Educar personas


Educar personas

Nuestro trabajo es un trabajo apasionante. Trabajamos con personas, les ayudamos a descubrir sus potencialidades y a sacar partido de ellas, a conocer y superar sus límites, a observar todo un mundo que les rodea,...

Nuestros alumnos son ese grupo de personas que conviven en nuestro instituto. Y por eso creemos que educar no solo es transmitir conocimientos, es mucho mas...

Educar en la convivencia

El primer objetivo educativo es crear un clima escolar no sólo de respeto, sino de convivencia positiva y activa entre todos los que conformamos esta comunidad educativa.

La consecución de este objetivo permite aprovechar los momentos de aprendizaje de forma óptima, convirtiendo las clases en espacios de trabajo y participación. También convierte a un centro educativo en un espacio agradable, donde profesores y alumnos desean encontrarse día a día. Muchas actividades programadas por el equipo de profesores-tutores con el Departamento de Orientación buscan conseguir esta cultura de la convivencia, consiguiendo que los alumnos de cursos superiores se responsabilicen de forma autónoma en ciertos eventos que buscan este fín, como por ejemplo el reparto de claveles el día de San Valentín.

También los espacios y materiales forman parte de ese objetivo, en el convencimiento de que respetar y cuidar un bien común repercute en un beneficio para todos. Desde este principio los alumnos han colaborado siempre, de manera que ciertos recursos especialmente delicados, como aulas-taller o sistemas informáticos, son usados frecuentemente sin problemas.

Educar en la solidaridad

No es suficiente el respeto, sino que además creemos en la potencia que tiene la educación de generar una sociedad mejor. Por ello creemos fundamental educar en la solidaridad y la ayuda mutua.

No sólo de puertas afuera, sino que dentro del instituto se programan actividades donde el aprendizaje colaborativo y los trabajos en equipo nos aportan la posiblidad de aprender vías mucho más proactivas de mejorar nuestra convivencia. Estas actividades permiten desarrollar habilidades sociales fundamentales en una sociedad donde la interdependencia en las actividades laborales se ha convertido en un hecho fundamental.

Educar en la diversidad

El respeto y la solidaridad deben basarse siempre en el reconocimiento del otro con sus propios valores y capacidades. Un mundo global como el nuestro además nos pone en contacto cada día más con una diverisidad humana y cultural creciente.

Nos parece fundamental partir de esta necesidad para educar en estos valores que exigen tratar de comprender al otro, para valorándolo, enriquecernos en la diferencia.


Personalizar la enseñanza, partiendo de las capacidades e intereses de cada uno de nuestros alumnos es uno de los principios que nos permiten abordar este principio, adaptando con flexibilidad los itinerarios personales al desarrollo curricular y personal de cada uno de ellos.


Los idiomas son otro de las herramientas que nos permiten acceder a esta riqueza, pues no sólo los entendemos como un aprendizaje instrumental, sino como vía de contacto con otras cultual y personas. Los intercambio educativos que se establecen con centros de otros países son un complemento natural a este reto.


Por eso en nuestro centro valoramos la participación en los programas que permiten el apoyo a esa diversidad, como la incorporación de profesores de pedagogía terapéutica, la puesta en marcha del aula TEA-TGD y la incorporación de alumnos con dificultades motóricas.