Domingo, 4/12/2020

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LA RESURRECCIÓN DE CRISTO ES LA FUNDACIÓN DE NUESTRA FE Y NUESTRA ESPERANZA

Algunos han argumentado que la resurrección física de Cristo es irrelevante, es decir, no importa si la tumba estaba vacía ese domingo por la mañana, tres días después de que Jesús fue crucificado. Algunos han puesto mucho más énfasis en su crucifixión que en su resurrección.

Sin embargo, el apóstol Pablo consideró la resurrección absolutamente esencial para la esperanza y la fe del cristiano. Pablo escribió a los corintios: “y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. ... [y] somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” (1 Corintios 15:17-19).

La Palabra de Dios garantiza la resurrección del creyente en la venida de Jesucristo por su iglesia. La seguridad de la resurrección es el fundamento de nuestra fe y nuestra esperanza. “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:55).

La MUERTE y la RESURRECCIÓN de Cristo son igualmente importantes. La MUERTE y RESURRECCIÓN de Jesús logran cosas separadas, pero necesariamente relacionadas. La MUERTE y la RESURRECCIÓN de nuestro Señor son realmente inseparables, como la urdimbre y la trama de la tela.

La cruz de Cristo ganó para nosotros la victoria que nunca podríamos haber ganado por nosotros mismos. "y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz." (Colosenses 2:15). En la cruz, Dios acumuló nuestros pecados sobre Jesús, y El cargó con el castigo que nos corresponde a nosotros (Isaías 53:4–8). En su muerte, Jesús tomó sobre sí mismo la maldición introducida por Adán (Gálatas 3:13).

Con la muerte de Cristo, nuestros pecados se volvieron impotentes para gobernarnos (Romanos capítulo 6). Por su muerte, Jesús destruyó las obras del diablo (Juan 12:31; Hebreos 2:14; 1 Juan 3:8), condenó a Satanás (Juan 16:11), y aplastó la cabeza de la serpiente (Génesis 3:15).

Sin la muerte sacrificial de Cristo, aún estaríamos en nuestros pecados, sin perdón, sin remisión y sin salvación. La cruz de Cristo es vital para nuestra salvación y, por lo tanto, fue un tema principal de la predicación de los apóstoles (Hechos 2:23 y 36; 1 Corintios 1:23; 2:2; Gálatas 6:14).

PERO LA HISTORIA DE JESUCRISTO NO TERMINÓ CON SU MUERTE

La resurrección de Cristo también es fundamental para el mensaje del evangelio. Nuestra salvación se mantiene o cae en función de la resurrección corporal de Jesucristo, como lo deja claro Pablo en 1 Corintios 15:12–19. Si Cristo no resucitó físicamente de la muerte, entonces nosotros mismos no tenemos la esperanza de resurrección, la predicación de los apóstoles fue en vano, y los creyentes son dignos de lástima. Sin la resurrección, todavía estamos "en la oscuridad y en la sombra de la muerte" esperando el amanecer (Lucas 1:78-79). Debido a la resurrección de Jesús, su promesa es cierta: “... porque yo vivo, vosotros también viviréis.” (Juan 14:19). Nuestro gran enemigo, la muerte, será derrotada (1 Corintios 15:26, 54–55). La resurrección de Jesús también es importante porque es a través de ese evento que Dios nos declara justos: Jesús fue “resucitado para nuestra justificación.” (Romanos 4:25).

Al menos tres veces en su ministerio terrenal, Jesús predijo que moriría y resucitaría después de tres días (Marcos 8:31; 9:31; 10:34). Si Jesucristo no hubiera resucitado de entre los muertos, habría fallado en sus profecías: habría sido otro profeta falso para ser ignorado. Sin embargo, tenemos un Señor vivo, fiel a su Palabra. El ángel en la tumba vacía de Jesús pudo señalar una profecía cumplida: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. ...” (Mateo 28:6).

Las Escrituras vinculan la muerte y la resurrección de Cristo, y debemos mantener ese vínculo. La entrada de Jesús en la tumba es tan importante como su salida de la tumba. En 1 Corintios 15:3–5, Pablo define el evangelio como la doble verdad de que Jesús murió por nuestros pecados (comprobado por su sepultura) y que resucitó al tercer día (comprobado por sus apariciones a muchos testigos). Esta verdad del evangelio es de primera importancia “Porque primeramente os he enseñado…” (versículo 3).

Es imposible separar la muerte de Cristo de su resurrección. Creer en uno sin el otro es creer en un evangelio falso que no puede salvar. Para que Jesús haya resucitado de la muerte, debe haber muerto de verdad. Y para que su muerte tenga un verdadero significado para nosotros, debe tener una verdadera resurrección. No podemos tener uno sin el otro.

LA IMPORTANCIA DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

La resurrección es testigo del inmenso poder de Dios mismo. Creer en la resurrección es creer en Dios. Si Dios existe, y si creó el universo y tiene poder sobre él, entonces tiene poder para resucitar a los muertos. Si no tiene tal poder, no es digno de nuestra fe y adoración. Solo El que creó la vida puede resucitarla después de la muerte, solo Él puede revertir lo horrible que es la muerte misma, y ​​solo Él puede quitar el aguijón y obtener la victoria sobre la tumba (1 Corintios 15: 54–55). Al resucitar a Jesús de la tumba, Dios nos recuerda Su soberanía absoluta sobre la vida y la muerte.

Jesús dijo: "Yo soy la resurrección y la vida" (Juan 11:25), y en esa declaración afirmó ser la fuente de ambos. No hay resurrección aparte de Cristo, no hay vida eterna. Jesús hace más que dar vida; Él es la vida, y por eso la muerte no tiene poder sobre él.

