Una vez cumplimentado el DAFO y las propuestas del CAME (cómo afrontar las amenazas y explotar las oportunidades), se propone objetivos y se diseñan estrategias para alcanzarlos.
Cada objetivo debe cumplir las siguientes reglas: S.M.A.R.T.
Específicos o concretos: pocos y bien definidos. No es aconsejable más de tres.
Mensurables: medibles o cuantificables.
Alcanzables: realistas con el entorno previsto.
Relevantes: suficientemente rentables.
Temporales: el tiempo establece fechas de análisis.
Los objetivos económicos se centran en asegurar la rentabilidad y sostenibilidad financiera del proyecto. Incluyen metas relacionadas con la generación de ingresos, reducción de costos y crecimiento de las ventas, garantizando que el negocio sea viable a largo plazo.
Ejemplo:
Alcanzar Rentabilidad en el Primer Año
Reducir Costos de Producción
Incrementar las Ventas Anuales
Diversificar Fuentes de Ingresos
Los objetivos sociales buscan generar un impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente. Incluyen metas como la creación de empleo, la promoción de prácticas sostenibles y la mejora de la calidad de vida de los agricultores, alineándose con los valores de responsabilidad social.
Ejemplo:
Promover la Agricultura Sostenible
Fomentar la Innovación en el Sector Agrícola
Promover la Agricultura Sostenible
Mejorar la Calidad de Vida de los Agricultores
Los objetivos estratégicos están orientados a posicionar la empresa en el mercado y asegurar su crecimiento a largo plazo. Incluyen metas como la expansión a nuevos mercados, la innovación tecnológica y la construcción de alianzas estratégicas, fortaleciendo la competitividad de la empresa.
Ejemplo:
Posicionarse como Líder en Agricultura de Precisión
Establecer Alianzas Estratégicas
Expandirse a Mercados Internacionales
Desarrollar una Marca Reconocida