Gabriela Moreno (la Miss Veneno)


Uno, como profesora, a veces no dimensiona cómo puede influir para bien o para mal en la vida de sus alumnos. Muchos, con el tiempo, me han contado que se sintieron acompañados en malos momentos

Despidiendo a Gabriela Moreno, entrenadora de hockey:

¡Veintiséis años de buen veneno!

Tenía sólo 10 horas semanales como profesora de educación física, pero la Gabriela lo pasaba tan bien en el colegio que se quedaba tiempo extra poniendo moscas plásticas en los platos de comida de sus colegas y haciendo infinitas bromas en la sede del colegio en Campanario. Hasta que el profesor Ian le dijo: “cabra, eres venenosa!”. Y así nació y fue bautizada la querida miss Veneno.

La octava de nueve hermanos, tuvo que aprender a defenderse y entretenerse como pudo. Santiaguina, que vivió gran parte de su etapa escolar en Concepción, empezó a practicar hockey en el Country Club de esta ciudad y luego se vino a Santiago a estudiar Educación Física en la Universidad Educares. Su inagotable energía la hizo entrenar hockey en COGS (Craighouse Old Girls) y en la Católica. También jugaba fútbol, deporte que no pudo introducir al colegio. Pero logró convencer a la dirección con el hockey y se convirtió en la fundadora de esta rama en el colegio y entrenadora. Vendiendo queques y café con alumnas en las reuniones de apoderados, pudieron financiar la mitad del equipo de arquera y palos. Porque así era todo al principio en el colegio: una veintena de profesores, con puro entusiasmo y corazón, se juntaban hasta en las noches para organizar todo, como la Semana del Colegio y otros eventos.

“Uno, como profesora, a veces no dimensiona cómo puede influir para bien o para mal en la vida de sus alumnos. Muchos, con el tiempo, me han contado que se sintieron acompañados en malos momentos, me han dicho cosas en las que, uno sin darse cuenta, los ayudó. Además me encantan los niños del MTN; son especiales, muy cercanos. Yo he tratado de transmitir consecuencia: cumplir lo que prometo, ser firme y cariñosa a la vez, para lograr un vínculo profundo con ellos. Hay exalumnos que ahora son mis compañeros de trabajo, con los que he incluso he veraneado, y les he hecho clases a sus hijos”.

De lunes a viernes estaba entre alumnos y amigos, pero los fines de semana, en general, los reservaba para regalonear a sus perros y a su familia en Laguna Verde, playa cerca de Valparaíso. Apegadísima a su mamá, pasó un durísimo momento con su muerte, ocurrida hace sólo cinco meses. Por eso, decidió irse a la playa, a cuidar a su papá de 90 años, y a descansar. Echará de menos a este colegio, que siempre la dejó salirse del protocolo en sus clases… era la única rama de deporte que hacía campamentos en el patio de la Virgen o que salía a tomar helado de premio con la miss; al parecer ella nunca quiso perder su condición de Veneno: “Fui parte del principio del MTN, todo era de a poquitito, muy sencillo, en Campanario. No lo conocía y llegué por casualidad, con mi currículum pelado. El colegio fue muy acogedor conmigo y se convirtió en más de la mitad de mi vida. Pasaba más tiempo ahí que en mi casa… lo amé desde un principio. Es muy difícil definir lo que ha sido para mí. Lo llevo absolutamente en el corazón. Fue y es mi vida”.