Como viene siendo habitual en el instituto, hemos llevado a cabo una enriquecedora actividad relacionada con el huerto escolar. A lo largo del año, estudiantes y profesores colaboramos en la siembra y el cuidado de diversas plantas autóctonas y árboles frutales. Desde preparar la tierra hasta recolectar los primeros productos, la experiencia nos permitió aprender sobre los ciclos naturales, la importancia del trabajo en equipo y el valor de producir nuestros propios alimentos. El huerto se convirtió en un espacio de aprendizaje vivo, donde las clases de ciencias, biología y ética se unieron de forma práctica y significativa.
En estas fotos se aprecia el día a día en el cuidado de nuestro huerto con el alumnado de 1º de ESO A.
Además de cultivar verduras como tomates, lechugas y zanahorias, reflexionamos sobre la importancia de una alimentación saludable y sostenible. Esta actividad fomentó valores ecológicos fundamentales, como el respeto por la biodiversidad, el cuidado del entorno y la reducción del impacto ambiental mediante el consumo local. Aprendimos que sembrar árboles y plantas no solo embellece nuestro entorno, sino que también contribuye al equilibrio del ecosistema y al bienestar de toda la comunidad. Comer vegetales del propio huerto nos hizo valorar más lo natural y lo cercano, fortaleciendo nuestra conexión con la tierra y promoviendo una forma de vida más consciente y responsable.
Con el alumnado de 3º de Diversificación se ha llevado a cabo una actividad práctica en el huerto escolar, centrada en la siembra y el cuidado de calabacines. Esta experiencia ha permitido a los estudiantes conectar directamente con los procesos naturales del cultivo, desarrollando habilidades relacionadas con la agricultura básica, el trabajo en equipo y la responsabilidad. A lo largo de varias sesiones, los alumnos prepararon la tierra, sembraron las semillas y aprendieron a realizar un seguimiento del riego y del crecimiento de las plantas.
Además de su valor educativo, esta actividad ha tenido un importante componente motivador, ya que ha ofrecido a los estudiantes una forma diferente de aprendizaje, más activa y conectada con la realidad. Trabajar en el huerto les ha ayudado a comprender mejor los ciclos de la naturaleza y a valorar el esfuerzo que implica producir alimentos. También ha fomentado actitudes de respeto hacia el medio ambiente y la importancia de una alimentación saludable y sostenible.Creación de un ecohuerto en el instituto para sembrar y plantar verduras y otras plantas para ayudar a comprender la multitud de ritmos que dominan en la naturaleza.
Los alumnos de 1º de ESO A han participado en una actividad de concienciación ambiental centrada en el reciclaje y el respeto por la naturaleza. Cada estudiante ha traído de casa tetra-briks usados, que han sido reutilizados como semilleros ecológicos, fomentando así el reciclaje y dándoles una segunda vida útil. Esta iniciativa no solo ha promovido la sostenibilidad, sino que también ha servido como una herramienta educativa para mostrar cómo objetos cotidianos pueden transformarse en recursos útiles para el medio ambiente.
Las semillas plantadas en estos semilleros reciclados han sido recolectadas por los propios alumnos de árboles y arbustos autóctonos de la zona, lo que refuerza el vínculo con el entorno natural cercano. Entre las especies sembradas se encuentran algarrobos, nogales, alcornoques, espino, majuelo, encinas y carrascas. Con esta acción, se fomenta la biodiversidad local y se sensibiliza a los estudiantes sobre la importancia de conservar y restaurar los ecosistemas mediante pequeñas acciones con gran impacto futuro.
Con el alumnado de la ESO se están cuidando y manteniendo los árboles que se han sembrado en nuestro huerto. Durante la actividad, no sólo se está fomentando la concienciación sobre la importancia del cuidado de la naturaleza, sino que están aprendiendo los cuidados básicos que estas plantas necesitan en sus primeras etapas de crecimiento. La iniciativa está sirviendo para trabajar contenidos relacionados con la biodiversidad y los ecosistemas, y también para reforzar valores como la responsabilidad, el compromiso ecológico y el respeto por el entorno natural.
Una vez que las plantas hayan crecido, los plantones se llevarán a una asociación para que puedan regalos durante el verano, pero en septiembre los recogeremos y en otoño se plantarán, reforestando alguna zona que lo necesite en nuestro entorno o creando un microbosque en el instituto. Esta colaboración ha reforzado el vínculo entre el aprendizaje escolar y la acción social, haciendo que el alumnado se sienta parte activa en la mejora del planeta. Gracias a esta experiencia, los estudiantes han podido comprobar que pequeños gestos pueden generar grandes cambios y que el cuidado del medio ambiente empieza con acciones locales y concretas.
El alumnado ha trabajado de forma práctica la importancia de proporcionar condiciones óptimas para el crecimiento de las plantas, desarrollando un proyecto centrado en el diseño y construcción de invernaderos inteligentes. A través de este trabajo interdisciplinar, han aprendido cómo factores como la luz, la temperatura o la humedad influyen directamente en el desarrollo de las plantas, y cómo la tecnología puede ayudar a controlarlos de manera eficiente.
Utilizando sensores y placas programables, los estudiantes han creado prototipos de invernaderos capaces de medir la temperatura ambiente y la intensidad de luz, activando automáticamente sistemas de ventilación o iluminación en función de las necesidades detectadas. Esta actividad ha permitido no solo aplicar contenidos de ciencia y tecnología, sino también fomentar el trabajo en equipo, la creatividad y la conciencia ambiental, comprendiendo cómo la innovación puede contribuir a una agricultura más sostenible.
Con el alumnado de 1º de ESO se ha llevado a cabo un interesante proyecto en la asignatura de Computación y Robótica, centrado en la medición de la humedad del suelo utilizando las entradas analógicas de la placa Micro:Bit.
El proyecto parte del principio de que el suelo, al contener agua y nutrientes, posee cierta conductividad eléctrica. Esta conductividad permite medir su resistencia eléctrica, que disminuye cuanto mayor es el nivel de humedad. Así, el suelo actúa como una resistencia variable dentro de un circuito, y los estudiantes han podido visualizar estos cambios a través de la lectura de valores en la Micro:Bit. Esta experiencia no solo ha sido educativa, sino también muy motivadora, ya que les ha permitido combinar el aprendizaje de conceptos científicos con la experimentación directa, despertando su curiosidad por el mundo natural y por las posibilidades de la tecnología para estudiarlo. A través de la toma de datos reales, los alumnos midieron la humedad de distintos tipos de tierra, observando cómo varía en función de la cantidad de agua presente.