Escrito por la sra. Lupita Guajardo de García
En aquellos años que yo me acuerdo la Misa se hacía en la casa de mi tía Toñita, era una señorita que ya estaba grande de edad, venia un padre de Apodaca que ya estaba muy viejito se llamaba Teodorito, venia nada más cada año el día de Santa Rosa de Lima, daba la Misa y había Bautismos, las personas que quería casarse por la Iglesia las casaba en Apodaca en Misa de las 5:00 A.M.
Se conseguía un camión para llevar a los novios, a los papas y familiares, así como padrinos y damas se preparaba pan en el cocedor y chocolate para cuando regresaran de Misa se ofrecía de desayunar a todas las personas que asistieran a la Misa.
En aquellos años la advocación de la Virgen que se veneraba, era la Virgen de San Juan de los Lagos. Fallece mi tía Toñita y el compromiso de representar la Iglesia lo tomó mi Tía Lola, hermana de mi mamá, ella me bautizó y a diario visitaba a mi mamá ya que estaba muy enferma.
Se llegaba Semana Santa, en casa de mi tía nos juntaba a las muchachas para hacer el viacrucis, el viernes santo, mi tía conseguía un camión grande de redilas y nos llevaba a escuchar las 7 palabras en la iglesia de San Francisco de Asís en Apodaca, ahí nos esperaba el señor hasta que saliéramos de la iglesia.
También nos invitaba a las muchachas, porque no llovía, e íbamos hacer el novenario a San Isidro Labrador para que lloviera.
Había un árbol de anacua en la labor, con un hueco, y ahí se ponía a san Isidro labrador, hacíamos el novenario y al terminarlo, llovía.
Después llegó un cuadro de Santa Rosa de Lima, nunca se me ocurrió preguntar a mi tía quien lo había donado. Pasan los años y una señora que fue a Lima Perú fue quien regaló la imagen en bulto de la virgen de Santa Rosa de Lima, que actualmente se encuentra en oficina.
Me platicó una señora que la persona que regaló a la Virgen se llamaba Rosita Guajardo, pero yo no la conocí, cuando la trajeron de Apodaca en procesión a Santa Rosa, venia cantando con un tambor una señora que estaba enferma. Me platicó que cuando escuchó a las personas que cantaban y traían a la Virgen, ella le pido a Santa Rosa que le diera su salud, ella sanó y siempre el día de Santa Rosa de Lima viene a visitarle y la trae sus flores en agradecimiento.
Pasan los años y llegan a la casa de mi tía Lola dos monjitas, sor Inés y sor Teresa y los domingos nos juntaban a todas las muchachas en el patio y nos hablaban de la palabra de Dios, nos hacían juegos de la papa caliente y nos daban premio a las que ganábamos, traían una cajita con aretes y nos los repartía a las que ganábamos. Venían cada ocho días.
Se llega la Navidad y salimos a pedir posada y todo se hizo viviente, se consiguió un burrito y se vistió una niña de María y un niño de José, se hizo el recorrido y terminamos en la casa de mi tía Lola, con piñatas y bolsitas de dulce que había traído las monjas, pasaron las fiestas de Navidad y Año Nuevo y después la levantada del Niño Dios.
Nombraron cuatro personas para pedir ayuda, las monjitas pusieron dos del lado sur: Adalia Villarreal Guajardo y Lupita Guajardo Guajardo, y dos del lado norte: Velia Guajardo y Deyanira Guajardo. No recuerdo quienes más fueron. Salimos y las monjitas nos dijeron en el nombre sea de Dios. Me acuerdo muy bien que tenía 13 años cuando salimos a pedir ayuda para que se hiciera la Iglesia chiquita, todo el pueblo nos ayudó con maíz, frijol, chile colorado hojas, manteca carne para los tamales y se hizo un kermes muy grande.
Mi tía María Guajardo y el sr. Hilario Guajardo ayudo con dinero poco a poco se fue haciendo la Iglesia chiquita, pasaron los años y nunca se le hico ningún cambio.
