Reflexión sobre la Exhortación Laudate Deum

Krishna Alemndra Aburto Arcos
Casa de formación "Beata Laura Vicuña", Santiago

Hoy nos preguntamos ¿por qué el Papa Franaciso habla del cuidado de la casa común?. El mismo nos ayuda a comprender que la vida humana no está separada de la vida de la creación y que, muchas veces, el afán de poder ha roto los vínculos relacionales entre las personas y de estas con la creación. Por ello, nos señala que "Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación" (Evangelii Gaudium 215; Laudate Deum 68). Cada vez que observamos nuestra casa común, nuestro planeta, podemos evidenciar múltiples complicaciones que, de una u otra manera, nos afectan a todos. Nuestra forma tan individualista de pensar y vivir se ha convertido en una problemática que debemos abordar. No podemos ser conscientes de como afectamos el mundo donde también habita otro si sólo pensamos en nosotros mismos.

Como catequistas y personas de Iglesia, podemos ayudar a que niñas, niños, jóvenes y adultos desarrollemos una conciencia comunitaria que involucra responsabilidades y exigencias éticas. El deber de cuidar tanto de mí, como del que camina conmigo es la lógica del "ama a tu prójimo" como a ti mismo. Ese prójimo, también es la creación entera. 

Nos preguntamos: ¿Somos concientes de las necesidades de otros? ¿De qué manera puedo colaborar para crear una conciencia comunitaria con quienes comparto día a día?

Responsorio Bíblico
(Géneis 1, 14-15)

G: Dijo Dios: «Existan lumbreras en el firmamento del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años, y sirvan de lumbreras en el firmamento del cielo, para iluminar sobre la tierra». Y así fue.

T: Alabemos a Dios por todas sus criaturas.

G: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
T: Alabemos a Dios por todas sus criaturas.

Preces

Oremos al Señor, por intercesión de María que, para que nos envié la Fuerza del Espíritu de Pentecostés y nos ayude a tener una mirada abierta a las necesidades de nuestra casa común. 

Con María, oremos al Señor.
Escúchanos, Señor te Rogamos.

(Se pueden agregar otras intenciones.
Se concluye con la oración del Padrenuestro)