La resurrección es la victoria triunfante y gloriosa para cada creyente. "Jesucristo murió, fue sepultado y resucitó al tercer día conforme a las Escrituras." (1 Corintios 15:3–4). ¡Y viene de nuevo! Los muertos en Cristo serán resucitados, y los que estén vivos en su venida, serán transformados y recibirán cuerpos nuevos y glorificados (1 Tesalonicenses 4:13-18; Filipenses 3:21).

La resurrección de Jesucristo es importante porque prueba quién es Jesús; demuestra que Dios aceptó el sacrificio de Jesús en nuestro nombre; muestra que Dios tiene el poder de resucitarnos de la muerte; garantiza que los cuerpos de los que creen en Cristo no permanecerán muertos, sino que resucitarán para vida eterna.

La Palabra de Dios garantiza la resurrección del creyente en la venida de Jesucristo por su iglesia. Tal seguridad culmina en un gran canto de triunfo, como escribe Pablo en 1 Corintios 15:55, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”

Por lo tanto, la resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra FE y nuestra ESPERANZA.

English

THE RESURRECTION OF CHRIST IS THE FOUNDATION OF OUR FAITH AND OUR HOPE

Some have argued that the physical resurrection of Christ is irrelevant, that is does not matter if the tomb was empty on that Sunday morning, three days after Jesus was crucified. Some have placed significantly more emphasis on His crucifixion than His resurrection.

However, the apostle Paul considered the resurrection absolutely essential to the Christian hope and faith. Paul wrote to the Corinthians, “if Christ is not risen, your faith is futile; you are still in your sins... [and] we are to be pitied more than all men” (1 Corinthians 15:17-19).

The Word of God guarantees the believer’s resurrection at the coming of Jesus Christ for His church. The assurance of the Resurrection is The Foundation of Our Faith and Our Hope. “Where, O death, is your victory? Where, O death, is your sting?” (1 Corinthians 15:55).

The DEATH and RESURRECTION of Christ are equally important. Jesus’ death and RESURRECTION accomplish separate but necessarily related things. The death and RESURRECTION of our Lord are really inseparable, like the warp and weft of cloth.

The cross of Christ won for us the victory that we could never have won for ourselves. “Having disarmed the powers and authorities, he made a public spectacle of them, triumphing over them by the cross” (Colossians 2:15). On the cross God piled our sins on Jesus, and He bore the punishment due us (Isaiah 53:4–8). In His death, Jesus took upon Himself the curse introduced by Adam (see Galatians 3:13).

With the death of Christ, our sins became powerless to rule over us (Romans 6). By His death, Jesus destroyed the works of the devil (John 12:31; Hebrews 2:14; 1 John 3:8), condemned Satan (John 16:11), and crushed the head of the serpent (Genesis 3:15).

Without the sacrificial death of Christ, we would still be in our sins, unforgiven, unredeemed, and unsaved. The cross of Christ is vital to our salvation and was thus a main theme of the apostles’ preaching (Acts 2:23, 36; 1 Corinthians 1:23; 2:2; Galatians 6:14).

BUT THE STORY OF JESUS CHRIST DID NOT END WITH HIS DEATH.

The resurrection of Christ is also foundational to the gospel message. Our salvation stands or falls based on the bodily resurrection of Jesus Christ, as Paul makes clear in 1 Corinthians 15:12–19. If Christ is not physically risen from the dead, then we ourselves have no hope of resurrection, the apostles’ preaching was in vain, and believers are all to be pitied. Without the resurrection, we are still sitting “in darkness and in the shadow of death” waiting for the sunrise (Luke 1:78–79).

Because of Jesus’ resurrection, His promise holds true for us: “… Because I live, you will live also.” (John 14:19). Our great enemy, death, will be defeated (1 Corinthians 15:26, 54–55). Jesus’ resurrection is also important because it is through that event that God declares us righteous: Jesus “was raised to life for our justification” (Romans 4:25).

At least three times in His earthly ministry, Jesus predicted that He would die and rise again after three days (Mark 8:31; 9:31; 10:34). If Jesus Christ had not been raised from the dead, He would have failed in His prophecies—He would have been yet another false prophet to be ignored. As it is, however, we have a living Lord, faithful to His Word. The angel at Jesus’ empty tomb was able to point to fulfilled prophecy: “He is not here; for He is risen, as He said…” (Matthew 28:6).

Scripture links the death and resurrection of Christ, and we must maintain that link. Jesus’ entrance into the tomb is as equally important as His exit from the tomb. In 1 Corinthians 15:3–5, Paul defines the gospel as the dual truth that Jesus died for our sins (proved by His burial) and that He rose again the third day (proved by His appearances to many witnesses). This gospel truth is “of first importance” (verse 3).

It is impossible to separate the death of Christ from His resurrection. To believe in one without the other is to believe in a false gospel that cannot save. In order for Jesus to have truly arisen from the dead, He must have truly died. And in order for His death to have a true meaning for us, He must have a true resurrection. We cannot have one without the other.

THE IMPORTANCE OF CHRIST’S RESURRECTION

The resurrection witnesses to the immense power of God Himself. To believe in the resurrection is to believe in God. If God exists, and if He created the universe and has power over it, then He has power to raise the dead. If He does not have such power, He is not worthy of our faith and worship. Only He who created life can resurrect it after death, only He can reverse the hideousness that is death itself, and only He can remove the sting and gain the victory over the grave (1 Corinthians 15:54–55). In resurrecting Jesus from the grave, God reminds us of His absolute sovereignty over life and death.

Jesus said, “I am the resurrection and the life” (John 11:25), and in that statement claimed to be the source of both. There is no resurrection apart from Christ, no eternal life. Jesus does more than give life; He is life, and that’s why death has no power over Him.

