La salud mental juega un papel importante en la seguridad y el clima general de una escuela. Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., 1 de cada 5 adolescentes tiene un trastorno de salud mental diagnosticable y aún más muestran signos de depresión. Los educadores también luchan con la salud mental, con encuestas recientes que sugieren que la mitad o más se describen a sí mismos como bajo altos niveles de estrés y en una condición de salud mental "no buena". Estos problemas pueden perturbar el entorno educativo y generar resultados negativos para los estudiantes. Al enfocarse en la salud mental, las escuelas pueden apoyar y promover la seguridad de todos los miembros de la comunidad escolar a través de nuevas iniciativas y perspectivas frescas sobre las prácticas existentes. (Centro de seguridad escolar de Texas)