El bronce fue la primera aleación fabricada voluntariamente por el ser humano: se realizaba mezclando el mineral de cobre (calcopirita, malaquita, etc.) y el de estaño (casiterita) en un horno alimentado con carbón vegetal. El resultante de la combustión del carbón, que se oxidaba formando anhídrido carbónico, producía la reducción los minerales de cobre y estaño a metales. El cobre y el estaño que se fundían, se aleaban entre un 5 y un 10 % en peso de estaño.
La introducción del bronce resultó significativa en cualquier civilización que lo halló, constituyendo la aleación más innovadora en la historia tecnológica de la humanidad.
el estaño, no era frecuente en muchas regiones, y debía ser importado de parajes lejanos. Las aleaciones basadas en estaño más antiguas que se conocen datan del cuarto milenio a. C. en Susa (actual Irán) y otros sitios arqueológicos en Luristán y Mesopotamia
Aunque el cobre y el estaño pueden alearse con facilidad, raramente se encuentran minas mixtas, si bien existen algunas pocas excepciones en antiguos yacimientos en Irán y Tailandia. El forjado regular del bronce involucró desde siempre el comercio del estaño. De hecho, algunos arqueólogos sospechan que uno de los disparadores de la Edad del hierro, con el subsecuente y progresivo reemplazo del bronce en las aplicaciones más importantes, se debió a alguna interrupción seria en el comercio de ese mineral alrededor de 1200 a. C., en coincidencia con las grandes migraciones del Mediterráneo. La principal fuente de estaño en Europa fue Gran Bretaña, que posee depósitos de importancia en Cornualles. Se sabe que ya los fenicios llegaron hasta sus costas con mercancías del Mediterráneo para intercambiarlas por estaño.
La aleación básica de bronce contiene aproximadamente el 88 % de cobre y el 12 % de estaño
La aleación de cobre con arsénico es el primer bronce utilizado por el hombre. Es una aleación blanquecina, muy dura y frágil. Se fabrica en una proporción del 70 % de cobre y el 30 % de arsénico,
El cobre es uno de los pocos metales que pueden encontrarse en la naturaleza en estado "nativo", es decir, sin combinar con otros elementos. Por ello fue uno de los primeros en ser utilizado por el ser humano. Los otros metales nativos son el oro, el platino, la plata y el hierro proveniente de meteoritos.
Los primeros crisoles para producir cobre metálico a partir de carbonatos mediante reducciones con carbón datan del V milenio a. C
No se sabe cómo ni dónde surgió la idea de añadir estaño al cobre, produciendo el primer bronce. Se cree que fue un descubrimiento imprevisto, ya que el estaño es más blando que el cobre y, sin embargo, al añadirlo al cobre se obtenía un material más duro cuyos filos se conservaban más tiempo
Los primeros objetos de bronce tenían un contenido de estaño o de arsénico menor del 2 %, y por ello se cree que eran el resultado de una aleación no intencionada causada por las partículas metálicas contenidas en el mineral de cobre. La adición de un segundo metal de cobre aumentaba su dureza, bajaba la temperatura de fusión, y mejoraba el proceso de la fundición produciendo una masa fundida más fluida que al enfriar se hacía más densa y menos esponjosa
Los objetos de bronces arsenicales aparecen por primera vez en el Cercano Oriente, donde el arsénico se encuentra comúnmente asociado con menas de cobre, aunque los riesgos para la salud se comprendieron de forma rápida y se buscaron a principios de la Edad del Bronce fuentes de minerales de estaño, mucho menos peligrosas. Esto creó una demanda del raro estaño metálico y dio lugar a una red comercial que unía los yacimientos lejanos de estaño con los mercados de las culturas de la Edad del Bronce.
La casiterita (SnO2), el principal óxido que forma el estaño, fue la fuente original más probable de estaño en la antigüedad.