¡Toma tu cruz y sígueme!
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame (Mt 16,24
Ante las dificultades del mundo contemporáneo, muchos se preguntan con frecuencia:
¿Qué puedo hacer?
La luz de la fe ilumina esta oscuridad, nos hace comprender que cada existencia tiene un valor inestimable, porque es fruto del amor de Dios. ¡El ama también a quien se ha alejado de Él! tiene paciencia y espera, es más, él ha entregado a su Hijo, muerto y resucitado, para que nos libere radicalmente del mal. Y Cristo ha enviado a sus discípulos para que lleven a todos los pueblos este gozoso anuncio de salvación y de vida nueva.
Benedicto XVI (Mensaje para la JMJ RÍO 2013)
Quien dirige: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Todos: ¡Tu entrega en la cruz nos da la vida, nos enseña el Camino y nos revela la Verdad!
Quien dirige: Oremos. Oh Padre, enviaste tu Hijo Eterno para salvar al mundo y escogiste hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él, proclamasen la Buena Nueva a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que, en el rostro de todos tus discípulos, brille la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu Santo, los constructores de la paz en la sociedad actual.
Todos: Amén.
Primera Estación
Fiel: 1ª Estación: Jesús es condenado a muerte.
Un inocente fue condenado.
TODOS: Él trajo un proyecto de vida.
Él quiso liberar a los hermanos.
Vino para proponer a su pueblo
que tomaran la historia en sus manos.
Y a la muerte fue condenado.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino Corazón me atrajo. Vengo de las periferias del mundo. Soy misionero y en mi camino me encuentro con muchos jóvenes inocentes que todos los días son llevados a la muerte de la pobreza, la violencia y por todo el tipo de consecuencias del pecado que nos hiere desde los orígenes de la humanidad. Quiero seguir tus pasos con la seguridad de que todo lo puedo en Aquel que me fortalece y si Dios está por nosotros ¿quién contra nosotros? (Cf Fil 4,13; Rom 8,31-32)
Padrenuestro.
Segunda Estación
Fiel: 2ª Estación: Jesús carga con la Cruz.
Asumió una Cruz que no era suya.
TODOS: Él dice que la vida es valentía.
Que es necesario luchar sin cesar.
Vino a enseñar que es necesario
cambiar las tinieblas en luz.
Y he aquí que le dan una Cruz.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino Corazón me convirtió. Cargaste sobre tus hombros mis dolores y miserias (Cf Is 53,4). Era mía la cruz que te hirió. Quiero completar en mi vida tu sacrificio, dejándome tocar por tan gran amor y dando testimonio con las palabras y con el ejemplo en cualquier lugar donde el mundo lo necesite. Llevaré para siempre tu cruz en mi pecho y tus palabras en mi corazón. Quiero ser instrumento de este amor que nunca se cansa de amar.
Padrenuestro.
Tercera Estación
Fiel: 3ª Estación: Jesús cae por primera vez.
La cruz se hacía cada vez más pesada.
TODOS: Él dice que la vida es ternura.
Que es necesario saber perdonar.
Vino a enseñar que hasta quien se equivoca
tiene a Dios como Padre.
Y él cae bajo el peso de la cruz.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En las caídas tu humilde Corazón me anima. Hoy te pedimos por la recuperación de quienes cayeron en la drogadicción y demás adicciones. Son victimas de un comercio violento y cruel. Están desfigurados y corren el riesgo de permanecer en el suelo. Veo tu rostro en el rostro de cada uno de ellos. Enséñanos a ser como el buen samaritano que no se queda en los discursos sino que tiene el valor para levantar a quien está tirado a la orilla del camino y cuidar de sus heridas (Cf Lc 10,25-37). En este gesto de solidaridad, enséñanos que solamente en ti encontraremos la total transfiguración.
Padrenuestro.
Cuarta Estación
Fiel: 4ª Estación: Jesús encuentra a su madre afligida.
¡Dolor del Hijo, dolor de la madre!
TODOS: Él veía el valor de las mujeres.
Y a las mujeres buscó liberar.
Vino a enseñar que la mujer lleva en si misma
el misterio del ser.
Y a su madre sufrir, va a ver.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Contemplo la profunda comunión de amor entre tu Corazón y el corazón de tu madre ¡Es una comunión redentora! Aquel intercambio silencioso de miradas, camino de la cruz, dice más que cualquier discurso o palabra. El dolor del Hijo es realmente el dolor de la madre. Esto me lleva a pensar en las luchas a favor de la vida desde la concepción hasta su fin natural. Nosotras las mujeres, tenemos una vocación muy fuerte para defender todo lo que tiene vida. No podemos aceptar la violencia de quienes se creen con el derecho de interrumpir una vida indefensa. Queremos proclamar con tu madre: el Señor hizo en mi maravillas. Derriba a los arrogantes de sus tronos y exalta a los humildes. Despliega la fuerza de su brazo y nos sostiene en el camino de la nueva evangelización (Cf Lc 1,46-55)
Padrenuestro.