The resurrection is the triumphant and glorious victory for every believer. “Jesus Christ died, was buried, and rose the third day according to the Scriptures.” (1 Corinthians 15:3–4). And He is coming again! The dead in Christ will be raised up, and those who are alive at His coming will be changed and receive new, glorified bodies (1 Thessalonians 4:13–18; Philippians 3:21).

The resurrection of Jesus Christ important because it proves who Jesus is; it demonstrates that God accepted Jesus’ sacrifice on our behalf; it shows that God has the power to raise us from the dead; it guarantees that the bodies of those who believe in Christ will not remain dead but will be resurrected unto eternal life.

The Word of God guarantees the believer’s resurrection at the coming of Jesus Christ for His church. Such assurance results in a great song of triumph as Paul writes in 1 Corinthians 15:55, “Where, O death, is your victory? Where, O death, is your sting?”

Therefore, the resurrection of Christ is the foundation of our faith and our hope.

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Miércoles, 4/8/2020

Please see the English translation just below this message.

LA PROFUNDIDAD DEL AMOR DE DIOS REVELADO A TRAVÉS DE LA CRUZ

Miércoles, 4/8/2020

Isaías 49:16 dice que [Dios] te ama tanto que grabó tu nombre en la palma de su mano.

Salmos 56:8 dice que te ama tanto que guarda tus lágrimas en una botella.

Mateo 10:30 dice que te ama tanto que sabe cuántos cabellos tienes en la cabeza.

Jeremías 31:3 dice que te ama con un amor eterno.

Dios creó al hombre perfecto, pero cuando Adán y Eva desobedecieron los mandamientos de Dios, Él tuvo que castigarlos. Un juez que perdona arbitrariamente a los transgresores de la ley no es un juez justo. Del mismo modo, pasar por alto el pecado haría injusto a Dios. La muerte es la consecuencia justa de Dios por el pecado. "Porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Incluso, las buenas obras no pueden compensar los errores contra el Dios santo. En comparación con su bondad, “…todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;" (Isaías 64:6b). Desde el pecado de Adán, todo ser humano ha sido culpable de desobedecer las justas leyes de Dios. "Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). El pecado no es solo cosas grandes como el asesinato o la blasfemia, sino también incluye el egoísmo, el odio al prójimo, la mentira y el orgullo. Por lo tanto, toda la humanidad (usted y yo) se había perdido, destinados a la condenación eterna debido a nuestros pecados. 7 “... cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;” (2 Tesalonicenses 1:7-8)

El amor de Dios fue revelado a través de la cruz.

La cruz es la declaración de Dios de cuánto te ama. Cuando piensas en la inmensidad del amor de Dios, lo primero que la Biblia a menudo nos pide que hagamos es considerar el precio que se pagó. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:10)

Y el apóstol Juan dijo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” (Juan 3:16)

Por eso es muy importante conocer el sacrificio de Cristo en la Cruz. El sacrificio perfecto para la remisión de nuestros pecados.

Mateo 27:27-50 [Crucifixión y Muerte de Jesús]

Los soldados se burlan de Jesús

27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía;

28 y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata,

29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: !!Salve, Rey de los judíos!

30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza.

31 Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

El desfile a la crucifixión

32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz.

33 Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera,

34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo.

35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.

36 Y sentados le guardaban allí.

ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS

37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.

38 Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.

39 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,

40 y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.

41 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían:

42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.

43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.

44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.

Jesús Muere en la Cruz

45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.

46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?

47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.

48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.

49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.

50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.

Nadie ha sido dañado más que Jesús en la cruz. Cuando la luz estalló sobre la cruz después de tres horas de tinieblas, la multitud levantó la vista hacia Aquel que colgaba allí y se asombraron. Probablemente era poco más que un cuerpo ensangrentado, estremeciéndose en la profundidad del dolor. JESÚS, EL HIJO DE DIOS, HABÍA LLEVADO EL INFIERNO POR TI Y POR MÍ. HABÍA PAGADO EL CASTIGO POR LOS PECADOS DEL MUNDO.

Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, (Isaías 52:14)

A lo largo de los siglos, los artistas han intentado colocar en el lienzo la horrible muerte del Salvador del mundo. El hombre ha intentado describirlo en un lenguaje vívido, pero ninguno le ha hecho justicia. Probablemente nunca sabremos, incluso en la eternidad, el grado de su sufrimiento.

Pero ninguno de los rescatados nunca supo cuán profundas fueron las aguas cruzadas,

ni cuán oscura fue la noche por la que pasó el Señor,

antes de encontrar a sus ovejas que se habían perdido. –Elizabeth C. Clephane

Debido al sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz, aquellos que OBEDECEN SU EVANGELIO al poner su fe y confiar solo en Él para la salvación, tienen garantizada la vida eterna. "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos." (Hechos 4:12).

Pero para aceptar el regalo de la salvación, uno debe morir a sí mismo y vivir para Dios. Gálatas reitera este tema de la muerte del “yo pecaminoso” y de ser levantado para caminar en una vida nueva en Cristo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20).

Un Dios santo no puede dejar que el pecado quede impune, y llevar nuestros propios pecados sería sufrir el juicio de Dios en las llamas del infierno. Alabado sea Dios que cumplió su promesa de enviar y sacrificar al CORDERO PERFECTO para llevar los pecados de TODOS LOS QUE LE OBEDECEN.

Jesús murió en la cruz porque Él es el único que puede pagar la castigo por nuestros pecados. Y Allí, En Esa Cruz, Áspera y Sangrienta, El Profundo Amor de Dios se Manifestó Por Todos Nosotros.

English

THE DEPTH GOD'S LOVE REVEALED THROUGH THE CROSS

Isaiah 49:16 says [God] loves you so much that He engraved your name on the palm of His hand.

Psalms 56:8 says He loves you so much that He saves your tears in a bottle.

Matthew 10:30 says He loves you so much that He knows how many hairs are on your head.

