Estudios sobre Séneca: John Basore

ENSAYOS MORALES DE SÉNECA

VOLUMEN I


Con traducción al inglés de John W. Basore.

En 3 volúmenes.

Londres: W. Heinemann Ltd., New York: G. Putnam’s sons, 1928.

The Loeb Classical Library.

http://www.archive.org/details/moralessayswithe01seneuoft

Traducción al castellano : Pedro E. León Mescua


INTRODUCCIÓN [p. vii]

Nacido de la rica y talentosa familia española de los Annaei, Lucio Anneo Séneca, segundo hijo de Séneca el retórico, se convirtió en la figura pública y literaria más importante en la época de Nerón. Su madre fue Helvia, una dama de inteligencia natural, cierta cultura y muchas virtudes. Un hermano mayor, Novato, conocido después de su adopción como Galeón, fue gobernador de Acaya bajo Claudio, y permanece en los anales cristianos (Hechos, 18, 12-17) con inmerecido odio como el oficial romano ante el cual el apóstol Pablo fue procesado. Mela, el hermano menor, de carácter más retraído, pero considerado por su padre como el más capaz de los tres, pervive solo como el padre de un hijo famoso: el poeta épico Lucano, cuyas habilidades precoces y exuberantes lo señalaron como el prodigio de su distinguida, pero desafortunada, familia, de la cual ningún miembro principal sobrevivió a la conspiración de Pisón. Lucano, su padre y sus dos tíos fueron objeto de la venganza de Nerón.

La carrera del mismo Séneca estuvo marcada por espectaculares cambios de fortuna, en medio de los cuales a veces parece un personaje enigmático y a veces patético, víctima tanto de la hostilidad como el favor imperial. [p. viii] Nacido en Córdoba hacia el 4 a.C., fue llevado a Roma cuando todavía era un niño en brazos. Allí, cuidadosamente cultivado y ampliamente formado en retórica y filosofía, inició la carrera senatorial y consiguió el cargo de cuestor probablemente bajo Tiberio. Por su elocuencia en el Senado, se dice que atrajo la envidia e Calígula y que había escapado de la muerte sólo porque se le aseguró que él ya estaba condenado a morir por su mala salud. De su salud enfermiza escuchamos mucho en sus escritos, pero él sobrevivió a Calígula y no desperdició ninguna oportunidad para tomarse despiadada revancha con su pluma. Bajo Claudio cayó en auténtico desastre. Por medio del apoyo de la emperatriz Mesalina, Séneca, ya establecido como un hombre de letras y, aparentemente, de moda, fue acusado de una intriga con la infame Julia Livilla, hermana de Calígula, a quien su tío poco después de su ascensión la había llamado del exilio, y ambos fueron desterrados. Después que había pasado ocho fatigosos e inquietos años en la sombría Córcega, durante los cuales, sin embargo, encontró algo de solaz en escribir y estudiar, Agripina, ahora esposa de Claudio, consiguió su vuelta el año 49 d.C. y lo elevó al puesto de tutor de su joven hijo, el futuro emperador Nerón. Un año más tarde fue pretor. Desde esta época la fortuna de Séneca estuvo unida a la de Nerón. Creció en honores, riqueza 1 y poder y durante cinco años después de la ascensión de Nerón fue, junto con Burro, el virtuoso viejo pretoriano, el sabio confidente y guía del emperador. Pero gradualmente su influencia se debilitó, y después de la muerte de Burro el año 62 d.C. inútilmente buscó el anonimato en [p. ix] el retiro. Tres años más tarde, acusado de complicidad en la conspiración de Pisón, fue obligado a suicidarse, y encontró la muerte con dignidad y coraje estoico.

El significado especial de Séneca es, en breve, que él revitalizó la filosofía en la literatura latina, espiritualizó y humanizó el estoicismo, y se convirtió en el exponente de un nuevo estilo, que explotó las frases breves, la retórica y la declamación. Los artificios de su estilo ha encontrado mucho críticos, tempranos como tardíos. Calígula2 llamó a sus discursos -que no han sobrevivido- “buenas declamaciones, arena sin cal”, el arcaico Gelio3 condena su influencia, y Fronto4 censura sus amaneramientos literarios. Quintiliano5 con mejor discernimiento acusa más severamente su gusto que sus métodos, por ello es en los excesos de retórica donde peca más a menudo.6 Que él fue el más brillante escritor, así como el pensador más independiente, de sus días pocos lo negarán actualmente.

En filosofía los intereses de Séneca fueron puramente éticos. Fue un moralista audaz pero inconsecuente, un predicador más que un ejemplo de virtud estoica. Sus discursos son, al final, sermones estoicos, informales en la estructura, muy a menudo carentes de una presentación ordenada, pero usualmente efectivos en la habilidad de su apelación. Siendo ostensiblemente un adherente del materialismo estoico, él muestra la independencia de un ecléctico y se vuelve particularmente sobresaliente en su [p. x] concepción de la deidad y la similar doctrina de la hermandad del hombre, en las cuales él estuvo más adelantado que su época. Aunque, utilizando la doctrina estoica de una Unidad a partir de una pluralidad de dioses (así como, aunque hay muchas virtudes, la Virtud es una sola), él causó confusión por su terminología, incluso se aproxima constantemente a la representación de Dios como un ser moral y espiritual, una Providencia benéfica, lleno de preocupación paternal por la raza humana. Estrechamente unida a esta concepción se encuentra una amarga condena de las luchas de gladiadores, la esclavitud y cualquier forma de crueldad del hombre hacia sus congéneres.