Se fue el padre Teodorito y llega un sacerdote, el padre Jorge Garza Salinas, daba Misa en la casa de mi tía Lola, estuvo varios años, no recuerdo cuantos fueron, mientras que se hacía la Iglesia chiquita. Se termina la construcción de la Iglesia y la Misa se empezó a dar en la Iglesia
En Apodaca pertenecen 7 haciendas que son Santa Rosa, Agua Fría, Huinalá, Mezquital, La Encarnación San Miguel y San Francisco, que es la Cabecera Municipal.
Posteriormente llega el padre Amancio Olmos, y empezamos a tener Misa cada 8 días los jueves a las 8:00 p.m. se juntaba poca gente, porque no había luminarias y se hacía muy oscuro.
Al paso del tiempo se formó una mesa de personas del pueblo para la Iglesia.
En la iglesia no había ornamento, solo un juego de copones y juego de corporales y unos mantelitos para la mesa del altar. El padre cuando venía tenía que traer sus ornamentos para poder dar la Misa.
Llega el padre José Luis Olivera Magaña a Apodaca, él estuvo aproximadamente 26 año en Apodaca, cuando iba a Misa, cuando se necesitaba yo participaba en leer la lectura o recoger la colecta, también les ayudaba a recoger lo del altar.
El padre José Luis nos manda a la maestra Mague de Apodaca, se invitaron varias personas y se hizo un grupo de 28 personas, a principio nos hablaba de la Biblia, y después llevamos el libro de la Palabra nos congrega. Pasó el tiempo y solo quedó un grupo pequeño.
Se forma una nueva mesa. La presidenta: la sra. Santitos de Guajardo, y Tesorera: la sra. Enriqueta Guajardo. En aquel entonces, empezaron a realizar unos bailes de Cintas (Raimbow Music) a beneficio de la Iglesia, cada dos meses le tocaba a la Iglesia, a la Escuela, al Kinder y a la Junta de Mejoras.
Éramos dos grupos las que trabajábamos para realizar los bailes, cuando nos tocaba al primer grupo nos ayudaba Carmen y Santitos vendían los boletos en la taquilla. Y cuatro personas más vendíamos los boletos para las bebidas (Lupita, Oralia, Elida y Panchita) el segundo grupo ayudaba, Nira y Velia y no recuerdo quien más. Todo lo que era entrada se lo llevaba las Cintas y nos quedaba con la utilidad de las ventas de las bebidas para la ayuda de la Iglesia.
Cuando tocaba el baile empezamos hacer tacos de picadillo, enchiladas afuera del Centro Social lo vendíamos y así empezamos a juntar para la Iglesia grande. Yo guisaba el picadillo y llenaba las tortillas. Se llenaban 350 tacos. Nira, se encargaba de preparar las enchiladas tener el queso rallado, la papa cocida etc.
Pasa el tiempo y así logramos juntar una buena cantidad y le dijimos al Padre José Luis, si ya se comenzaba la iglesia y dijo que no que hasta que tuviéramos garantizado comenzar y terminar una etapa de la construcción.
El terreno de donde se fincó la Iglesia era de mi papa Julián Guajardo Villarreal, el terreno se lo vendió al Sr. Gildardo Guajardo y él lo donó para que ahí se construyera la actual Iglesia de Santa Rosa de Lima, ahora es iglesia parroquial.
La Sra. Santitos, estuvo 7 años en la mesa directiva y se hizo la Iglesia, se le puso techo de lámina y por los lados unas estructuras con láminas multipanel. Llega el padre Chemita de vicario parroquial a San Francisco de Asís en Apodaca y el padre José Luis, lo empezó a mandar a la Iglesia de Santa Rosa, el trabajo de la iglesia estaba en obra gris no había ventanas, ni puertas ni piso. Estaba todo abierto yo presté una mesa para el Altar.
El padre Chemita, nos informa por medio de la maestra Magüe, que, por orden del padre José Luis, La Misa de los jueves cambiaba para los domingos a las 10:00 am.
La Iglesia chiquita tenía dos campanas medianas, una tenía grabado el nombre de la sra. María Guajardo y aquí en el pueblo había un general Félix Lozano el regaló la segunda campana con su nombre grabado.
