Nos dirigimos a las y los más jóvenes para hablar de este tema, jóvenes como nosotras y nosotros, que somos quienes con edades tan tempranas empezamos a consumir tabaco. La confluencia de dos situaciones, etapa de experimentación en la adolescencia y facilidad de acceso al consumo de tabaco, van a ser claves a la hora de entender el porqué de su elevado consumo en esta parte de la vida y, al mismo tiempo, son también los ejes sobre los que debe centrarse una intervención preventiva eficaz. De ahí este proyecto.
Fumar es un proceso que suele comenzar en la adolescencia. A partir de los 21 años, las probabilidades de que una persona comience a fumar son más bajas.
Fumar es un complejo de conductas encaminadas a obtener los efectos placenteros que produce la nicotina y a evitar que aparezcan los síntomas de privación derivados de no aportar esta sustancia al organismo.
Es un proceso vital que suele comenzar en la adolescencia. Los primeros consumos de cigarrillos suelen producirse entorno a los 11 años, con una edad media de consumo regular entorno a los 13. A los 16 años, muchos se convierten en fumadores regulares. Sin embargo, a partir de los 21 años, las probabilidades de que una persona comience a fumar son más bajas.
Fumar es un proceso constituido por diferentes etapas. Del mismo modo, cuando una persona fumadora quiere dejar de hacerlo, pasa por distintas etapas: precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento.
Cuando se empieza a fumar, también la persona adolescente pasa por varias etapas, es lo que se ha dado en llamar “la carrera del fumador”. En cada una de estas etapas influyen diferentes tipos de factores, sobre todo personales y del entorno, que no actúan de forma independiente y aislada sino que lo hacen de forma integrada y diferente para cada persona. Es distinto en cada adolescente, lo cual hace que el proceso de fumar sea muy complejo.
"En la vida siempre va a haber personas que nos ofrezcan un cigarrillo. La respuesta es una decisión personal, pero tiene su importancia y sus consecuencias"
La adolescencia es el periodo por el cual terminamos nuestra infancia/niñez, en él comenzamos a tomar decisiones por nosotros y nosotras mismas y, aunque todavía dependemos de nuestros progenitores, empezamos a tener mayor autonomía personal.
Las malas decisiones que tomamos siempre repercuten en nuestro futuro, como bien puede ser comenzar el consumo de tabaco.
¿Y por qué los adolescentes empezamos a fumar?
Los adolescentes nos iniciamos en el consumo de tabaco por diversas razones. De todas ellas, la más común es intentar encajar en un grupo de amistades que también fuman, un sentimiento de pertenencia al grupo. En muchas ocasiones esto suele estar asociado a una baja autoestima personal. No hace falta imitar comportamientos insanos para pertenecer a un grupo. Y si ese grupo demanda ese comportamiento insano, igual es mejor valorar otros caminos de socialización.
Esa baja autoestima puede hacer que sea más difícil dejar de fumar edades más avanzadas debido a los efectos placenteros que ofrece fumar, haciendo a la persona más adicta al tabaco.
Cuando se lleva mucho tiempo consumiendo tabaco se empiezan a notar sus consecuencias, no iguales en todas las personas ni con el mismo tiempo enganchado. La relación causa efecto, muchas veces invisible y a largo plazo, es más frecuente de lo que nos parece. Y a quien le toca se arriesga a consecuencias que pueden llegar a ser fatales.