Aguinaldo 2020
AGUINALDO 2020
“Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mt 6,10)
“BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS”
Presentación del tema del Aguinaldo 2020
Era el mes de enero cuando presenté a la Familia Salesiana el Aguinaldo 2019 en Valdocco, y ya me están pidiendo el ‘boceto’ del Aguinaldo 2020 para tenerlo al inicio del año académico en algunas partes del mundo.
Lo hago con gusto, pero insistiendo que es solo un esquema con los puntos esenciales que desarrollaré cuando prepare el texto con una reflexión pensada, interiorizada, reposada; profunda y comprensible al mismo tiempo.
Para el 2020 he pensado, después de haber dialogado en la Consulta Mundial de la Familia Salesiana en el mes de mayo en Turín, en proponer un tema que, en forma de binomio de dos términos, encierra la esencia de nuestro educar salesiano. Lo hemos recibido del mismo Don Bosco. Ayudar a nuestros muchachos, muchachas y jóvenes a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Nos hace falta profundizar cada vez más en nuestro ser evangelizadores y educadores de la Fe. Se experimenta una cada vez mayor fragilidad, y a veces incapacidad, en ser apóstoles y misioneros de los jóvenes. Y al mismo tiempo se corre el riesgo de no educar a nuestros jóvenes en un fuerte sentido de ciudadanía, de justicia social y de valores evangélicos que lleven a interiorizar como programa de vida el servicio a los demás, el compromiso en la vida pública, la honestidad personal y la alergia a todo tipo de corrupción, la sensibilidad ante un mundo en movimiento y donde tantos emigran, con una sensibilidad por la creación y la ‘casa común’ que nos ha sido donada, y siempre buscando la defensa de quien es indefenso, de quien no tiene palabra, de quien es descartado.
Si no conseguimos educar con estos valores, me pregunto ¿qué estamos consiguiendo? ¿y qué Evangelización en el nombre de Jesús estamos llevando a cabo…?
Por eso, este empeño educativo es expresión para hoy del “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”[1]. Esta es y seguirá siendo una verdadera “Política del Padrenuestro” de Don Bosco.
Deseo que el Aguinaldo nos siga ayudando a tener un hilo conductor en la guía pastoral del nuevo año en cada lugar del mundo.
Bendiciones para todos.
1. ¿Qué queremos decir con "La política del Padrenuestro” en Don Bosco?
Como la referencia a Don Bosco es tan directa y se refiere a uno de los temas más sensibles de su historia `dentro' del contexto socio-político- eclesial en el que vivió, creo que es importante prestar atención a lo que nuestras fuentes expresan sobre este tema. Es necesario tener una idea clara de cómo era para Don Bosco la participación en la "polis" de su tiempo: sus grandes “síes” y sus segurísimos “noes”, que ciertamente no pueden ser extrapolados a nuestro contexto.
El Aguinaldo de este año nos da la oportunidad de reconstruir lo que pensaba Don Bosco y lo que fue su modo de hacer y actuar en medio de sus jóvenes y en su formación para la sociedad en la que se encontraban, cambiante a un ritmo vertiginoso, en plena revolución industrial donde la pobreza llegaba a ser extrema para muchos, inmensa en la desigualdad, terrible en la mendicidad y el abandono de los niños ‘migrantes’; todo ello en la Italia del siglo XIX.
Es muy conocido en las Memorias Biográficas el episodio en el que la expresión (la política del Padre Nuestro) surgió durante un encuentro entre Don Bosco y Pío IX en 1867: El propio Papa, acuciado por el peso de los acontecimientos, llegó a preguntar a Don Bosco con qué política resolvería la delicada situación italiana. Nuestro padre fundador respondió sin dudarlo: - «Mi política es la de Vuestra Santidad. Es la política del Padrenuestro. En el Padrenuestro suplicamos que venga el Reino del Padre celestial sobre la tierra, esto es, que se extienda más, que sea mejor comprendido, más vivo, más poderoso y glorioso: ¡Venga tu Reino! Y esto es lo que importa.»[2].
