- SINGULARIZAR EL MODELO

El Artículo 113 de la LOE (recogido ahora en la LOMCE) dispone la existencia en los centros educativos de una biblioteca como espacio y dotación. Determina su función (el fomento de la lectura y el acceso a la información) y resalta su valor social como espacio abierto a comunidad, pero no indica cómo ha de ser su uso ni su organización. FALTA UNA CONCRECIÓN NORMATIVA.

La legislación estatal no formula la manera como las bibliotecas escolares tienen que llevar a cabo sus funciones como ocurre con otras tipologías bibliotecarias. Su uso y su organización están en una situación abierta con diversos modelos posibles de desarrollo.

Han sido las DIRECTRICES BIBLIOTECARIAS Y LOS DOCUMENTOS DE REFERENCIA elaborados por las administraciones educativas, las que han ido definiendo ámbitos de actuación para la biblioteca escolar y orientaciones para su uso, pensando en dotar de valor su existencia y argumentar su utilidad.

Esta documentación es un corpus teórico que presenta diversos modelos de desarrollo, que responden a interpretaciones distintas del concepto de biblioteca escolar. Las diferencias pueden identificarse en la manera en que las orientaciones se articulan. Unas lo hacen desde la propia biblioteca y las otras desde dentro de la escuela. El objetivo de ambos modelos es INCORPORAR EL USO DE LA BIBLIOTECA considerando las necesidades que el proyecto educativo presenta en lectura y acceso a la información.

En el marco de la TRANSFORMACIÓN EDUCATIVA necesitamos una biblioteca escolar con un papel instrumental de recurso facilitador. No se trata de asumir liderazgos sino de intervenir dando respuesta a necesidades concretas. El responsable de la biblioteca es UN DOCENTE que ha de participar en los PROYECTOS TRANSVERSALES DE CENTRO, aportando su especialidad dentro de equipos de trabajo y ejerciendo la docencia compartida en el desarrollo de estos proyectos.

El potencial de la biblioteca escolar como recurso educativo ha de ser promovido desde dentro de la escuela. Cada centro ha de CONCRETAR UN PROYECTO DE USO DE LA BIBLIOTECA y establecer en consecuencia su organización y gestión.

Cada comunidad educativa tendría que poder definir el modelo de biblioteca escolar que desea y las funciones que quiere atribuirle en relación a sus prioridades y su singularidad. Hay que intentar que la biblioteca escolar sea un recurso que pueda estar realmente en manos del profesorado y al servicio de la comunidad educativa.

Esta cuestión requiriere DINÁMICAS DE TRABAJO COLABORATIVAS y propuestas metodológicas activas en los procesos de aprendizaje. Y un compromiso de la comunidad educativa en referencia a la lectura y a la mejora de los aprendizajes.

La biblioteca escolar es UNA OPCIÓN PEDAGÓGICA. Estamos ante un recurso que ha de ser usado y organizado en función de las necesidades específicas de cada centro, considerando la diversidad de realidades y contextos.

El PLAN DE TRABAJO ANUAL de la biblioteca tendría que organizarse a partir de los objetivos y prioridades de centro y no por unos ámbitos predefinidos por las funciones de la biblioteca escolar. Así el centro educativo lo que hace es singularizar el modelo de biblioteca escolar a la realidad de su contexto.

HAY UNA PROPUESTA ABIERTA QUE PERMITE SINGULARIZAR SU DESARROLLO.

Las bibliotecas de los centros educativos son muy diversas. No hay, ni podrá haber, dos bibliotecas escolares iguales, aunque compartan un modelo base. Existirá una gran variedad de bibliotecas escolares porqué existe una gran diversidad de realidades y contextos en nuestro sistema educativo.