Séneca fue un voluminoso escritor de prosa y poesía. Aparte de algunos epigramas, nos han llegado diez tragedias que están asociadas con su nombre, aunque una, la Octavia, por la evidencia interna se hace patente que es inconfundiblemente la obra de un poeta posterior. Las otras nueve obras son únicas y ejemplos notables de la tragedia romana adaptada de los originales griegos, de los cuales, sin embargo, ellos parecen ser poco más que pobres imitaciones retóricas. Pero su influencia sobre la literatura dramática de Italia, Francia e Inglaterra, aunque distorsionada, fue profunda. Sus obras de prosa que aún existen comprenden un significativo grupo de escritos que son de fondo moral, tratado casi científicos -la Naturales quaestiones en 7 libros- y la Apocolocyntosis, un sketch satírico sobre la apoteosis del emperador Claudio. Al grupo de escritos morales pertenecen los veinte libros de las Epistulae morales, una unidad a causa de su forma, y una serie de composiciones más formales, que, desarrolladas con vago conocimiento de una argumentativa segunda persona, también están unidos por la semejanza de forma. Estos semi-diálogos son los 12 tratados agrupados en el [p. xi] manuscrito Ambrosiano bajo el título de Dialogi 7 y tradicionalmente conocidos como Diálogos, el De clementia, originalmente en 3 libros, y los 7 libros de el De beneficiis, todos los cuales se prestaban al propósito de reunirlos bajo el título global de Ensayos morales.

La cronología de los escritos de Séneca es dudosa en la mayoría de casos. De los ensayos incluidos en este volumen, el De providentia y el De constantia están asociados por Waltz8 con los primeros años del exilio (41-42 d.C.), pero conjeturas igualmente fundadas las colocarán más tarde. Cuando Séneca escribió el De ira, es indudable que Calígula ya había muerto, y Novato, a quien le fue dedicada, todavía no había sido adoptado por Junio Galeón. Allí muestra una acre hostilidad hacia Calígula, y podría haber sido escrita cuando el recuerdo de sus excesos estaba fresco. A causa de la alusión a la edad de Nerón (1, 9, 1), el De clementia podría ser definitivamente asignado a los años 55 o 56.

Respecto a Lucilio, a quien le son dirigidas el De providentia, las Naturales quaestiones y las Epistulae, el mismo Séneca ofrece incidentalmente alguna información. Nativo, probablemente, de Nápoles o Pompeya, por su propio esfuerzo alcanzó el rango ecuestre y fue designado Procurador de Sicilia. Fue estudiante de filosofía, con cierta inclinación hacia el epicureísmo, y escritor de prosa y poesía. Su nombre ha ganado cierta importancia en historia literaria como el posible autor del Aetna, un poema filosófico atribuido en los manuscritos a [p. xii] Virgilio. Más joven que Séneca, parece haber mantenido con él una larga amistad de peculiar lealtad. Si, como Waltz supone, el De providentia pertenece a los primeros años del exilio, la propia fortuna de Séneca bien podrían haber provocado las preguntas de Lucilio respecto a los caminos de la providencia que da pie al ensayo. Tratando este tema Séneca elabora la tesis que ningún mal puede ocurrir al hombre bueno, interpretando la adversidades, no como malignas, sino como buenas oportunidades ofrecidas por una deidad benéfica para poner a prueba la virtud. El discurso se cierra con un pasaje de moderada retórica, dando la aprobación estoica del suicidio como una salida razonable de pruebas demasiado grandes.

Anneo Sereno, el joven amigo, o pariente, de Séneca a quien dirige el De constantia y otros dos tratados, se dice que había sido prefecto de los guardianes nocturnos de Nerón (praefectus Neronis vigilum). Es mencionado por Tácito9 como un íntimo amigo de Séneca, que en una demostración de lealtad sirvió de pantalla a las indiscreciones de Nerón en su aventura amorosa con Acte. Séneca le tuvo la más profunda afección y le aconsejaba en filosofía con solicitud paternal. Aparentemente era epicúreo. Aunque mucho más joven que Séneca, murió primero, probablemente el año 62. Séneca se explaya sobre su muerte prematura en una de sus Cartas (63, 14), y se refiere sentidamente a la amargura de su dolor.

El ensayo es excepcional en su ordenada disposición. Después de afirmar la superioridad de los estoicos sobre otras escuelas de filosofía, el autor asume como tema la paradoja estoica que el hombre sabio no puede ser dañado. Comienza a resolverla [p.xiii] con la exposición de las fortunas del hombre sabio. Estableciendo una distinción entre “daño” e “insulto”, él muestra seriatim la invulnerabilidad del hombre sabio a ambas, y después de un elogio parcial de la opinión de Epicuro, cierra la discusión con una justificación de la posición estoica.