Quinta Estación
Fiel: 5ª Estación: Simón de Cirene ayuda a cargar la cruz de Jesús.
Se convirtió mientras ayudaba a Jesús.
TODOS: Cargaba su cruz cansado.
Aplastado por tanta opresión.
Y he aquí que llevó su cruz
un hombre del campo.
También sufría con Jesús.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino Corazón me ha llamado. Tu llamada resuena con fuerza en mi interior: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Sin embargo, no siempre comprendo que la luz debe pasar por la cruz. Al cargar un poco de tu peso, quiero aprender el camino para configurarme contigo. Oue pueda decir un día: no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mi Cf Gál 2,20 . Haz de mi un ministro transparente. Líbrame de la tentación de estar en los primeros puestos y enséñame a ser un buen pastor, que da la vida para congregar a tu pueblo en la unidad.
Padrenuestro.
Sexta Estación
Fiel: 6ª Estación: Verónica enjuga el rostro de Jesús.
La mujer que no se calló.
TODOS: Tenía un rostro de hombre del pueblo.
Tenía marcas de duelo y sufrimiento.
Tanto sufrió que de los escupitajos
y sangre se desfiguró.
Sin embargo alguien su rostro enjugó.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Soy consagrada a tu divino Corazón en el servicio al hermano. No me puedo callar mientras encuentro en los vías crucis de la vida a tantas victimas de una "cultura de la muerte": mujeres en la prostitución y familias en la miseria, enfermos sin asistencia y ancianos despreciados, emigrantes sin tierra y jóvenes sin empleo, personas excluidas de la cultura digital y minorías tratadas con prejuicio…la lista es grande, mi Señor. Al enjugar las lágrimas, el sudor y la sangre del rostro de estos hermanos y hermanas veo maravillada que tu rostro se estampa en el lienzo de mi solidaridad (Cf Mt 25,31-46). Enséñame a unir siempre el misticismo y la militancia, la fe y la vida, el cielo y la tierra, porque Dios es nuestro Padre y somos hermanos, pero el pan también es nuestro y somos cristianos, es decir, personas que creen en el milagro de compartir.
Padrenuestro.
Séptima Estación
Fiel: 7ª Estación: Jesús cae por segunda vez.
Quien cae subiendo, cae hacia lo alto.
TODOS: Él dijo que la vida es un regalo.
Para quien no se detuvo ni desistió.
Lleva la cruz de los hermanos
en los hombros con coraje y valor.
Y una vez más, al suelo cayó.
Oración
¡Henos aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu corazón encontramos nuestra morada. Desde nuestra juventud, iniciamos un camino de amor en Cristo, que es la manera cierta de construir una familia que tiene papel fundamental para la transmisión de la fe y de la vida. Contemplando tu pasión entendemos que todo lo que hiciste fue por amor. Sin embargo, aprendemos que nuestras pasiones no son cimientos seguros. Solamente construye sobre roca quien edifica en el amor. Danos la sabiduría para iniciar la construcción por los cimientos y no por el techo. Enséñanos que cada opción exige renuncias. Si caemos, Señor, que sea siempre en la lucha por avanzar, nunca porque estemos desistiendo de ella. Aún en las caídas, no permitas que nos separemos de ti.
Padrenuestro.
Octava Estación
Fiel: 8ª Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
Vocación de mujer: de la cuna hasta la cruz.
TODOS: En el camino por donde Él iba.
Sufriendo casi solo, sin nadie.
Algunas mujeres llorando
siguieron a Jesús que sufría.
Eran madres solidarias con el dolor.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En su corazón tan humano aprendí el valor salvífico del sufrimiento y del dolor. Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de tu Cuerpo que es la lglesia (Cf Col 1,24). No puedo olvidarme que la redención se realizó por tu Cruz, es decir, por el sacrificio. Eso me enseña que el dolor es parte de la condición humana y es enteramente tocado por tu amor que salva. Eso no me lleva a una alienada resignación, sino que me hace consciente de que algunos dolores son oportunidades para unirme a tu Cruz. Es un misterio que solamente los que sufren unidos a ti pueden discernir en la medida cierta. Enséñame a que, en el momento del dolor, más que hablar de Dios es mejor hablar con Dios. La oración consuela más que la explicación.
Padrenuestro.
Novena Estación
Fiel: 9ª Estación: Jesús cae por tercera vez.
¡Después de eso no volvió a caer!
TODOS: Otra caída y ya es la tercera.
Y cae, de cansancio, al suelo.
Así como tantos que sufren
por el hambre de pan y de amor.
Y sucumben por tanta opresión.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu Corazón de maestro encontré la Verdad. Vengo del mundo de los estudios. En este momento son parte de mi misión. Me encantan el conocimiento y la ciencia, pero muchas veces me seducen y hasta me inducen a imaginar que no te necesito. Sin embargo, mi corazón tiene sed de un amor y de una verdad que superen los amores y las verdades de esta tierra. Solamente en tu Verdad encuentro la eterna sabiduría. Y en este tesoro encuentro las fuerzas para no caer ya. Solamente quien encuentra la verdad, más allá de los límites del cuerpo, permanece verdaderamente de pie.