Jeremiah 31:3 says He loves you with an everlasting love.

God created man perfect. But when Adam and Eve disobeyed God’s commands, He had to punish them. A judge who arbitrarily pardons law-breakers isn’t a righteous judge. Likewise, overlooking sin would make the holy God unjust. Death is God’s just consequence for sin. “For the wages of sin is death” (Romans 6:23). Even good works cannot make up for wrongs against the holy God. Compared to His goodness, “All our righteousnesses are as filthy rags” (Isaiah 64:6b). Ever since Adam’s sin, every human has been guilty of disobeying God’s righteous laws. “For all have sinned and fall short of the glory of God” (Romans 3:23). Sin is not just big things like murder or blasphemy, but also includes selfishness, hatred of others, deceit of tongue and pride. Consequently, all humanity (you and me) had been lost, destined for eternal condemnation because of our sins. 7 …when the Lord Jesus is revealed from heaven with His mighty angels, 8 in flaming fire taking vengeance on those who do not know God, and on those who do not obey the gospel of our Lord Jesus Christ. (2 Thessalonians 1: 7-8)

GOD'S LOVE WAS REVEALED THROUGH THE CROSS

The cross is God's statement of just how much He loves you. When you think of the immensity of God's love, the first thing the Bible often asks us to do is to consider the price that was paid. This is love: not that we loved God, but that He loved us and sent His Son as an atoning sacrifice for our sins. (1 John 4:10)

And the Apostle John said:

FOR GOD SO LOVED THE WORLD THAT HE GAVE HIS ONLY BEGOTTEN SON, THAT WHOEVER BELIEVES IN HIM SHOULD NOT PERISH BUT HAVE EVERLASTING LIFE. (JOHN 3:16)

THAT IS WHY IT IS VERY IMPORTANT TO KNOW THE SACRIFICE OF CHRIST ON THE CROSS. THE PERFECT SACRIFICE FOR THE REMISSION OF OUR SINS.

MATTHEW 27:27-50

The Soldiers Mock Jesus

27 Then the soldiers of the governor took Jesus into the Praetorium and gathered the whole garrison around Him. 28 And they stripped Him and put a scarlet robe on Him. 29 When they had twisted a crown of thorns, they put it on His head, and a reed in His right hand. And they bowed the knee before Him and mocked Him, saying, “Hail, King of the Jews!” 30 Then they spat on Him, and took the reed and struck Him on the head. 31 And when they had mocked Him, they took the robe off Him, put His own clothes on Him, and led Him away to be crucified.

The King on a Cross

32 Now as they came out, they found a man of Cyrene, Simon by name. Him they compelled to bear His cross. 33 And when they had come to a place called Golgotha, that is to say, Place of a Skull, 34 they gave Him sour wine mingled with gall to drink. But when He had tasted it, He would not drink.

35 Then they crucified Him, and divided His garments, casting lots, that it might be fulfilled which was spoken by the prophet: “They divided My garments among them, And for My clothing they cast lots.”

36 Sitting down, they kept watch over Him there. 37 And they put up over His head the accusation written against Him:

THIS IS JESUS THE KING OF THE JEWS.

38 Then two robbers were crucified with Him, one on the right and another on the left.

39 And those who passed by blasphemed Him, wagging their heads 40 and saying, “You who destroy the temple and build it in three days, save Yourself! If You are the Son of God, come down from the cross.”

41 Likewise the chief priests also, mocking with the scribes and elders, said, 42 “He saved others; Himself He cannot save. If He is the King of Israel, let Him now come down from the cross, and we will believe Him. 43 He trusted in God; let Him deliver Him now if He will have Him; for He said, ‘I am the Son of God.’ ”

44 Even the robbers who were crucified with Him reviled Him with the same thing.

Jesus Dies on the Cross

45 Now from the sixth hour until the ninth hour there was darkness over all the land. 46 And about the ninth hour Jesus cried out with a loud voice, saying, “Eli, Eli, lama sabachthani?” that is, “My God, My God, why have You forsaken Me?”

47 Some of those who stood there, when they heard that, said, “This Man is calling for Elijah!” 48 Immediately one of them ran and took a sponge, filled it with sour wine and put it on a reed, and offered it to Him to drink.

49 The rest said, “Let Him alone; let us see if Elijah will come to save Him.”

50 And Jesus cried out again with a loud voice, and yielded up His spirit.

No one has ever been marred more than Jesus was on the cross. When light broke onto the cross after the three hours of darkness, the crowd looked up at the One hanging there and gasped in horror. He was probably little more than a quivering mass of human flesh. HE HAD BORNE HELL FOR YOU AND ME. HE HAD PAID THE PENALTY FOR THE SINS OF THE WORLD.

Just as many were astonished at you, so His visage [appearance] was marred more than any man, and His form more than the sons of men. (Isaiah 52:14)

Artists through the centuries have attempted to place on canvas the horrendous death of the Savior of the world, man has attempted to describe it in vivid language, but none have done it justice. We will probably never know, even in eternity, the extent of His suffering.

But none of the ransomed ever knew How deep were the waters crossed,

Nor how dark the night the Lord passed through,

Ere He found His sheep that was lost. –Elizabeth C. Clephane

Because of Jesus’ atoning sacrifice on the cross, those who OBEY HIS GOSPEL by placing their faith and trust in Him alone for salvation, are guaranteed eternal life. “Nor is there salvation in any other, for there is no other name under heaven given among men by which we must be saved.” (Acts 4:12).

But to accept the gift of salvation, one must die to self and live for God. Galatians reiterates this theme of death of the sinful self and rising to walk in new life through Christ: “I have been crucified with Christ. It is no longer I who live, but Christ who lives in me. And the life I now live in the flesh I live by faith in the Son of God, who loved me and gave himself for me” (Galatians 2:20).

