Deja las cosas que necesitas con frecuencia, como llaves y lentes, en el mismo sitio después de usarlas. Usa un organizador electrónico o una agenda para mantener un registro de tus citas, vencimientos de pagos y otras tareas. Organiza los números de teléfono y direcciones en una agenda o grábalos en tu computadora o celular. Mejorar la organización en las cosas rutinarias te ayudará a concentrarte en otras cosas más importantes.
Es posible que realizar diversas tareas al mismo tiempo parezca permitirte hacer las cosas más rápido, pero los estudios sugieren que en realidad esto hace que el cerebro se ralentice en general. La concientización te permite incrementar tu concentración, lo que mejora tu memoria y acelera el cerebro.
El ejercicio aeróbico regular mejora la circulación y la eficiencia en todo el cuerpo, incluido el cerebro, y puede prevenir la pérdida de memoria propia de la edad avanzada. El ejercicio también hace que estés más alerta y relajado y de esta manera puede mejorar la asimilación de la memoria, permitiéndote tomar mejores "fotos" mentales.
De hecho, el estrés crónico daña físicamente el cerebro y puede hacer que recordar sea mucho más difícil. Después estar expuesto a estrés prolongado, el cerebro empezará a verse afectado y se deteriorará. Tal vez sea imposible eliminar por completo el estrés de la vida, pero definitivamente se puede controlar. Incluso el estrés temporal puede hacer que la concentración y observación sean más difíciles. El estrés crónico también puede causar daño a largo plazo al hipocampo, que es en donde se almacenan las memorias.
La risa hace que diversas partes de tu cerebro se enciendan, y entre ellas están las porciones responsables de tu memoria.
Hay muchos suplementos herbales en el mercado que aseguran mejorar la memoria, pero ninguno ha probado ser efectivo en pruebas clínicas. Sin embargo, una dieta saludable contribuye a un cerebro saludable, y los alimentos que contienen antioxidantes (por ejemplo brócoli, arándanos, espinacas y frutas del bosque) y ácidos grasos omega 3 parecen promover un funcionamiento cerebral saludable.[11]
Los estudios sugieren que la baja vitamina D puede estar asociada a un menor desempeño cognitivo.[12] Cuando los receptores de vitamina D en tu cerebro están activos, el crecimiento nervioso en tu cerebro aumenta. Algunas de las vías metabólicas para la vitamina D se ubican en áreas del cerebro responsables de formar nuevas memorias.
Dormir mejora tu plasticidad neuronal (la habilidad de tu cerebro para crecer) lo que realza la habilidad de tu cerebro para controlar el comportamiento y la memoria. La cantidad de horas de sueño que tengamos afecta la habilidad del cerebro para recordar información aprendida recientemente. Es posible que tener una buena noche de sueño (un mínimo de siete horas cada noche) mejore tu memoria a corto plazo y tu memoria relacional a largo plazo, de acuerdo con estudios recientes realizados en la Escuela Médica de Harvard.