#LavadoyTeñido

¿Crees que nuestros antepasados lavaban su ropa?

1- LAVADO

* Fullonica

Es el nombre que recibían en el Imperio romano los comercios dedicados a la lavandería y a la tintorería. El servicio, ordinario era caro, ya que el emperador Vespasiano había impuesto un tributo sobre la orina humana. Las fullonicas se basaban en esta sustancia para acometer la labor de limpiar la ropa, ya que los ácidos disolvían las manchas.

Tal vez la más famosa de todas las encontradas sea la fullonica de Stephanus, o Stéfano, un adinerado comerciante de Pompeya que seguramente muriera en la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era, que arrasó la ciudad.

La fullonica de Stefano era, como muchos comercios, una antigua vivienda, pero en este caso se procedió a una auténtica transformación y adaptación. Las diferentes estancias fueron descubiertas por los arqueólogos en 1911, hallándose en buen estado de conservación, hasta el punto de permitir la identificación de cada una de ellas.

El nombre del propietario aparece en la propaganda escrita en la puerta.

En el primer recinto tras la amplia entrada se encontraron restos de la prensa empleada para planchar los paños.

El impluvium, o patio interior destinado a recoger agua de lluvia se había dedicado a la limpieza de ropa transformado en una especie de lagar (pileton) delimitado por unos muros de unos 30 cm. de altura. Aquí se tendía también la ropa puesta a secar al sol.

Tras el jardín, con su peristilo, se encuentran las restantes dependencias: tres tinas comunicadas y sin desagüe y cinco pozos. En éstos los esclavos lavaban la ropa pisando los paños sumergidos en agua y sustancias alcalinas: soda y orina recogida en unos recipientes próximos. Para ablandar las telas endurecidas por estas sustancias se procedía posteriormente a tratarlas con arcillas y finalmente, tras el batimiento, a un último y cuidadoso lavado que eliminase los restos de las sustancia anteriores. Finalmente eran cardadas, cepilladas y planchadas.

La fullonica disponía también de letrinas y cocina para sus trabajadores.

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* El ciclo de limpieza

Recepcionado el trabajo lo primero se realizaba era buscaban posibles daños en el tejido, y una vez arreglados se atiesaba (y limpiaba) la tela sumergiéndola en sustancias alcalinas (orina fermentada).

El emperador Vespasiano creó letrinas públicas en las que los propietarios de fullonicas podían recoger la orina empleada en sus negocios mediante el pago de un impuesto. Con anterioridad era frecuente que cerca de la entrada de las lavanderías se dispusiesen ánforas recortadas. Sobre algunas de ellas se han encontrado en Pompeya inscripciones que invitaban a los transeúntes a orinar en dichos recipientes para obtener la materia necesaria para el negocio.

Baños públicos- Ostia

En la fullonica de Barcino se ha hallado junto a la pileta de la primera estancia un ánfora recortada (de la que se conserva el negativo) con restos de cenizas empleados como detergentes y blanqueantes. En el interior de la pileta, junto a un grueso sedimento de cal, los análisis efectuados han permitido detectar la presencia de orina y cenizas, empleadas como mordientes y blanqueantes. En la segunda pieza se encontraba la lacuna fullonica, destinada al aclarado, semejante a las localizadas en Ostia.

Barcino

El siguiente paso fue la sulfuración de la tela. En primer lugar, se extendió sobre un marco de semiesfera (viminea cavea) En las que se quemó azufre. Entonces, los materiales se frotaron con tierra de batán, para evitar que se ensucie con facilidad y para iluminar los colores apagados.

Las operaciones siguientes terminaban con los aprestos, mediante la aplicación de tierra de batán seca, como la umbrica terra (Plinio, Nat. Hist., 35, 197), restregándola sobre los paños. El rizoma de un tipo de lirio (Iris sp.), denominado fullonicatoria, se empleaba para almidonar y dar cuerpo a los tejidos (Roche-Bernard y Ferdiere 1993).

El cepillado no se menciona en los escritos griegos y latinos, pero parece poco probable que este procedimiento es necesario se prescindió, antes de que el paño se colgó y recortada con tijeras para quitar todos los pequeños hilos de lana. Si se deseaba lanoso textura, el material se recorta en un solo lado. El primer tipo se conoce como Psila, este último Anfimala. Al comienzo del período de Imperial, telas algodonosas se hicieron en Padua en grandes cantidades.