Padrenuestro.
Décima Estación
Fiel: 10ª Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
¡Era pobre y murió más pobre!
TODOS: Le quitaron sus vestiduras.
Echaron a suertes la que le restó.
Tan despojado y al no tener nada más
se dio a sí mismo.
Era pobre y murió aun más pobre.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu corazón me enseña muchos modos de promover la comunión. Sé que las redes sociales son una posibilidad para construir verdaderas relaciones, sin embargo exigen mucho cuidado para no convertirme en rehén de las fuerzas de dispersión que les roban a los jóvenes su identidad. La manipulación de la inteligencia es una de ellas. Eso puede llevarnos a una alienación de los derechos religiosos, sociales y políticos. Delante de tu despojo total en el camino de la Cruz te pido en el nombre de los jóvenes: que tu gracia nos enseñe los caminos para evangelizar el "continente digital" y nos deje atentos a la posible dependencia o confusión de lo real y lo virtual, corriendo el riesgo de sustituir el encuentro con las personas por los contactos a través de la red.
Padrenuestro.
Undécima Estación
Fiel: 11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Dos trazos formaron Su Cruz.
TODOS: Teniendo dos ladrones a su lado.
Fue clavado en la Cruz que cargó.
Crucificado, agredido, insultado, Jesús perdonó
al verdugo que le hirió y mató.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu divino Corazón encontré la verdadera libertad. Soy consciente de aquellas palabras de Juan Pablo 11: "La peor prisión es un corazón cerrado". Miles de jóvenes están encarcelados cumpliendo penas por errores cometidos. Tu mirada de perdón desde lo alto de la cruz me hace pensar que es posible cambiar de vida. Enséñame que tu cruz unió la tierra y el cielo y que tus brazos abiertos acogen a todos, hasta los que están en la cárcel (Cf Mt 25,43). Qué alegría saber que amas no solamente a quien es justo y santo, sino también al pecador (Cf Rom 5,8).
¡Gracias, Señor, por tu inmensa compasión!
Padrenuestro.
Duodécima Estación
Fiel: 12ª Estación: Jesús muere en la Cruz.
El autor de la vida aceptó morir.
TODOS: Aplastado, herido y vencido.
Derrotado Él no reaccionó.
Como quien no puede hacer nada
agonizó y expiró.
Es la vida la que vemos morir.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu Corazón encontré la vida y la vida en plenitud. Conoces bien los límites de mi condición física. Vivo un periodo difícil de purificación. La enfermedad es mi cruz. Acéptame unido a ti en este momento. La seguridad de que estás conmigo hace que cada minuto valga la pena. Quisiera vivir muchos años, pero ¿qué es eso comparado con la eternidad? Entonces, Señor, fortalece mi fe, mi esperanza y mi caridad. Que oiga de tu boca la frase que consoló a tantos enfermos y dolientes: “Tu fe te ha salvado, vete en paz” (Cf Lc 8, 48).
Padrenuestro.
Decimotercera Estación
Fiel: 13ª Estación: Jesús es bajado de la Cruz.
María y los discípulos lo bajaron de la Cruz.
TODOS: Parecía estar todo acabado.
Jesucristo baja de la cruz.
Muerto y sin vida María lo recibe sin decir nada.
Es a mi pueblo al que veo llorando.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Es maravilloso escuchar las lecciones de tu divino Corazón. Paso los días en el silencia de sonidos y palabras. No puedo oír con los oídos, pero escucho tu voz en mi corazón. Al mirarte bajado de la cruz, reposar en el regazo piadoso de tu querida madre, siento que todos los discursos son insuficientes y no es necesario ni una sola palabra. Existen momentos en que el silencia y la contemplación hablan mucho más. Enséñame a bajar de la Cruz a mis hermanos, que en ella sufren y esperan misericordia de mi parte. Que mi testimonio sea un silencioso grito de amor y de solidaridad.
Padrenuestro.
Decimocuarta Estación
Fiel: 14ª Estación: Jesús es colocado en el sepulcro.
Sembrado en el fecundo silencio.
TODOS: Sepultado en la roca más fría.
Nada más se podía esperar.
Se iba con Él el proyecto de vida que vino a enseñar.
Es mi pueblo escondido y rezando.
Oración
Señor Jesús, Cristo Redentor, aquí estamos, envíanos! (Cf Is 6,8). Queremos ser un solo corazón y una sola alma. Iremos a todas las naciones de la tierra para dar testimonio de que encontramos el verdadero camino hacia la vida. La semilla de tu Palabra ha caído en nuestros continentes. No la dejaremos sepultada. Enséñanos a cultivar esta semilla para que nazcan los frutos de una nueva evangelización.
Padrenuestro.