La sra. Santitos salió y yo fui nombrada como presidenta en el año 1993. Presidenta: Lupita Guajardo de García, tesorera: Elida Chapa de Lozano, secretaria: María Cedillo.
proyecto de una nueva comunidad parroquial
Mesa directiva 16 de julio de 1993
Presidenta: Lupita Guajardo de García
El terreno donde fue construida la nueva Iglesia de Santa Rosa de Lima, la mitad era de mi papá el Sr. Julián Guajardo, él le vende al Sr. Gildardo Guajardo, al paso del tiempo, este terreno fue donado por el Sr. Gildardo Guajardo para la construcción de la Iglesia. La otra mitad del terreno el dueño era el Sr. Hugo Guajardo, este fue comprado por varias personas del pueblo y también fue donado para la Iglesia, el Sr. Hugo Guajardo quien vendió, pidió que quedara registrado que él había donado el terreno. Las personas que lo iban a pagar no estaban de acuerdo, pero con tal de que se arreglara tuvieron que aceptar la condición del Sr. Hugo Guajardo, por eso está de calle a calle el padre José Luis les comunica a Velia y a Nira que ya había terreno para la Iglesia que ya no buscaran otro terreno.
Fui nombrada como presidenta para trabajar para la Iglesia, me puse en manos de nuestro Señor Padre Dios, me abrió muchas puertas.
La iglesia me la entregan en obra gris no tenía ventanas, ni puertas, estaba todo abierto.
La Iglesia no tenía luz, el techo era de estructura y lamina y se necesitaba un transformador, en ese entonces el alcalde municipal era el Sr. Lombardo Guajardo hablé con él para pedirle ayuda y me dice: yo ya estoy por salir y no puedo pagárselo, -me dice: Lupita, páguenlo ustedes y la presidencia se lo pagara en 3 pagos. Para adquirir el transformador, mi esposo prestó lo necesario y posteriormente la presidencia municipal se lo pagó.
Había algunas deudas, se debía la Virgen de Santa Rosa, la campana, el señor que la iba a regalar ya no la pudo hacer, entre otros adeudos.
La Misa se comenzó hacer en la Iglesia grande y teníamos unas 40 sillas plegadizas y se instalaban para la Misa y los que vivíamos cerca de la Iglesia llevábamos la silla para sentarnos y un cojín para hincarnos ya que el piso estaba en firme y calaba en las rodillas, teníamos Misa cada 8 días los domingos a las 10:00 a.m., en un cuarto de atrás, que ya tenía puerta, ahí se guardaban las sillas. La mesa de comedor que presté, se utilizaba para el altar ahí se quedaba.
Empezamos a trabajar, y de vez en cuando, hacíamos una lotería, se conseguían premios baratos, se daba merienda de tamales y el refresco. Se hacía una rifa para ayudarnos. Esta se hacía en la entrada del Centro Social, la lotería no se podía hacer tan seguido.
También se hacían bailes beneficio de la Iglesia de Santa Rosa, cada 4 meses con lo que se lograba captar, de ahí salían los abonos para los señores de Pachuca, ellos venían y otras veces, les hacíamos el depósito directamente a su cuenta, hasta que logramos liquidar la totalidad del adeudo.
El Señor Lozano y su esposa, estuvieron vendiendo cuchillerías grandes de plata, para doce personas y me regaló una cuchillería para la Iglesia para que me ayudara.
Se hicieron boletos y nos juntamos en la casa de Velia y asistieron pocas personas, entre todas las personas que asistieron solo se acomodó la mitad y yo me quedé con los boletos restantes.
Siempre que apoyábamos a vender boletos y cada quien se comprometía a venderlos.
Me sentía muy preocupada ya que eran muchos boletos que traía yo sola. Le pedí mucho a mi Padre Dios, a la Virgen de Guadalupe y a Santa Rosa de Lima que me ayudaran a colocarlos, salí, iba por la calle haciendo oración para que Dios y María Santísima, que donde yo tocara una puerta, fuera bien recibida y me ayudaran con un boleto. Salí como a las 10:00 a.m. y cuál fue mi sorpresa que para la 1:00 p.m. ya había acomodado los boletos, solo me quedaban dos. Una de mis hijas estaba por casarse y le ofrecí a mi yerno Alfredo un boleto y me dijo claro que sí, me compro los dos últimos boletos, recuerdo que era los números 94 y 95 la rifa corrió por la lotería y el número premiado fue el 94, le di tantas gracias a Dios porque en un día los pude acomodar, Cuando uno se entrega de corazón a nuestro Señor todo se puede. Poco a poco se fue pagando todo lo que se debía.