La etapa final del procedimiento fue el prensado de las cosas en lino-prensas (pressorium). Antes de presionar, el más completo llenó la boca con agua, para rociar los paños. El tornillo de la mano de la prensa fue llamado peristrophis. El trabajo de la más completa se hizo, cuando la prensa era desatornillado (solvere Prela) y los materiales extraídos.

GAF

* Elementos de lavado

Tierra de batán Es una arcilla que posee propiedades de absorber las grasas empleada en los batanes antiguos para desengrasar paños de lana. En los fullonia de creta, se utilizó tierra de batán para la absorción de grasa; una especie de arcilla que se encuentra en la isla de Kimolos, en Umbría, Lemnos, y Samos. Un tipo más barato, sólo apto para materiales blancos, ya que afectaba negativamente a colorantes, fue importado de Cerdeña.

Cimolia La mejor de las arcillas que se sacaba de la isla de Cimolos, una de las Cicladas, bautizada con el nombre de cimolia . Llega a los romanos por los egipcio y la usaban para prendas de color.

Umbrica terra Otra variedad de arcilla se extraía de Italia; otra el sardo, de Cerdeña y otras de Lemnos y Samos. Todas estas tierras grasas se empleaban no sólo para el lavado, aprestado como arreglo de las lanas.

Terra saxum Esta arcilla se utilizaba para frotar las telas blancas.

Azufre quemado: usado para la sulfuración de la tela, es un agente Blanqueador ademas de antiséptico y desinfectante,reductor de bacterias.

Cal En los procesos químicos la cal actúa en la saponificación La saponificación es un proceso químico por el cual un cuerpo graso, unido a un álcali y agua, da como resultado jabón, un producto usado para limpiar.En la producción de colorantes azoados, la cal puede ser usada para proveer de un medio

alcalino a los reactantes y para acelerar la velocidad de la reacción.

Orina fermentada

La orina al salir del cuerpo está acida (pH 5), en climas templados con un mes de almacenamiento se vuelve alcalina (pH 9-10). Contiene: Calcio, Magnesio, Potasio, nitrógeno

sodio, fósforo, boro, hierro, cobre, zinc, calcio, etc.

Saponaria officinalis: El uso de esta planta está documentado en Egipto y Palestina por las referencias del papiro holmiense (Patterson 1957; Forbes 1964). En España, la hierba jabonera es frecuente en lugares húmedos, cercanos a rieras o cursos de agua secos del estadio montano, a pesar de ello no hay constancia de su uso en época romana.Indicada para el lavado de lana.

El rizoma de un tipo de lirio (Iris sp.),denominado fullonicatoria, machacado y remojado en agua. Se empleaba para almidonar y dar cuerpo a los tejidos.

Carriera Saccharum ravennae ) el fruto se empleaba para la fabricación de jabón

Polvos vegetales para eliminar manchas de grasa.

El lomento o harina de habas servía para lavar el cuerpo y también la ropa. La ceniza como materia a propósito para lavar las telas.

La mejor solución la preparaban con ceniza de parra y de higuera.

Los romanos conocían con el nombre de nitro ciertos productos que contenían gran cantidad de carbonato de sosa y de potasa, la mayoría procedentes de Egipto, donde había muchas minas de lejía natural.

¿Te has preguntado si tenían colores las prendas en la antigüedad?

2-TEÑIDO

* Los tintoreros romanos

Los tinctores romanos se dividían en infectores, dedicados a la tinción de la lana y paños nuevos, y los offectores, que teñían paños usados y desteñidos. Uscatescu (1994) señala que los offectores estarían estrechamente relacionados con las fullonicae, incluso remarca que podían ser una misma persona.