Acerca de Novato, el hermano de Séneca, a quien esta dedicado el De ira, algo ya hemos dicho. Él fue muy estimado por su amabilidad, fue un declamador eminente, si debemos confiar en Jerónimo,10 y en fecha desconocida fue adoptado por el retórico Junio Galeón. Alcanzó el consulado, fue gobernador de Acaya el año 52 y se suicidó el año 66.

Séneca usó las citas asiduamente, y para la elaborada disquisición De ira tuvo muchas disponibles; Sotion, su maestro en filosofía, había escrito Peri orges (Sobre las pasiones), y bien podría haber sido uno. Aunque la disposición del ensayo es claramente defectuosa,11 y su estilo es de una retórica fervorosa, la riqueza de las materias ilustradas le da un interés inusual. El Libro I se ocupa de los aspectos externos, el daño y las varias definiciones de la ira; el Libro II discute su origen, su naturaleza y sus remedios; el Libro III repite mucho de lo que ya se ha dicho antes, y continúa con el nuevo tópico de cómo examinar la ira de los otros.

El De clementia, dirigido al emperador Nerón, fue escrito justo después que el joven príncipe había acabado sus 18 años y se pretendía guiarlo hacia el ideal de un gobernante clemente y popular. Ofrece interesante evidencia de la sabiduría pública del mismo Séneca, [p. xiv] de su tendencia a la adulación, y de su método al tratar con su difícil pupilo. Por desgracia, más de la mitad de la obra está perdida.

El más importante manuscrito de los Diálogos es el Codex Ambrosianus, en Milán, perteneciente al siglo X o XI. Éste ha sido designado A, y las lecturas de sus correctores posteriores, A 1-6. Un adicional manuscrito disponible para el De ira es el Codex Laurentianus (designado L) del siglo XII-XIII. El mejor manuscrito del De clementia es el Codex Nazarianus (designado N) en la colección palatina del Vaticano. Éste pertenece al siglo VIII o IX. Otros dos del siglo XII son el Codex Amplonianus en Erfurt (designado A), el cual no está completo, y el Codex Parisinus 8542 (designado T). En las notas críticas se usa O para designar un consenso de N, A y otros manuscritos principales. Para el aparato completo se puede consultar la edición de Hermes y Hosius.

Los textos adoptados para la traducción son, para los Diálogos, el de Hermes, Leipzig, 1905, para el De clementia, el de Hosius, Leipzig, 1900. Excepto cambios menores en la puntuación y ortografía, divergencias de éstas han sido debidamente registradas en las notas críticas.

J. W. B.

Princeton, N. J.

Traducción al castellano: Pedro E. León Mescua

Valencia, Junio 2011.

Traducción de la introducción de Basore a los Ensayos Morales de Séneca por Pedro E. León Mescua se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.

Basada en una obra en www.archive.org.

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1 Hay muchas citas sobre la grandiosa riqueza que amasó Séneca. Cf. Tácito, Anales, 13, 42, 6; Juvenal, 10, 16; Dion, 61, 10, 2.

2 Suetonio, Caligula, 53.

3 Aulo Gelio, Noctes atticae, 12, 2.

4 Frontón, Epistulae, Ad Marcum Antoninum de orationibus (ed. S. Naber, p. 155-156): "Confusam eam ego eloquentiam, catachannae ritu, partim igneis [léase mejor: pineis] nucibus Catonis, partim Senecae mollibus et febriculosis prunul[e]is insitam, subvertendam censeo radicitus".

5 Quintiliano, Institutiones, 10, 1, 129-130: "Tractavit etiam omnem fere studiorum materiam: nam et orationes eius et poemata et epistolae et dialogi feruntur. In philosophia parum diligens, egregius tamen vitiorum insectator fuit. Multae in eo claraeque sententiae, multa etiam morum gratia legenda; sed in eloquendo corrupta pleraque, atque eo perniciosissima, quod abundant dulcibus vitiis. Velles eum suo ingenio dixisse, alieno iudicio: nam si aliqua contempsisset, si parum non concupisset, si non omnia sua amasset, si rerum pondera minutissimis sententiis non fregisset, consensu potius eruditorum quam puerorum amore comprobaretur".

6 Un admirable análisis y discusión del estilo de Séneca se encuentra en la Introducción A y B de la edición de Summers de las Select Letters.

7 Quintiliano usó el término (10, 1, 129), pero que él lo aplicase sólo a los tratados del corpus ambrosiano puede ser dudoso.

8 Rene Waltz, Vie de Sénèque, p. 7, nota.

9 Anales, 13, 13.

10 En la afirmación de Jerónimo (ad a. Abr. 2080) el hijo podría ser confundido con su padre adoptivo.

11 Comparar la semejanza de división de los temas en 2, 18, 1 y 3, 5, 2.