Inicio

Todo tiene un comienzo: comienzan los amores (buenos y malos), comienza el alfabeto, la serie numérica, los años, los cursos escolares, comienzan los encuentros deportivos y, también, los desencuentros. Está claro: todo tiene un comienzo: mi existencia, las vacaciones, mis deseos, el universo, ¿la eternidad, tal vez?... Ahora, cuando tecleo el inicio de este cuaderno electrónico, ¡oh, no!, vislumbro otro comienzo: un comienzo que ponga en cuestión todos los comienzos. Y, en realidad, empiezo a darle vueltas a la idea de si algo, en verdad, alguna vez comienza...

Y ya, apenas transcurridos unos segundos, en este "fiat lux" modestísimo, mínimo, vulgar y silencioso, hay también estremecimiento y pavor (como corresponde a todo nacimiento). Otra vez estoy -en el fondo del fondo de todos los fondos -he de confesarlo- horrorizado...

Lo bello, lo sublime, lo misterioso, lo telúrico, lo irremediable, lo porvenir, lo imprevisible... ¡todo se acepta en este viaje! Allá vamos o iremos, donde nos lleve el azar o la meticulosa traza de una inteligencia inescrutable.

¡Ea, comiencen la andadura y el movimiento, ya que nada podemos hacer contra nosotros mismos! Y que lo que ha de ser, sin adjetivación alguna, sea.