El teñido de tejidos con materia tintóreas vegetales, animales o minerales se remonta a época prehistórica, aunque ha llegado muy poca información hasta nosotros. Como comenta Firmin (1988), la aplicación y el empleo de los tintes depende de varios factores entre los que cabe destacar la naturaleza de la fibra (lana, lino, cáñamo,...) y el estado de procesado

de la misma (estopa, hilo, piezas,...) (Horsfall-Lawre 1956); la parte de la planta utilizada, ya que los tonos obtenidos al emplear flores, frutos, tallos, hojas, corteza o raíces, pueden dar tintes diferentes (Roche-Berard y Ferdiere 1993); el tipo de mordiente, dado que una misma planta puede dar tonalidades diversas según el mordiente empleado; el proceso de impregnación, sea en maceración en frío o tintado en caliente, que según la parte de la planta y el mordiente aplicado también puede dar resultados diferenciados; la naturaleza del recipiente utilizado, que según sea el material puede afectar químicamente al proceso, aunque en el caso de la cerámica no suele afectar ya que suele rondar la neutralidad; y por último, la calidad del agua, que, por ejemplo, en el caso del lino, éste presenta diferente tonalidad según la composición del agua en la que ha estado enriado (Miro 1908).

En el norte de Italia muchos romanos poseían grandes rebaños de ovejas, y es de suponer que el teñido también se llevó allí. A este respecto hay que señalar que la lana de Liguria era por naturaleza rojizo en color. En reconocimiento a sus servicios las purple-tintoreros de Sybaris en menor Italia estaban exentas del pago de impuestos. El famoso vestido bordado de Hera Lacinia probablemente fue hecha en Sybaris; el famoso santuario de la diosa era también en el sur, cerca de Croton.

Lanas y tintes de Apulia, en especial los de Canusium, también fueron ampliamente conocido, lana Canusian era de color oscuro. Había dos grados, uno muy fino en textura y duraderas, que no se tiñen, y otro, tipo grueso, usado por los esclavos y soldados, que fue teñido. Para este propósito se utilizó un colorante conocido como purpurissum, que fue fabricado en Canusium. La fabricación de material de lana Canusian persistió durante todo el período imperial.

* Los tintoreros de añil de Hausa - (Kano, Nigeria)

La zona fue en su época una gran centro de producción de turbantes índigo y prendas que se comercializaban en todo el Sahara y el Sahel. En la actualidad la actividad textil permanece, pero con una finalidad más turística.

Esta actividad textil ha dejado como resultado una serie de construcciones singulares fruto del proceso de teñido. La mayoría se encuentran en Kofar Mata en una de las entradas a la ciudad de Kano. El proceso requiere dos pasos fundamentales: por una parte teñir en sí mismo y secar, y por otra ‘impermeabilizar’ la tela. Para el teñido se construían pozos en los que contener el tinte: una mezcla de pigmento índigo y bases acuosas. Estos pozos son agujeros realizados sobre un suelo previamente extendido con tierra y barro, creando únicamente un perímetro de resalte. En su parte superior se coloca una estructura accesoria compuesta por un trípode y una cesta invertida que compone un parasol, para evitar que el contenido del pozo se caliente y que el trabajador pueda utilizarlo a pesar de las altas temperaturas.

Una vez teñidos, se secan para luego, en el interior de cabañas especializadas, se colocan sobre un tronco y se les da una capa de grasa mezclada con pigmentos índigo. Para que ésta se fije en la tela sin modificar su tacto, se golpea con grandes mazas de madera creando una apariencia metálica de la misma.

* Tintoreros de las Tenerias de Fez

Las tenerías de Fez son renombradas en Marruecos. La curtiduria Showara, la más importante y trabaja con el curtido vegetal de pieles, se trata de un conjunto de tinajas de piedra que se divide en dos áreas: la de las tinajas de amoniaco blanco, usadas para el primer tratamiento de las pieles crudas y la de las tinajas de colores, usadas para pintar las pieles dejadas en remojo durante 4 días.

* Tintas y Colorantes Intermedios

Dentro de las materias primas podemos distinguir tres tipos de tintes según su fijación:

-Los sustantivos o directos, que se incorporan por sí mismos a los elementos del tejido; los tintes de cuba, que se fijan por oxidación en contacto con el aire; y las substancias adjetivas, que precisan de la acción de un mordiente para fijar los colores en las fibras (Daremberg y Saglio 1969; Robinson 1969; Uscatescu 1994).

Los tintes sustantivos son solubles en agua y se emplean básicamente para el teñido del algodón y, en menor medida, de lanas y seda. Suelen ser tinciones de poca duración. Entre los escasos tintes que pertecen a este grupo destacan el cártamo o alazor (Carthamus tinctoria), que produce un color naranja-amarillento, y la orchilla de mar (Rocella tinctoria), un líquen del que se pueden obtener tonalidades rojas, magentas y violetas a través de un proceso de maceración con orina putrefacta (Robinson 1969). Los tintes de cuba son compuestos insolubles que únicamente se disuelven en medios alcalinos. La reducción del tinte se produce por acción bacteriana, aunque también se puede conseguir en una cuba de fermentación con cortezas de árbol y salvado. El compuesto resultante se denomina leuco y se fija en

las fibras tras el contacto con el aire, que oxida el producto y lo fija fuertemente al tejido. Entre estos tintes destaca el índigo y la púrpura.