Pero este pensamiento lo tenemos que entender con profundidad y en todo su alcance (como lo haremos en el desarrollo del texto del Aguinaldo), y que viene iluminado también por otros pensamientos de Don Bosco como el que dice: “Realmente no hacemos política a través de nuestro trabajo; nosotros respetamos a las autoridades establecidas, observamos las leyes que hay que cumplir, pagamos impuestos y seguimos adelante, pidiendo solo que nos dejen hacer el bien a los jóvenes pobres y salvar almas. Si se quiere, nosotros también hacemos política, pero de un modo absolutamente inofensivo, es más, ventajoso para cada gobierno. La política se define a sí misma como la ciencia y el arte de gobernar bien el Estado. Es así que la obra del Oratorio en Italia, Francia, España, América, y en todos los países donde ya se ha establecido, llevándose a cabo especialmente para aliviar a la juventud más necesitada, tiende a reducir el número de indisciplinados y vagabundos; tiende a reducir el número de los pequeños delincuentes y ladrones; tiende a vaciar las cárceles; tiende, en una palabra, a formar buenos ciudadanos, que lejos de molestar a las autoridades públicas serán su apoyo, para mantener el orden, la tranquilidad y la paz en la sociedad. Esta es nuestra política; esto es lo que hemos tratado hasta ahora, esto es lo que trataremos en el futuro. Y es precisamente este método el que ha permitido a Don Bosco hacer el bien primero a vosotros y después a muchos otros jóvenes de todas las edades y países”[3].
Esta misma “política” es la que ha llevado a Don Bosco a dar respuestas eficaces frente a urgencias nuevas y persistentes por el bien de sus muchachos.
2. BUENOS CRISTIANOS
Viviendo en la fe del Señor y con la guía del Espíritu
Hallamos un pasaje de la carta a los Efesios que expresa la belleza y la grandeza del amor al que estamos llamados; un horizonte que no debe fallar nunca en el contexto en el que seamos enviados. Nada puede quitar la dignidad y la grandeza divina que reposa dentro y delante de cada vida humana como es su destino. El hecho de que sea Pablo quien diga esto, que tuvo ante sí un mundo pagano, hace que estas palabras sean todavía más alentadoras:
Arraigados y fundados en la caridad (Efesios 3:14-19)
“Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, por la riqueza de su gloria, fortaleceros interiormente, mediante la acción de su Espíritu; que Cristo habite por la fe en sus corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, y se llenen de toda la plenitud de Dios”[4].
Vivir en la escucha de Dios que nos habla y viviendo lo que se anuncia, con la necesidad de Evangelizar y ofrecer el primer anuncio y la catequesis
“Esta sociedad comenzó siendo una simple catequesis"[5]. Esto nos lleva a nuestros orígenes y a nuestras raíces. De Don Bosco hemos aprendido su pasión evangelizadora para acercar a cada muchacho, a cada joven al encuentro con Jesús. Por eso no podremos renunciar nunca a ser evangelizadores de los jóvenes, sabiendo que “la evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella”[6] (EG 160).
Nuestro ser educadores y evangelizadores de los jóvenes ha de suponer para nosotros, ante todo por propria experiencia personal, que podemos decir a los jóvenes con palabras, gestos, acciones que Dios los ama, que “para Él, eres verdaderamente precioso, no eres insignificante, eres importante para Él”[7].
Verdaderos cristianos y verdaderos educadores hoy con espiritualidad salesiana
Enfatizar una espiritualidad que tiene presente a Dios en la vida diaria.
con una forma de vivir la espiritualidad salesiana donde el ambiente de amistad entre el educador y los jóvenes es una gran ayuda para el crecimiento personal. Con la tradición de San Francisco de Sales creciendo en la fe, incluso teniendo un guía, no será posible si no hay verdadera amistad, es decir, comunicación, influencia mutua; una amistad que llega a ser verdaderamente espiritual.