A holy God cannot let sin go unpunished. To bear our own sins would be to suffer God’s judgment in the flames of hell. Praise be to God, He kept His promise to send and sacrifice the PERFECT LAMB to bear the sins of THOSE WHO OBEY HIM.

JESUS DIED ON THE CROSS BECAUSE HE IS THE ONLY ONE WHO COULD PAY THE PENALTY FOR OUR SINS. AND THERE, ON THAT RUGGED AND BLOODY CROSS, THE DEPTH GOD'S LOVE FOR US WAS REVEALED.

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Domingo, Abril 5, 2020

MANTENIENDO LA FE

En este mensaje, enfatizo LA NECESIDAD DE MANTENER LA FE.

Estamos viviendo en una época en la que muchos se están apartando de Dios. Nosotros, como creyentes, debemos estar atentos, no solo para crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, sino para mantener lo que hemos recibido. El diablo continúa tratando de “robar, matar y destruir,” y es razonable concluir que aprovechará la falta de asambleas de la iglesia debido a la actual pandemia del coronavirus, para alejar algunos de Cristo. Pero debemos recordar 1 Juan 4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

La Biblia nos dice que debemos asistir a nuestra iglesia local para adorar a Dios con otros creyentes y que se nos enseñe Su Palabra para nuestro crecimiento espiritual. Se nos instruye "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; ..." (Hebreos 10:25). Es por eso nuestras asambleas son esenciales. Sin embargo, en tiempos como estos (de coronavirus), cuando no podemos reunirnos, debemos estar más alerta para NO PERDER NUESTRA FE.

La iglesia primitiva "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." (Hechos 2:42). Debemos seguir el ejemplo de devoción de los primeros cristianos. En aquel entonces, no tenían edificios de iglesia designados, y muchos no podían reunirse debido a las grandes persecuciones. Sin embargo, MANTUVIERON LA FE al “mirar a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2).

Cosas Que Recordar Para Ayudarnos A Mantener Nuestra Fe:

I. PABLO, AL FINAL DE SU MINISTERIO, PUDO DECIR: "He guardado la fe, …"

2 Timoteo 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe:

A. Todos deberíamos desear que un día Jesús nos diga: "Bien, buen siervo y fiel;" (Mateo 25:23)

II. DEBEMOS MANTENERNOS FIRMES

Hebreos 10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.

A. Debemos vivir para el Señor diariamente. 24/7

III. DEBEMOS MANTENÉRSENOS EN NUESTRA FE

Hechos 14:22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

A. Necesitamos vivir diariamente nuestra fe, no solo los domingos.

B. Las devociones regulares, la oración y la lectura de la Palabra deben ser parte de nuestra caminata diaria de fe.

IV. DEBEMOS SER OBEDIENTES A LA FE QUE HEMOS RECIBIDO

Romanos 1:5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre:

A. Debemos ser hacedores de la Palabra.

B. ¡Párate firme y no te rindas!

1 Corintios 16:13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.

C. Somos fuertes cuando guardamos, vivimos y hablamos la Palabra de Dios.

D. Somos fuertes a través de Su Palabra.

Romanos 8:31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

V. MANTENEMOS LA FE CUANDO HACEMOS LAS OBRAS DE FE

1 Tesalonicenses 1:3 acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

A. El mundo ve nuestra fe a través de las obras cristianas de fe en nuestra vida diaria.

B. Deberíamos ser un ejemplo para el mundo.

C. La fe y las obras deben viajar lado-a-lado, paso-a-paso, como las piernas de los hombres que caminan. Primero fe, y luego obras; y luego la fe otra vez, y luego obras nuevamente, hasta que apenas puedan distinguir cuál es el uno y cuál es el otro. William Booth

VI. DEBEMOS PELEAR LA BUENA BATALLA DE LA FE

1 Timoteo 6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

A. Incluso en esta época actual, hay muchos que están pagando un gran precio por su testimonio en muchos otros países. Algunos aún con sus vidas.

B. Debemos defender lo que hemos confesado ante los demás.

VII. NECESITAMOS CONTENER POR NUESTRA FE Y NO TRANSIGIR

Judas 1:3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.

A. No debemos avergonzarnos de nuestra fe en Cristo.

B. Necesitamos vivir y hablar de nuestra fe a otros, dando buen testimonio.

VIII. RECORDEMOS A NUESTROS HERMANOS DE LA FAMILIA DE LA FE

Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

1. Haz el bien a todos.

2. Aproveche las oportunidades que Dios nos brinda.

3. La poca fe traerá tu alma al cielo, pero la mucha fe traerá el cielo a tu alma.

Definición de fe: Hebreos 11:1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

"¿Qué es la fe, a menos que sea creer lo que no puedes ver?" Agustín de Hipona

ENGLISH VERSION

KEEPING THE FAITH (Sunday, 3/5/2020)

In this message, I emphasize THE NEED OF KEEPING THE FAITH.

It seems we are living in an age where many are departing from God. We, as believers, must be vigilant to be on guard, not only to grow in the grace and knowledge of our Lord and Savior Jesus Christ, but to keep that which we have received. The devil continues to try to steal, kill and destroy, and it reasonable to conclude the he will take advantage of the lack of church assemblies due to the current coronavirus pandemic to draw many way from Christ. But we must remember 1 John 4:4 You are of God, little children, and have overcome them, because He who is in you is greater than he who is in the world.

The Bible tells us we need to attend our local church so we can worship God with other believers and be taught His Word for our spiritual growth. We are instructed “Not forsaking the assembling of ourselves together, as is the manner of some, but exhorting one another …” (Hebrews 10:25). This is why our assemblies are essential. However, in times such as these (Coronavirus), when we cannot come together, we should be more vigilant NOT TO LOSE OUR FAITH.