-Los tintes adjetivos se combinan con sustancias mordientes, de propiedades alcalinas, que las fijan a la fibra. Los mordientes son materias cáusticas, y su manipulación exigía precauciones, por eso algunos autores piensan este tipo de actividad requería una especialización (Daremberg y Saglio 1969). Como mordientes se utilizaban fijativos de diferente origen: animal, como la orina; vegetal, como las cenizas de madera (que proporciona potasa), algunas plantas hervidas como algunas especies de la familia de la convulvaláceas; o mineral, como las arenas de batanería (sosa o potasio) o sales solubles (aluminio, cromo, hierro o estaño) (Alfaro 1984; Ventosa 1983).

-En relación a los tintes vegetales, en época romana se emplearon diferentes plantas para la obtención de tonalidades diversas. El amarillo se conseguía a partir de la gualda (Reseda luteola L.), la retama de los tintoreros (Genista tinctoria L.), el azafrán (Crocus sp.), el zumaque (Rhus coriaria L.), el almez (Celtis australis L.) y el granado (Punica granatum L.).

La gualda, denominada lutum, contiene un colorante natural conocido como luteolina que permite obtener tonalidades de amarillo intenso. La retama, citada por Plinio (Nat. Hist., XVI, 74 y 124) también tiene el mismo compuesto. En el caso del azafrán, se empleaban sus estigmas florales, aunque los tintes obtenidos son de poca permanencia. Las raíces y la corteza del almez, denominado faba graeca, por Plinio (Nat. Hist., XVI, 124), y las granadas (Punica granatum L.) también se emplearon para obtener tonos amarillentos. El zumaque (Rhus coriaria L.), se empleaba como curtiente y como tinte, especialmente en el tratado de los cueros (corium). Teofrasto (H.P., III, 18, 5) señala su aplicación para dar color a cueros blancos.

* Como se obtienen cada color

- Azul

Para conseguir tonos azules se empleaba la hierba pastel o pastel de los tintoreros (Isatis tinctoria L.), el índigo (Indigotifera tinctoria L.) y el poligono de los tintes (Poligonum tintorum L.). La hierba pastel, denominada glastum por Plinio (Nat. Hist., XXII, 2 y 46), recibe también las denominaciones de vitrum o vitrea herba (Dioscórides, II, 215; Pomponio Mela, Chorografia, 3,6,5; Julio Cesar, Guerras Gálicas, 5, 14,2). Roche-Bernard y Ferdiere (1993) documentan su empleo como tintura al menos desde el siglo I d.C., señalando su cultivo por la presencia de semillas en el interior de un recipiente de la granja de Ginderup (Dinamarca).

El índigo, conocido como indicum (Plinio, NH, XXXV, 46; XXXVII, 84; Dioscórides, V, 107),

era otro de los tintes empleados, aunque no se cultivaba en la Península Ibérica. Las tres plantas contienen indigotina, colorante azul que se obtiene de las hojas; éstas se trituran y se reducen a una pasta que, tras fermentar, soltaba fácilmente la indigotina que contenía. El índigo llegaba en piezas o bloques semejantes a un producto de tipo mineral (Forbes 1964;

Withnall et al. 1992).

-Rojos

Los tonos rojos se obtenían a partir de la orchilla de mar (Lichen roccela L.), la rubia (Rubia

tinctorium L.), el alazor (Carthamus tinctorius L.) o la henna (Lawsonia inermis L.). La orchilla de mar (Rocella tinctoria Ach o Lichen roccela L.) es un li quen que fue frecuente en el Mediterráneo. Teofrasto (H.P., IV, 6, 5) comenta que era abundantísimo en las costas cretenses. Este autor señala que se empleaba para teñir cintas, lana y vestidos, y añade que mientras el tinte es reciente, el color es más hermoso que la púrpura. La rubia (Rubia tinctoria L. y Rubia pelegrina L.), se empleaba para la tintura de lanas y cuero (Plinio, Nat.Hist., XIX, 17). En este caso, la alizarina o ácido rubiétrico es el compuesto tintóreo

que se concentra en el rizoma y se reduce en polvo para su empleo. Mezclada con pastel permite obtener tonos violetas. Según Roche-Bernard y Ferdiere (1993) se ha documentado en tejidos de la Bourse de Marsella (Francia), datado uno de ellos en el último cuarto del siglo I d.C. Existen otras rubiáceas que presentan las mismas propiedades tintóreas como la Asperula tinctoria L., el Galium aparine L. y el Galium verum L.