«La relación entre los formadores salesianos y los jóvenes debe estar marcada por “la mayor cordialidad”, porque “la familiaridad trae amor” y el amor genera confianza. Esto es lo que abre los corazones y los jóvenes lo revelan todo sin miedo (...), porque están seguros de que son amados»[8].
Buenos cristianos como desafío en medio de los ambientes no cristianos
Donde el testimonio de nuestro hermano salesiano P. Tom Uzhunnalil prisionero en Yemen 557 días nos testimonia cómo la propria interioridad espiritual y de fe lo ha mantenido ‘sano de mente y espíritu’ en una situación humana extrema, donde dio testimonio, incluso en el silencio, y sobre todo con su propia vida.
Siendo capaces de un diálogo y un testimonio que resulta profético.
Buenos cristianos en los ambientes post-creyentes o post-cristianos
Un desafío que se concibe como un don precioso que tenemos que ofrecer a la Iglesia y que la Iglesia y el mundo nos piden. Tal vez ninguna familia carismática en la Iglesia involucre un número tan grande de personas, la mayoría de las cuales son jóvenes, y que no son cristianas porque pertenecen a otras religiones o ya a ninguna.
Esta realidad nos pone en camino misionero, único en su potencial, para dar testimonio y ser capaces de Evangelizar. La Iglesia nos pide no solo que demos pasos, sino que seamos precursores en la Iglesia en este frente pionero, donde se juega el futuro de los jóvenes.
Una fe vivida juntos, y “en salida” de nosotros mismos
La dimensión espiritual de toda acción pastoral salesiana debe vivirse y presentarse adecuadamente y sin dicotomías. Tenemos que ‘desinstalarnos’. Debemos tener la valentía de comprometernos, debemos tener un modo de ver y vivir el Padre Nuestro en el mundo, con los demás, dando testimonio de fraternidad humana, que es la razón evangélica de tratar a los demás (de toda época, raza, cultura y religión) por ser hijos del mismo Dios. Llamar y tratar a los demás como hermanos es reconocer a Dios como Padre, y reconocerlo como Padre supone ver a los demás como hermanos.
En esta síntesis vemos la base de toda espiritualidad cristiana que se compromete en hacer del mundo el lugar del encuentro con Dios haciendo posible la construcción de un mundo mejor.
El Papa Francisco nos ayuda mucho en esto cuando nos dice: «Cuando un encuentro con Dios se llama “éxtasis”, es porque nos saca de nosotros mismos y nos eleva, cautivados por el amor y la belleza de Dios. Pero también podemos ser sacados de nosotros mismos para reconocer la belleza oculta en cada ser humano, su dignidad, su grandeza como imagen de Dios e hijo del Padre. El Espíritu Santo quiere impulsarnos para que salgamos de nosotros mismos, abracemos a los demás con el amor y busquemos su bien. Por lo tanto, siempre es mejor vivir la fe juntos y expresar nuestro amor en una vida comunitaria, compartiendo con otros jóvenes nuestro afecto, nuestro tiempo, nuestra fe y nuestras inquietudes. La Iglesia ofrece muchos espacios diversos para vivir la fe en comunidad, porque todo es más fácil juntos»[9]. (CV 164).
Es una verdadera invitación a vivir siempre con mayor intensidad la eclesiología de la comunión, donde se descubre y valoriza al máximo el DON que cada uno es y tiene en su estado de vida y vocación solo cuando uno “se dona” a los demás y se pone al servicio de los otros, en una “salida” que llega ante todo a los más cercanos.
3. HONRADOS CIUDADANOS
Los jóvenes nos esperan en la “casa de la vida”
Las expectativas de los jóvenes son cada vez más apremiantes y dramáticas si los miramos con una mirada vasta. Seguramente podemos decir que la población de jóvenes en el mundo nunca ha sido tan grande como lo es hoy y en proporción nunca ha sido tan “pobre y necesitada” como lo es hoy, por el número y quizás incluso por las condiciones de vida.
Se trata, nada menos, que de 'la porción más delicada y preciosa' de la sociedad, como la definió Don Bosco. Por lo tanto, es un campo muy amplio para la Familia Salesiana en el que debemos ayudarnos a mirar juntos.
