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MENSAJE DE LA DIRECCIÓN DISTRITAL
¡Estimados(as) Lasallistas!
La celebración de 2025 como Año de la Espiritualidad Lasaliana tiene un significado especial para cada uno de nosotros. Se puede decir que es un gesto de afecto y cuidado que el Instituto expresa hacia la familia lasallista, en un momento en que la humanidad necesita espacios y tiempos para valorar lo esencial de la persona.
El Instituto ha elegido “dedicar el año 2025 a profundizar y compartir la espiritualidad lasaliana en la Iglesia y en el mundo”, y se ha elegido este año por su significado histórico para nosotros los lasallistas, ya que recordamos el 300° aniversario de la Bula de Aprobación del Instituto y el 75 aniversario de la proclamación de san Juan Bautista de La Salle como Patrono Universal de los Educadores. Son hitos de nuestra identidad carismática. Asociados a la Iglesia y como Iglesia, estamos viviendo el Año Jubilar, que nos anima y nos llama a ser “Peregrinos de la Esperanza”. Todo contribuye providencialmente a que vivamos siempre movidos por una profunda espiritualidad.
La realidad de hoy nos trae una presencia más diversificada de la dimensión material, de la dimensión psíquica y de la dimensión espiritual, dándonos una diversidad de opciones posibles. A veces se puede tener la impresión de que se prescinde en gran medida de la dimensión espiritual, pero en realidad vamos en la dirección contraria: hay más búsqueda, sensibilidad y expresión de la espiritualidad. Cuanto más fuerte e intensa sea nuestra espiritualidad, más estaremos siendo el más humano de los humanos.
El “Año de Espiritualidad” propuesto por el Instituto recupera nuestras características espirituales dentro del itinerario de la memoria viva de nuestra vida y misión. La Salle expresó claramente esta espiritualidad según su tiempo y su cultura. Son propuestas concretas para nosotros hoy, a nivel personal, comunitario e institucional. Nos proponen razones para nuestra fe, nuestro amor y nuestra misión. La espiritualidad de hoy nos pide una visión cada vez más amplia y universal de Dios, que quiere nuestra colaboración responsable para llevar al mundo a la plenitud de Dios. Somos una chispa de Dios, y la espiritualidad consiste en activarla, en utilizarla como referencia de nuestro ser y actuar, como educadora de nuestra mente y nuestro corazón. Esta unidad en Dios aumentará nuestro sentido de la vida y de la misión, ayudará a liberar y aumentar las energías salvíficas para todos nosotros. Todos están invitados a encontrar y desarrollar la dinámica de la doble contemplación: el plan salvífico de Dios y la promoción humana integral. Reflexiones, compartir experiencias espirituales, lecturas, meditaciones y contemplaciones solidifican el valor y la importancia permanente de nuestra opción como Hermanos y Colaboradores. Por ello, hemos elaborado este documento formativo para orientar las acciones que se llevarán a cabo durante el Año de la Espiritualidad Lasaliana.
Que en 2025 podamos profundizar y compartir la espiritualidad lasaliana y cristiana, tanto individualmente como en comunidad, reafirmando nuestro compromiso de educar y evangelizar con fe, celo y fraternidad. Os deseamos una buena lectura y una profundización en la espiritualidad lasaliana a lo largo de este año.
Algunos de los escritos de San Juan Bautista de La Salle, que se refieren a la espiritualidad, los encontrarás en las Obras Completas:
1. Reglas Comunes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas
2. Colección de varios trataditos
3. Explicación del Método de Oración
4. Meditaciones para los Domingos y principales fiestas del año
5. Meditaciones para el Tiempo de Retiro
6. Regla del Hermano Director