Lichen roccela

rubia tinctorum

-Negros

Las tonalidades negras de la lana hispana se atribuyen a las ovejas negras que producían una lana de ese color con la que se confeccionaba los sagos, una especie de prenda de abrigo, sin mangas y abierta por los costados, fabricada con distintas lanas, sin asociarse a tintado ninguno (Sánchez Belda y Sánchez Trujillano 1986). De todas maneras las excresencias de las hojas de las encinas, producidas por las picaduras de insecto, permiten obtener tonalidades entre gris y negro para tintar lanas. En este sentido, Teofrasto (H.P., III, 8,6) cita el uso de las agallas de una variedad de roble (hêmerís) con el que se puede teñir la lana. Plinio (Nat.Hist., XV, 87) también señala el empleo de la cáscara de las nueces en tintura para lanas y cabellos. La juglona, el principio colorante, se encuentra igualmente en las hojas y en la corteza joven de estos árboles. Los rizomas del lirio amarillo (Iris pseudacorus L.) se emplearon para la obtención de tintes negros y grisáceos (Alfaro 1984). El verde se obtenía mediante la combinación de tintes amarillos y azules. Un ejemplo es la combinación de gualda con hierba pastel que permite obtener tonos verdes.

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-Baño tintóreo

La manera de preparar el baño de tintura depende de la naturaleza de la materia colorante, se suelen emplear maceraciones en agua fría o agua hirviendo (Ronquillo 1857). Para aprovechar los residuos de tintura es frecuente trabajar con un baño fijo, es decir que se utiliza siempre el mismo baño previa adición del colorante necesario. En muchos casos, con el objeto de que el baño sea más efectivo se puede dejar remontar el tinte en baños fríos.

El proceso de tinción en frío es el único sistema empleado para la obtención del color azul a partir de la indigotina. Según los datos experimentales de Roche-Bernard y Ferdiere (1993) este tipo de técnica no precisa instalaciones particulares ni combustible. Estos autores comentan que es necesario un medio urbanizado con artesanos especializados para el proceso. Según el Tratado instructivo y práctico sobre el arte de la tintura (1778) aparecen documentados varios métodos para los baños en frío.

Para el proceso de la tintura en caliente, antes del baño, la fibra tiene que ser tratada con mordientes que permitirán que el principio colorante se fije a las fibras y sea resistente al paso del tiempo.arqueológica de un nuevo sector que había quedado al margen del discurso expositivo

Las investigaciones se centraron en el sector nordeste de la ciudad romana de Barcino, que parece corresponder a un barrio industrial. En esta zona coexistieron en el siglo III d.C.,

Los trabajos arqueológicos efectuados recientemente en el subsuelo del Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona plantearon una reinterpretación del área excavada en diversas fases entre los años 30 y 60, con motivo de un nuevo montaje museográfico que quedó inaugurado en junio de 1998. En el marco de esta intervención se realizó un muestreo exhaustivo para la identificación de indicadores que pudieran contribuir a interpretar la funcionalidad de las áreas excavadas en fases anteriores y en la excavación arqueológica de un nuevo sector que había quedado al margen del discurso expositivo.

El muestreo se centró en una pileta de planta rectangular, de 3 x 1 m, con los típicos enlucidos hidráulicos y los bordones de opus signinum, que presentaba restos de tinte azul. El análisis de los residuos conservados en la superfície del mismo permitió identificar dos compuestos empleados para obtener tonos azules: uno de origen vegetal, la indigotina (C16H10N2O2), y otro de origen mineral,azul egipcio/azul pompeyano (CaCuSi4O10)

Acá termina el tercer tema del curso te invitamos a dejar tus comentarios , invitar a tus compañeros, a recomendarlo en fin a compartirlo.

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