Preparación de semillas: Puedes comprar semillas de pimiento verde en una tienda de jardinería o utilizar semillas recolectadas de pimientos maduros. Si vas a recolectar las semillas, simplemente corta el pimiento maduro, saca las semillas y lávalas para eliminar cualquier residuo de pulpa.
Germinación de las semillas: Puedes germinar las semillas de pimiento colocándolas entre capas de papel toalla húmedo o sembrándolas directamente en macetas pequeñas con tierra para macetas. Asegúrate de mantener la humedad adecuada para que las semillas germinen. Puedes cubrir las macetas con plástico transparente o colocarlas en un invernadero para crear un ambiente cálido y húmedo.
Trasplante de las plántulas: Una vez que las plántulas hayan desarrollado varias hojas y sean lo suficientemente fuertes, podrás trasplantarlas al jardín o a macetas más grandes. Elige un lugar soleado en el jardín con suelo bien drenado. Si vas a plantar en macetas, asegúrate de que tengan suficiente espacio para que las raíces se desarrollen adecuadamente.
Espaciado y profundidad de siembra: Al trasplantar las plántulas, colócalas a una distancia de al menos 45-60 centímetros entre cada planta. Haz un agujero lo suficientemente grande para acomodar las raíces y coloca la plántula, cubriendo las raíces con tierra hasta llegar a la base del tallo.
Cuidado y mantenimiento: Riega regularmente las plantas de pimiento para mantener el suelo ligeramente húmedo. Evita el riego excesivo, ya que el exceso de humedad puede propiciar enfermedades y pudrición de las raíces. Asegúrate de proporcionar suficiente luz solar y proteger las plantas de vientos fuertes. Puedes utilizar estacas o jaulas para soportar las plantas a medida que crecen.
Fertilización: Aplica fertilizante orgánico o un fertilizante balanceado de liberación lenta para proporcionar los nutrientes necesarios a las plantas. Sigue las instrucciones del fabricante para la dosificación adecuada.
Control de plagas y enfermedades: Mantén un ojo atento a posibles plagas como pulgones o trips. Si detectas alguna plaga, puedes utilizar insecticidas orgánicos o soluciones caseras para controlarlas. Además, revisa regularmente las plantas en busca de signos de enfermedades, como manchas o pudrición, y retira cualquier planta enferma para evitar la propagación.
Cosecha: Los pimientos verdes estarán listos para ser cosechados cuando hayan alcanzado el tamaño y color deseados. Generalmente, se pueden recolectar cuando han alcanzado su tamaño completo y han adquirido un color verde brillante.
Para el cultivo, es necesaria una temperatura ambiente media de 20 °C, sin demasiados cambios bruscos y con una tasa de humedad no demasiado alta. Requiere gran cantidad de luz, sobre todo durante el primer período de crecimiento después de la germinación.
Se puede cultivar en cualquier tipo de suelo con humedad. El suelo ideal es el que posee buen drenaje, con presencia de arenas y materia orgánica. Todos estos requerimientos hacen que sean cultivados en invernaderos, donde el manejo de las condiciones exteriores son más controlables.
Normalmente el cultivo se dispone en líneas orientadas Norte-Sur, y con un marco de plantación de 1 m entre líneas y 0,5 m entre plantas dentro de una línea, con una densidad de plantación de dos plantas por metro cuadrado. Según el número de tallos por planta, se puede variar la densidad de plantación hasta tres plantas por metro cuadrado.
En la poda de formación, se efectúa la supresión parcial de algunas ramas secundarias, con lo cual intentamos concentrar la producción en dos o tres ramificaciones casi exclusivamente, favoreciendo la ventilación y la calidad de los frutos. Aunque la planta de pimiento crece inicialmente con un único tallo, pronto se bifurca para formar dos e incluso tres tallos, y continúa produciéndolos a lo largo de todo su ciclo. Con la poda de formación, se efectúa la supresión parcial de ramas secundarias, con lo que concentramos la producción en dos o tres ramificaciones. La limpieza de tallos del tronco principal por debajo de la cruz de la planta, no es práctica habitual. Aunque la producción que dan estos brotes es más tardía y de peor calidad, suprimirla supondría un gasto añadido del cultivo y, a excepción de una mejor ventilación en la parte basal de las plantas, no parece mermar en absoluto la producción de la guía principal.
El sistema más frecuente es el denominado vertical o de “tipo holandés”. En este sistema solamente se dejan dos o tres ramas principales por planta, podándose todas las laterales que van apareciendo. Cada tallo, a medida que va creciendo, se va enredando en un hilo vertical que le sirve de soporte y que cuelga de un hierro o alambre sujeto a la estructura. Las ventajas que se obtienen con este tipo de entutorado y poda se derivan sobre todo de la mejor calidad de los frutos obtenidos. Estos frutos muestran una mayor homogeneidad, grosor y uniformidad de coloración, al estar la planta más ventilada y los frutos convenientemente distribuidos. Con este sistema se facilita también la recolección y los tratamientos son más cómodos y efectivos.