Creo que existe el riesgo en varios ‘barrios salesianos’ de permanecer fácilmente “dentro de las paredes”, contentos con los que entran por nuestras puertas.
Es el grito de los jóvenes que nos invita a salir al encuentro de los problemas “reales” que tienen ellos: dar sentido a sus vidas, la falta de oportunidades, la formación, la inserción laboral...
Educarnos y educar a nuestros jóvenes en la ciudadanía y en el compromiso social
Como se desprende de los documentos del Sínodo (los tres) hay una justicia y una ciudadanía de la que los jóvenes se están convirtiendo en profetas, que va más allá de la de los Estados a los que pertenecen. Hay más justicia que la que expresan los sistemas jurídicos nacionales y nuestros gobiernos. Hay una ciudadanía del mundo, un hogar común y del futuro, que sin duda pertenece más a las nuevas generaciones que a la nuestra.
Debemos educarnos en la valentía de esta exigente visión de la justicia (Laudato si', Evangelii Gaudium...) que apunta al desarrollo sostenible (los “Objetivos de desarrollo sostenible” de las Naciones Unidas, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, en particular el reciente sobre las migraciones, que algunas naciones, vergonzosamente, no han firmado).
Y también para hacerse oír en contra de visiones miopes y centradas en intereses más estrechos de la categoría, sobre todo la sensibilidad ecológica de los más jóvenes y la cerrazón de algunos gobiernos sobre estos temas.
Hoy en día hacen falta lideres creíbles en el mundo, y esto también nos cuestiona sobre los procesos educativos que desarrollamos en nuestras presencias.
Educarnos y educar a nuestros jóvenes en el compromiso y en el servicio político
En este punto, creo que hay mucho ‘terreno’ que recuperar ya sea como Iglesia, como Congregación Salesiana y como Familia Salesiana. A pesar de que es una llamada que se repite de forma más o menos fuerte en todos los documentos (desde los sínodos a los Capítulos Generales), de hecho, la “Doctrina Social de la Iglesia”, que es como “la carta magna” de este compromiso, es un poco la "cenicienta" de la acción educativa y pastoral.
Los jóvenes de nuestras presencias y también jóvenes religiosos y religiosas de nuestra Familia Salesiana, se preguntan si el objetivo final de nuestras obras debe ser solo la “producción” de graduados con las mejores calificaciones para una sociedad muy competitiva, sin cuestionar el modelo socioeconómico que se encuentra a la base de todo este planteamiento.
Es también el punto en el que la diversidad del enfoque de Don Bosco se hará sentir siempre con mayor fuerza, justamente para ser fieles a su espíritu hoy debemos usar expresiones casi opuestas a las suyas. El "Padre Nuestro" nos pide que enseñemos a los jóvenes, no solo como individuos, sino como grupo, a ser protagonistas del bien común, incluso en el campo explícitamente administrativo y político.
Se debe entender bien lo que queremos decir por servicio político y cómo un cristiano no puede ‘echarse atrás’.
Será una “larga batalla”, sobre todo con quienes de nosotros somos consagrados y consagradas, ya que no hemos crecido con esta mentalidad, pero se trata de un grito del mundo y de los jóvenes de hoy.
Una luz es la realidad del Voluntariado, como camino gradual y pedagógico para un mayor compromiso con la transformación de la sociedad.
Educarnos a nosotros mismos y educar a nuestros jóvenes con honestidad y manteniéndonos libres de la corrupción
Es verdaderamente grande el potencial que tiene la Familia Salesiana en este campo cobre todo con la presencia de los Salesianos Cooperadores y los Exalumnos presentes en el "mundo", y presentes en la política y en los sectores de mayor influencia.
Es un fuerte llamado a nuestra coherencia interna. Especialmente en nuestra relación entre consagrados y laicos.
Será una oportunidad para dar pasos y para crear o hacer más visible una cultura de ética social.
Sensibles y corresponsables en un mundo en movimiento y migración
Los jóvenes migrantes fueron los primeros destinatarios del Oratorio de Don Bosco.