De lo que entraba de colecta, era poco, ya que venían pocas personas a la Misa, de eso que entraba de ahí se pagaba los servicios de luz y agua.
Las bancas fueron regaladas por el pueblo, recuerdo que estaba a 3 grados, hacía mucho frio, teníamos muchos años de no usar el abrigo y mis hijas me decían que hacía mucho frio para que saliera a pedir. Unas personas ayudaban con una banca, otras con la mistad de la banca. Otras personas no podían, ayudaban con un donativo.
En aquellos años pasamos muchos fríos, no teníamos ventanas ni puertas las tapábamos con una lámina recargada, tuve muy buena comunicación con los alcaldes de Apodaca y me empezaron a dar las ferias del pueblo para ayuda de la Iglesia.
En aquellos años se vendía la feria, con ello, se fue juntando y se mandaron hacer las ventanas, estaba de alcalde el sr. Rafael Garza García apreciaba mucho el pueblo de Santa Rosa, porque nos decía que de todas las haciendas que pertenecía a Apodaca, era el número uno Santa Rosa, el conocía mucha gente del pueblo.
Sale el alcalde Rafael Garza y entra el sr. Raymundo Flores y él nos regaló el piso de la Iglesia ya instalada las ventanas y las puertas se mandaron hacer ya las bancas.
En mis primeros tres años estuve en la mesa directiva, gracias a mi padre Dios, se logró pagar lo que se debía y se hicieron los baños de damas y caballeros el lavabo y una pequeña bodega, se vistió la Iglesia de todo lo que se necesita.
Cada tres años debe haber un cambio de mesa directiva, pero nadie quería el puesto y seguí.
Yo ayudaba a la iglesia como cualquier persona, yo tuve a mi esposo muy enfermo y muy delicado yo le pedí a Dios con mucha fe por la salud de mi esposo para que saliera adelante le prometí trabajar para su obra.
En los otros tres años se hizo el salón grande en la esquina para el catecismo ya que se daba en la iglesia y rayaban las bancas los niños. todo lo que se ha construido se hizo con buena cimentación para segunda planta.
En el año 1995 le digo a monseñor José Lizares Estrada, obispo auxiliar de Monterrey en ese entonces, que había venido a unas confirmaciones: -Monseñor, Santa Rosa es un pueblo muy antiguo, denos un sacerdote para no depender de Apodaca. Me dice: -Lupita, no hay casa parroquial donde va vivir el padre, haga la casa y se le asignará un sacerdote.
Se formó un decanato de 12 Iglesias, cada dos meses teníamos junta de decanato una vez en cada Iglesia. Cuando le tocaba a Santa Rosa venia dos señoras, la sra. Mori, y la sra. Paulina. Y me platica la sra. Mori que ayudaba a las iglesias, nos toca la junta de zona en la Iglesia y la presidenta tenía que darle la bienvenida a las personas que asistieron de todas las iglesias. Les dije que teníamos tres invitados muy especiales, nuestro Señor Jesucristo, nuestra Madre Santísima de Guadalupe y nuestra patrona de Santa Rosa de Lima, les pido un fuerte aplauso para ellos y vamos a comenzar. Y la que era la presidenta, tenía que sentarse con ellas. Mandé hacer tamales y se hicieron frijoles charros para la merienda le hice dos bandejas de pan para regalarles (turcos, hojarasca y empanadas), se dieron todos los informes de cada una de las iglesias que asistieron. Ya que pasa la merienda, la sra. Mori y la sra. Paulina se pusieron a platicar, les gustó mucho la Iglesia, Lupita todo está muy nuevo, la sra. Paulina me pregunto si contábamos con sonido. La sra. Paulina y me dijo que ella me iba ayudar con el sonido.