The early church “devoted themselves to the apostles’ teaching and to fellowship, to the breaking of bread and to prayer” (Acts 2:42). We should follow the example of devotion of early Christians. Back then, they had no designated church buildings, and many could not meet due to great persecutions. However, they KEPT THE FAITH by “Looking unto Jesus, the author and finisher of our faith (Hebrews 12:2).

Things To Remember To Help Us Keep Our Faith:

I. PAUL AT THE END OF HIS MINISTRY COULD SAY, "I have kept the faith".

2 Timothy 4:7 I have fought the good fight, I have finished the race, I have kept the faith:

A. We should all desire that one-day Jesus will say to us: “Well done good and faithful servant.” (Matthew 25:23)

II. WE MUST HOLD FAST TO OUR FAITH.

Hebrews 10:23 Let us hold fast the confession of our hope without wavering, for He who promised is faithful.

A. We must live for the Lord daily. 24/7

III. WE MUST CONTINUE IN OUR FAITH.

Acts 14:22 strengthening the souls of the disciples, exhorting them to continue in the faith, and saying, “We must through many tribulations enter the kingdom of God.”

A. We need to live daily our faith not just on Sunday.

B. Regular devotions, prayer and reading the Word should be part of our daily faith walk.

IV. WE MUST BE OBEDIENT TO THE FAITH WE HAVE RECEIVED.

Romans 1:5 Through Him we have received grace and apostleship for obedience to the faith among all nations for His name:

A. We must be doers of the Word.

B. Stand fast and to not give up!

1 Corinthians 16:13 Watch, stand fast in the faith, be brave, be strong.

C. We are strong when watch, live and speak the Word of God.

D. We are strong through His Word.

Romans 8:31 What then shall we say to these things? If God is for us, who can be against us? 37 Yet in all these things we are more than conquerors through Him who loved us.

Philippians 4:13 I can do all things through Christ who strengthens me.

V. WE KEEP THE FAITH BY REMEMBERING TO DO THE WORKS OF FAITH.

A. Man lives by believing something, not by debating and arguing about many things.

1 Thessalonians 1:3 remembering without ceasing your work of faith, labor of love, and patience of hope in our Lord Jesus Christ in the sight of our God and Father,

A. The world sees our faith through the Christian works of faith in our daily living.

B. We should be an example to the world.

Faith and works should travel side-by-side, step answering to step, like the legs of men walking. First faith, and then works; and then faith again, and then works again -- until they can scarcely distinguish which is the one and which is the other. William Booth

VI. WE MUST FIGHT THE GOOD FIGHT OF FAITH.

1 Timothy 6:12 Fight the good fight of faith, lay hold on eternal life, to which you were also called and have confessed the good confession in the presence of many witnesses.

A. Even in this present age, there are many that are paying a great price for their testimony in many lands. Some even with their lives.

B. We must stand for that which we have confessed before others.

VII. WE NEED TO CONTEND FOR OUR FAITH AND NOT COMPROMISE.

Jude 1:3 Beloved, while I was very diligent to write to you concerning our common salvation, I found it necessary to write to you exhorting you to contend earnestly for the faith which was once for all delivered to the saints.

A. We should not be ashamed of our Faith in Christ.

B. We need to live and speak of our faith to others with our testimonies.

VIII. LET US REMEMBER OUR BRETHREN OF THE HOUSEHOLD OF FAITH.

Galatians 6:10 Therefore, as we have opportunity, let us do good to all, especially to those who are of the household of faith.

A. How to we remember the household of faith?

1 Do good to all.

2. Take advantage of the opportunities God gives us.

3. Little faith will bring your soul to heaven, but great faith will bring heaven to your soul.

Definition of faith: Hebrews 11:1 Now faith is the substance of things hoped for, the evidence of things not seen.

"What is faith, unless it is to believe what you cannot see." Augustine of Hippo

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Miércoles, Abril 1, 2020

Este mensaje tiene como propósito recodarnos, o si nunca lo hemos aprendido, enseñar que debemos estar siempre preparados para andar en la “Santificación” la cual Dios nos ha dado por medio de su amado Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo (1 Corintios 6:11). Ya que no podremos reunirnos como iglesia por algún tiempo, debemos estar a diario en comunión con Dios, hasta que pase la presente pandemia del coronavirus (Covid-19). Entretanto, les invito a que lean, analicen, mediten, y compartan este mensaje que he preparados para todos ustedes.

LA LUCHA ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU (Las Dos Naturalezas del Creyente)

La Santa Biblia ilustra claramente que los creyentes tienen dos naturalezas. Antes de ser convertido, uno tiene una naturaleza vieja, la cual le controla. Uno hace lo que quiere. Y cuando uno hace lo que quiere, no siempre hace lo mejor. Pero no hay otra naturaleza en uno. Pero cuando uno nace de nuevo por la obediencia del evangelio de Cristo, uno recibe una naturaleza nueva, y cuando uno recibe esa nueva naturaleza, entonces es cuando comienza la lucha espiritual.

Si hablamos de luchas diarias no podemos dejar a un lado la lucha que mantiene nuestro espíritu con nuestra carne. La verdad es que antes cuando estábamos sin Cristo vivíamos conforme a los deseos de la carne y en la corriente de este mundo. Pero desde el mismo momento que abrimos nuestro corazón al Señor Jesús, y recibimos el perdón de los pecados, siendo redimidos por su preciosa sangre, fuimos liberados de la esclavitud del pecado, por lo cual comenzamos a percibir las cosas que son del Espíritu.

Rendirse o someterse al Señor permite que el Espíritu Santo obre en su vida y le controle; o, bien, se deja dominar por la naturaleza de la carne. No hay otra alternativa para el hijo de Dios.

