¨El que aprende y aprender y no practica es como el que ara y ara y no siembra¨ (Platón). Definitivamente hemos sembrado semillas que nos han hecho florecer en nuevos conocimentos, experiencias gratas y otras no tan gratas, paciencia, más entusiasmo y ganas de seguir, que solo la praxis podría ofrecernos. El proceso de Práctica Docente II, nos a hecho reflexionar al igual que Práctica Docente I. Pero en esta ocasión nuestra reflexión no va tanto en empeñarnos en juzgar al maestro, ya que en esta ocasión tuvimos la oportunidad de colocarnos en sus zapatos. Este proceso nos ha puesto a pensar si en verdad esta es nuestra vocación y si es asi, cuales cosas quieremos mejorar.
Consideramos que cada jueves que íbamos a la escuela nos planteamos una meta y de igual manera esto implicaba sobrepasar algunos retos y desafios. Entre estos están el no ser un maestro monótono y aburrido, para nosotras se volvió algo de cada día brindarle aunque fuera 10 minutos de diversión a los niños en cada clase. Pero esto no solo lo pensamos para nuestra práctica sino que lo visualizamos cuando seamos maestras oficiales, ya que es la unica manera de ambia el sistema, porque ¨Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo¨(Albert Einstein).
Otra de las cosas que pudimos darnos cuenta es que el maestro nunca debe crear planificaciones que no puedan ser modificadas, y es que en el proceso de las clases a veces debemos de hacer cosas que no estaban en nuestra planificaciones. Es por esto que nos propusimos como meta siempre tener dos opciones de clases, porque en ocasiones los recursos que el maestro cree que va a utilizar en ocasiones no aparece o no está disponible.
Tambien esta dentro de nuestros retos y desafios, acercarnos más a los niños, ya que nos dimos cuenta que cuanto más cercanas fuimos con ellos, más confianza y respeto nos tuvieron. Y es que el maestro debe de ser una persona que ame a sus estudiantes y ese amor y cariño se lo demuestre porque nunca sabemos por las situaciones que pasan nuestros alumnos fuera de la institución.
Somos los gestores que deben procurar en todo momento que el proceso de ensenaza aprendizaje ocurra de manera efectiva en nuestros alumnos, siendo nuestro deber ir más allá de planificar y ejecutar clases, tenemos la obligación de educar a los niños, niñas y jóvenes con los que tengamos contacto, en todos los aspectos posible; personal, espiritual, educacional, actitudinal...en fin, todo aquello que pueda estar en nuestras manos, aunque implique un esfuerzo extra lograrlo.