Pasa el tiempo y cambian al padre Chema y llega padre Oscar Lomelí a Apodaca, un domingo venía el padre José Luis y otro el padre Oscar Lomelí, pasa el tiempo y toca la junta de zona en Huinala había tres presupuestos para el sonido y al padre José Luis se le hacía caro el que puso el sonido en la Iglesia de Apodaca le pidió un presupuesto para Santa Rosa en la junta de zona, ahí le llevé el presupuesto del sonido, llegamos por el presupuesto a la Iglesia de Apodaca y le entregué a la sra. Paulina. Se terminó la junta y voy a despedirme de ellas, cuál fue mi sorpresa que la sra. Paulina me entrega un cheque por el costo total del sonido. Llegamos de nuevo a la oficina de Apodaca la tesorera Nelly Guajardo y yo, le entregué el cheque al padre José Luis y el padre Oscar Lomelí, y me dice el Padre: ¿cómo le fue? y le dije: que muy bien, vengo muy contenta, me dio todo lo que costaba el sonido.
Ya teníamos el salón ya no teníamos que ir al Centro Social, se hizo un bingo y se compra el viacrucis, vinieron los muchachos de Pachuca y le hablé al padre José Luis, ya no se debía, el padre me pregunta si tenía dinero y le dije que no, de lo poco que se juntaba se utilizaba para los servicios, fui a San Juan de los Lagos y compré los manteles: el blanco, rojo, verde y morado y poco a poco se fue comprando todo lo que se ocupaba.
Estaba de alcalde de nuevo el sr. Rafael Garza García y un día habla a la casa, Lupita con una molestia, como usted sabe la escuela presta un salón que no ocupaban y se daban clases de manualidades y corte confección y me dice si se puede prestar la Iglesia chiquita para que ahí se dieran las clases, yo le comente que lo tenía que platicar con el padre José Luis, que aunque yo representaba la Iglesia lo tenía que comentar con el padre. Él me dice: si le vuelve hablar, dígale que sí, pero ya no me hablo y por eso ya no se prestó.
El día de la Virgen de Santa Rosa. Se ofrece una cena en agradecimiento siempre se invitaba al alcalde y su comitiva de la presidencia municipal, también se invitaba al sr. Gildardo Guajardo y sra. Hortensia, al sr. Ricardo Elizondo y sra. Irelia, a los sobrinos Oscar García y su esposa. Artemio García y su esposa. Y al señor Aviador. También nos acompañaba la gente del pueblo todos ellos pagaban su platillo.
Pasa el tiempo volvimos a ir con el alcalde Rafael Garza, le pedimos las mesas y las sillas para el salón, fueron 20 mesas redondas y 5 rectangulares el alcalde nos ayudó con la mitad y la iglesia la otra mitad. El sr. Ricardo Elizondo esposo de la sra. Irelia. nos ayudó a conseguir un buen precio. Me puse a pedir donativos para la parte de la iglesia y el alcalde nos dio la otra parte. La señora Hortensia Guajardo me donó todos los manteles.
Le hablo a don Ricardo Elizondo lo saludo y le digo, ya tengo la Casa Parroquial y no tengo para amueblarla, la Sra. Paulina del diocesano me prometió que me iba ayudar, no sabía cuánto me iba a dar, hablé con don Ricardo para pedirle precio de fábrica para que con lo que me iba dar la Sra. Paulina me rindiera y poder amoblar la casa. Me dice Sra. Lupita venga escoger lo que necesita para la casa y luego hablamos de precio fueron cuatro personas conmigo. Se compró una recamara matrimonial con peinador y dos buros y el mueble de televisión. Dos camas gemelas con sus buros y peinador, por si un día mandaban vicario o seminaristas también tenía sus lámpara y mueble para la televisión. En la sala completa con tres sillones y tres mesas, el comedor de 6 sillas con su trinchador una vajilla para 8 personas, así como una cuchillería plateada. Una cocina integral con un antecomedor de 5 sillas una pequeña barra con 2 sillas y un refrigerador grande de dos puertas y un microondas. En la lavandería estaba el lavadero, la lavadora y la secadora. De la Mueblería nos fuimos a diocesano ahí estaba la sra. Paulina y la sra. Mori, para los muebles me dio muy buen precio don Ricardo, la Sra. Paulina me dio un cheque para los muebles se lo lleve a don Ricardo.