La mayor parte de la migración de los pueblos nunca fue tan grande a lo largo de la historia como ahora y está formada mayoritariamente por jóvenes. ¿No es una llamada directa a la Familia Salesiana que es la más ampliamente presente en todos los continentes? ¿No deberíamos nosotros llegar a ser ESPECIALISTAS en este campo (invirtiendo en “formación superior", como se hace con la tecnología o la filosofía...)?
Si no somos nosotros los que `creamos cultura’ en este frente de la vida humana que se expandirá más y más en el futuro, ¿quién realizará esta tarea? ¿Quién en la Iglesia debería ser profético en esta situación? ¿Quizás los cartujos?
Me parece que no es una locura pensar en nuestro Movimiento Juvenil Salesiano como un movimiento de jóvenes en movimiento.
Cuidar la casa común como nos piden los jóvenes (Laudato Si’,13)
El compromiso con la casa común (visión de la ecología propuesta por Laudato Si’) no es un compromiso extra: es un horizonte que cuestiona toda nuestra cultura, nuestra fe, nuestro estilo de vida, nuestra misión… la educación y la evangelización. No hay mucho que inventar porque en esto (tanto la ecología como los derechos de los menores) tienen la dirección que debemos seguir y que se encuentra claramente trazada por el Magisterio de la Iglesia desde hace algún tiempo. Esta idea la ha desarrollado con mayor fuerza el Papa Francisco y me pregunto ¿cómo dejarnos convertir?
La ecología integral nos habla también de una propuesta educativa integral tanto en sus valores humanos y como en los valores espirituales.
En la defensa de los derechos humanos y especialmente de los derechos de los menores
Si para algo hemos sido suscitados por el Espíritu Santo en Don Bosco como Familia Salesiana es para donar toda nuestra vida a los menores y a los jóvenes, a los muchachos y a las muchachas del mundo, dando prioridad a los más indefensos, a los más necesitados, a los más frágiles, a los más pobres.
Por ello debemos ser expertos en la defensa de todos los derechos humanos, especialmente cuando se refiere a los “derechos de los menores”, y pedir perdón con lágrimas si es el caso y cuando no lo hemos hecho de esta manera. No podemos ser cómplices de ningún abuso, en la gran extensión de este término: Abuso “de poder, abuso económico, abuso de consciencia, abuso sexual”, tal como se define en el último sínodo sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”[10].
4. CON EL AUXILIO DE NUESTRA MADRE
La presencia de María, en la sistema educativo de Don Bosco, es de una importancia fundamental que no podemos soslayar.
Don Bosco la presentó a sus muchachos como Inmaculada, como la mujer plena en su sencillez y docilidad, porque vive con gozo el proyecto que Dios tiene con ella. La presentó como Auxiliadora, como madre amorosa, preocupada para que todos sus hijos e hijas logren vivir plenamente el sueño que Dios tiene sobre cada uno.
En la perspectiva de una educación que ayude a los muchachos, muchachas y jóvenes, y a todos nosotros como educadores y evangelizadores de la Familia Salesiana, la presencia de María tiene una dimensión no solo devocional, sino “política”: es la Madre que Auxilia a sus hijos e hijas a vivir de modo pleno su compromiso con Dios y con el mundo creado, nuestra «política del padrenuestro».
Que nuestra Madre Auxiliadora interceda por todos.
Roma, 24 de julio 2019
Ángel Fernández Artime, sdb
[1] Mt, 6,10.
[2] MB VIII, 594
[3] G. Bosco, Parlata agli ex allievi, in ISS, Fonti Salesiani. 1. Don Bosco e la sua opera. Raccolta antologica, LAS, Roma 2014, 106-107.
[4] Ef 3, 14-19
[5] MB IX, 61
[6] EG 160
[7] ChV 115
[8] Giraudo 154, citando G. Bosco, Due lettere da Roma, 10 maggio 1884, in P. Braido (de), Don Bosco educatore, cit. 378-384.
[9] ChV 164
[10] DF30.