LA CARNE: (La carnalidad es una forma de vida en que prevalece una actitud cual se opone a la voluntad de Dios, y en sí, es destructiva.) Gálatas 5:17, Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

En sentido figurado, llamamos carne a la concupiscencia de querer cometer pecado, y definitivamente todos somos atraídos por el pecado. Desde el principio de la creación el pecado se presentó al hombre como deseo de querer realizar algo que va en contra de la voluntad de Dios. Si decimos que una persona anda en la carne, nos referimos en su manera de vivir, en pocas palabras dando rienda suelta a sus deseos pecaminosos y olvidándose de agradar a Dios. El pecado es atractivo para el ojo humano, pero abominable para Dios (1 Juan 2:16), es ahí en donde comienza la “LUCHA ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU”

EL ESPÍRITU: Todos nosotros somos seres compuestos por espíritu, alma y cuerpo. (1 Tesalonicenses 5:23) “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” El espíritu es el que se comunica con Dios, es decir el que percibe las cosas que son de Dios y el que tiene como propósito agradarlo. En oposición a la carne, espíritu es como reflejo de la gracia de Dios, una fuerza que da vida y la protege. Podemos contrastar la obra de la carne con el fruto del espíritu como dice en Gálatas 5:16-26.(Lean esta escritura por favor). Si decimos que una persona anda en el espíritu, nos referimos a que anda conformo a la voluntad de Dios, no satisfaciendo los deseos de la carne.

El apóstol Pablo nos dice en Romanos 7:15, que hay una lucha entre la naturaleza nueva y la vieja; él dice: “Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.”

Aquí tenemos las dos naturalezas, que aún en el apóstol Pablo, se manifestaron en pleno conflicto entre sí, y en la misma manera las naturalezas de todo creyente. El cuerpo, la mente y el espíritu del creyente llegan a ser un campo de batalla donde la naturaleza nueva trata de vencer las obras del maligno, por el poder que Cristo nos da. (Filipenses 4:13)

Romanos 7

14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.

16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.

17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.

18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.

19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.

20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.

21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.

22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;

23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

24 !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado.

Pablo está diciendo que la naturaleza nueva no quiere hacer lo que la naturaleza vieja quiere que haga, pero la naturaleza vieja tiene el control. Pero, llega el momento en que una persona tiene que decidir de qué manera piensa vivir; es decir, ¿cuál es la naturaleza que le va a gobernar? Tiene que tomar o hacer una decisión, y esto tiene que ver con lo que llamamos “Rendición al Señor.”

Y todo aquel que se ha rendido de verdad a Cristo Jesús y ha sido redimido por EL, puede decir como nuestro amado hermano Pablo dijo después de cerrar el capítulo 7 de la carta a los Romanos, en una manera algo sombría.

Romanos 8:1 [Viviendo en el Espíritu] Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Aquí tenemos, por la GRACIA de Dios, “La victoria del Espíritu Santo sobre el pecado y la muerte.” El en capítulo 8 de Romanos tenemos los temas de la santificación, la seguridad, y la NO separación de Dios. Si Andando en la voluntad de Dios somos “Más que vencedores.” Romanos 8:37,” …en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”

BENDICIONES DE DIOS PADRE, EN CRISTO JESÚS, PARA TODOS USTEDES.

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Mensaje para el Domingo, Marzo 29, 2020

Este mensaje fue preparado para mis amados hermanos y hermanas en la fe, y también para todos los que se interesen in conocer más de CRISTO.

Este mensaje fue incorporado del canto "In Christ Alone” una popular canción cristiana, escrita por Keith Getty y Stuart Townend, en 2001. Muchos cantos cristianos, además de alabar a Dios, también sirven como predicaciones que nos hablan al corazón. Nuestro amado hermano Pablo dice en Efesios 5:19, “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones.”

"SOLO EN CRISTO" tiene como objetivo reafirmar nuestra fe y nuestra esperanza en Cristo Jesús, y proclamar al mundo que en SOLO EN CRISTO se encuentra la SALVACIÓN.

Por favor leer cada una de las escrituras bíblicas que acompañan este escrito. Medite cada frase, cada párrafo, y especialmente, cada verso bíblico acompañante. Compártalo con otros.

SOLO EN CRISTO

1. Solo en Cristo se encuentra mi esperanza; [Colosenses 1:27] [Él es mi luz, mi fuerza, mi canción. Es la piedra angular, la tierra sólida, Firme a través de la más feroz sequía y tormenta. Qué alturas de amor, qué profundidades de paz, en quien los temores se calman; cuando cesan los esfuerzos; Mi edredón, mi todo en todo; Aquí, en el amor de Cristo, estoy de pie. [1 Pedro 2:4]

2. Solo en Cristo, quien se hizo carne; La plenitud de Dios en un bebé indefenso; Este regalo de amor y justicia, Despreciado por los que vino a salvar ‘En esa cruz, en la cual Jesús murió, La ira de Dios fue satisfecha, Por cuanto todo pecado se le impuso a EL; Por la muerte de Cristo vivo, vivo yo. [Isaías 53:5]

3. Allí en el suelo yacía su cuerpo; Luz del mundo por la oscuridad exterminada; Luego estallando en glorioso día; De la tumba se levantó de nuevo. [Mateo 27:32-60] [Mateo 28:1-6] Y porque Él se levantó en victoria, La maldición del pecado ha perdido su poder sobre mí. Porque yo soy suyo y mío es El. Comprado con la preciosa sangre de Cristo vivo para EL. [1 Corintios 6:20] [1 Pedro 1:18-19]

4. Sin culpa en la vida, sin miedo a la muerte, tal es el poder de Cristo en mí. [Filipenses 1:21] Desde el primer grito de la vida hasta el último aliento, Jesús dirige mi destino. Sin potestad del infierno, sin esquema de hombre, que puedan arrancarme de su mano. Hasta que regrese o me llame a casa, por el poder de Cristo estaré de pie. [Romanos 8:35-39]

5. Me pararé, Me pararé, el resto del terreno es arena suelta. Todo otro terreno, todo otro terreno está en la arena, la arena suelta. Pero yo me pararé en El, SOLO EN CRISTO, (Mi Roca Firme) me pararé. [Mateo 7:24-27]

ENGLISH

This message was incorporated from the song "In Christ Alone” a popular Christian song, written by Keith Getty and Stuart Townend, in 2001. Many Christian songs, in addition to praising God, also serve as messages that speak to our hearts. Our beloved brother, the apostle Paul, says in Ephesians 5:19, "speaking among yourselves with psalms, with hymns and spiritual songs, singing and praising the Lord in your hearts."