La Iglesia se hizo Parroquia en el año 2003 día de Santa Rosa de Lima, vinieron varios padres y estuvo muy bonita la Misa, recuerdo que vino el padre José Luis, padre Oscar Lomelí, padre Chema, padre Tereso de Apodaca. El primer párroco de la Iglesia de Santa Rosa de Lima fue el padre Jesús Querea Elías duró en la Parroquia cerca de 12 años. El padre Oscar me pregunta que si todavía estaba aquí y me dijo la felicito que casa tan bonita y la amobló de muy buen gusto.
Los martes el padre descasa y le iba limpiar la casa y a lavarle ya que no teníamos dinero para pagar a una persona.
primer estructura
Se hizo el salón del segundo piso en la esquina ya después se ocupó un arquitecto para hacer las oficinas se hizo el plano se compone de una sala de espera una pequeña barra para la computadora. La oficina del párroco y la oficina para el vicario, un cuarto para la librería, se compraron cinco mini Split tres para la oficina y dos para las recamaras del párroco y vicario. En esa ocasión me dieron la Feria del pueblo, se le dijo al Arquitecto que nos hiciera un presupuesta para que se amoblaran las oficinas y la vitrina de la librería, de lo que quedó se distribuyó en ayuda al Kínder, Escuela, Junta de Mejoras y la Iglesia Bautista. Ellos nos dieron un recibo para que quedara constancia del donativo que se le dio a cada uno. La Iglesia Bautista regreso el donativo el cual fue utilizado para el librero de la oficina del párroco. Lo que quedó, se utilizó para hacer la escalera en obra gris de los salones del segundo piso. En el mes de agosto se pide apoyo para las flores de Santa Rosa que deben de ser naturales. Se pedían dos arreglos grandes, dos medianos uno para la Virgen de Santa Rosa y otro para la Virgen de Guadalupe y el pie del altar. Había Mariachi para la Serenata de Santa Rosa y luego entraba la tambora. Se invitaba al alcalde y a su comitiva de la presidencia, también se invitaba gente del pueblo, a los sobrinos Oscar y Artemio con sus esposas, también invitábamos a don Ricardo Elizondo y sra. Y al sr. Gildardo Guajardo y señora y al señor aviador. Por tener una atención con todas las personas que nos ayudaban.
En la Cruz Roja había una capilla, la cual fue retirada, nos donan la cómoda que se encuentra en la sacristía, también fueron donados un archivero y un escritorio.
Pasan los años un día me dice unas de las compañeras que la banca tenía un polvito muy finito le hablamos al Arquitecto y nos dijo que las láminas estaban llenas de polilla y el arquitecto nos dijo que se tenía que retirar todo el techo.
Oscar el sobrino nos mandó al sr. Carlos, un trabajador de él, que era albañil, el trabajo fue donado por mi esposo el sr. Lombardo García Solís.
El padre Querea tenía 7 capillas a su mando, y después le mandaron un vicario ya que era mucho trabajo para él solo y llegó el padre Chema de vicario parroquial. Había de catecismo alrededor de 300 niños, rayaban las bancas y se le dijo al padre que se hicieran los salones para el catecismo en el segundo piso en la casa parroquial ya que no se pudo extender la iglesia, se juntaron dos ferias para un salón grande en la segunda planta.
Vino a la Misa de Santa Rosa el arzobispo Rogelio Cabrera y yo le dije: Mire Monseñor que estos eran los salones, y él pregunto que cuántos niños teníamos en catecismo, le comenté que eran más de 300 niños. El subió a ver los salones y comentó que estaba muy grande el salón.
Cuando venía el arzobispo, le preparaba una canasta con pan de turcos, empanadas de calabaza cajeta y piña, cajeta y hojarasca también le daba quesos y huevo.
El padre Querea y yo fuimos a ver una capilla a un seminario, se habló con el arquitecto que la fuera a ver y el presento dos formatos y así fue como hizo, se pusieron dos vitrales en cada ventana un lo regaló la sra. Hortensia Guajardo y el otro lo regalé yo. El arquitecto hizo lo muy parecida a lo que nos había gustado. Así fue como se hizo la Capilla del Santísimo.
La Capilla del Santísimo se logró hacer gracias a la venta del pan que yo preparaba hojarascas, turcos, empanadas de calabaza, empanadas de cajeta y de piña, también yo hacia el champurrado, todo esto la vendía en cada Misa, en tiempo de calor se vendía además gelatinas y botellas de agua y quesos panelas y asadero.
Se compró el Sagrario a los muchachos que venían de Pachuca. Ezequiel se vino a vivir Monterrey, trae los reclinatorios para ofrecernos. Sale el padre Querea de la Misa y le dijo que estaban muy bonitos, Se puso dos abanicos de techo a la capilla, Vino el sr. Obispo Lizares a dar la Misa de Santa Rosa de Lima y se aprovechó para que bendijera la Capilla del Santísimo.
En la Misa me entregaron un reconcomiendo en agradecimiento por tantos años de trabajo dedicados la Iglesia de Santa Rosa.
Ezequiel me ofreció una pila bautismal movible y también le compré la campana que se suena en la consagración, está en la mesa de la virgen de Guadalupe.
Se terminó la puerta de Madera se le puso dos vitrales, y para terminar pagos de los acabados de las puertas, se logró gracias a lo que yo vendía del pan.
Al padre Querea le regalaron una Virgen de Guadalupe en bulto, pero estaba un poco maltratada, se mandó arreglar con un restaurador y quedó en perfectas condiciones y es la Virgen que se encontraba en la Capilla del Santísimo.
La lamparita que estaba en la capilla de Santísimo fue regalada por la Sra. Hortensia Guajardo.
Se compró una mesa para la Virgen de Guadalupe que hacía juego con lo reclinatorios.
En semana santa hacíamos los ramos, preparábamos hasta 500 ramos.
El 30 de abril del 2010 cumplimos 50 años de casados, el padre Querea invita al obispo Lizares, para ver si podía venir a dar la Misa. El padre le comenta que ya tenía un compromiso, pero iba ver si lo podía cambiar, entonces le pregunta él, quien cumple años es la sra. Lupita y su esposo, cumplen 50 años de casados. ¡Claro que sí! tanto que nos ayudado y tantos años de servicio a la Iglesia. Llegamos a la iglesia estaba de vicario de padre Epifanio y monseñor Lizares se acercan a saludarnos.
Le dije a monseñor Lizares que nos dio una Misa muy hermosa, y me dice: Sra. Lupita, no es nada para lo que usted ha trabajado para la iglesia. Le dice a mi esposo: lo felicito por su esposa, por todo lo que ha hecho por esta Iglesia, tiene una esposa muy entregada.
En vez del arreglo de flores regalamos a la Iglesia el copón grade que le caben 550 hostias que se usa el jueves santo y está grabado con el nombre de mi esposo y mío y la fecha en cuando nos casamos 30 de abril de 1960. El copón lo mandaron por paquetería desde Pachuca.
Cuando cumplimos los 53 años de casados regalamos un juego completo de cáliz y copón alrededor tiene unas rositas, también tiene nuestro nombre grabado y la fecha cuando nos casamos.
Cuatro veces robaron la Iglesia, salí a pedir ayuda para instalaron protectores a todas las ventanas. visite algunas personas para que se anotaran y apoyaran con un protector, el primer día logre 8 protectores, y así poco a poco se lograron instalar los protectores a toda la iglesia y también a la oficina.
Cada año hacia una rifa en navidad, los regalos que se rifaban eran donados por diferentes personas, la rifa se hacía en la Misa de Navidad.
Cambian al padre Querea y llega el Padre Armando Pruneda Sánchez.
El Sr. alcalde Raymundo Flores le dice al padre Armando que cuidara a la Sra. Lupita, es una persona seria y muy comprometida, muy organizada en todo lo que ella ha hecho para la Iglesia. Ella logró todo lo que está hecho en la Iglesia.
22 años de servicio a la Iglesia Santa Rosa de Lima, de mi Pueblo Santa Rosa Apodaca N.L.
Yo dejé la mesa directiva en mayo de 2015 en la época del padre Armando Pruneda.
Todos lo que vayas a emprender, ponlo en mis manos y veras que bueno es el Señor. (cfr. Salmo 33)
Sra. Lupita Guajardo de García
6 de enero de 2022
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