"ONLY IN CHRIST" aims to reaffirm our faith and our hope in Jesus Christ, and to proclaim to the world that ONLY IN CHRIST SALVATION is found.

Please read each of the scriptures that accompany this writing. Meditate on each phrase, each paragraph, and especially each accompanying Bible verse. Share it with others.

IN CHRIST ALONE

1. In Christ alone my hope is found. [Colossians 1:27] He is my light, my strength, my song. This Cornerstone, this solid ground. Firm through the fiercest drought and storm. What heights of love, what depths of peace. When fears are stilled, when strivings cease. My Comforter, my All in All. Here in the love of Christ I stand. [1 Peter 2:4]

2. In Christ alone, who took on flesh, Fullness of God in helpless babe. This gift of love and righteousness Scorned by the ones He came to save, 'Til on that cross as Jesus died, The wrath of God was satisfied For every sin on Him was laid. Here in the death of Christ I live, I live. [Isaiah 53:5]

3. There in the ground His body lay. Light of the world by darkness slain. Then bursting forth in glorious Day. Up from the grave He rose again. [Matthew 27:32-60] [Matthew 28:1-6] And as He stands in victory. Sin's curse has lost its grip on me. For I am His and He is mine. Bought with the precious blood of Christ. [1 Corinthians 6:20] [1 Pedro 1:18-19]

4. No guilt in life, no fear in death. This is the power of Christ in me. [Philippians 1:21] From life's first cry to final breath Jesus commands my destiny. No power of hell, no scheme of man. Can ever pluck me from His hand. Till He returns or calls me home. Here in the power of Christ I'll stand. [Romans 8:35-39]

5. I will stand, I will stand; all other ground is sinking sand. All other ground, all other ground is sinking sand, is sinking sand, So I'll stand. [Matthew 7:24-27]

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Mensaje para el miércoles, 3/25/2020

Léalo, analícelo, medítelo y comparta con otros.

Algunas Cosas Que Covid-19 No Puede Derrotar

1. BENDICIONES ESPIRITUALES. Ninguna enfermedad puede privar a los cristianos de las bendiciones que realmente nos hacen ricos. Leer (Ef. 3:1-14). “37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Rom. 8:37-39).

2. LAS PROMESAS DE DIOS. Es útil en un momento como este recordarnos las increíbles promesas de Dios. Aquí hay algunas: "Nunca te dejaré ni te abandonaré" (Heb. 13:5); “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.” (Sal. 91:11); 22 “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23 Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” Lam. 3:22-23); “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Fil. 4:19).

3. LA FAMILIA DE DIOS. Tenemos algunos hermanos y hermanas muy especiales en Cristo, y parecen estar a la altura de la ocasión en momentos como este. Cuando estamos desanimados, nos edifican. “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tes. 5:11). Cuando tenemos una necesidad, sirven “… ministre conforme al poder que Dios da, …” (1 Pedro 4:11). Cuando estamos bajo una carga que ningún ser humano puede levantar, oran a nuestro Padre celestial “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,” (Ef. 3:20).

4. NUESTRO HOGAR CELESTIAL. Los cristianos tenemos “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,” (1 Pedro 1:4). Ningún virus nos lo puede quitar. Y cuando terminen las penas de esta vida, Dios ha prometido a su pueblo que “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apoc. 21:4).

Some Things that Covid-19 Cannot Defeat

1. Spiritual blessings. No disease can rob Christians of the blessings that truly make us rich (Eph. 3:1-14). “No, in all these things we are more than conquerors through him who loved us. For I am sure that neither death nor life, nor angels nor rulers, nor things present nor things to come, nor powers, nor height nor depth, nor anything else in all creation, will be able to separate us from the love of God in Christ Jesus our Lord” (Rom. 8:37-39).

2. The promises of God. It is helpful at such a time as this to remind ourselves of God’s amazing promises. Here are a few: “I will never leave you nor forsake you” (Heb. 13:5); “For he will command his angels concerning you to guard you in all your ways” (Ps. 91:11); “The steadfast love of the Lord never ceases; his mercies never come to an end; they are new every morning; great is your faithfulness” (Lam. 3:22-23); “And my God will supply every need of yours according to his riches in glory in Christ Jesus” (Phil. 4:19).

3. The family of God. We have some very special brothers and sisters in Christ, and they seem to rise to the occasion at times like this. When we are discouraged, they build us up (1 Thess. 5:11). When we have a need, they seem to serve “with the strength which God supplies” (1 Pet. 4:11). When we are under a load that no human being can lift, they pray to a heavenly Father “who is able to do far more abundantly than all that we ask or think” (Eph. 3:20).

4. Our heavenly home. We Christians have “an inheritance that is imperishable, undefiled, and unfading, kept in heaven for you” (1 Pet. 1:4). No virus can take it away from us. And when the sorrows of this life are over, God has promised his people that “he will wipe away every tear from their eyes, and death shall be no more, neither shall there be mourning, nor crying, nor pain anymore, for the former things have passed away” (Rev. 21:4).