Definición de Interpretación

Definición de la Interpretación

Una vez observados los diversos componentes de un pasaje, primer paso de la Inducción, el siguiente paso lógico es determinar sus significados. Es por ello que el segundo paso del estudio inductivo es la interpretación. 


En el primer volumen de su obra Cinco siglos de religión (Five Centuries of Religion), Coulton declara lo siguiente: "El historiador debe esforzarse en identificarse con el pasado mediante una íntima visión interior..." En su libro Toscanini y la gran música (Toscanini and Great Music), Gilman usa repetidas veces la palabra "recreación" para describir la finalidad de la interpretación musical y la función de Toscanini como intérprete. Se ve que tanto Coulton como Gilman sugieren el mismo principio, es decir, que el problema de la interpretación es el problema de recreación. Este principio tiene vigencia no sólo en relación con la música sino con todo lo que necesite explicación. 


La recreación puede definirse como reanimación, dar nueva vida a algo. Por consiguiente, recrear la Biblia es explicarla en tal forma que la palabra escrita se convierte en palabra viva. Esto podemos alcanzarlo solamente a través de la identificación, o sea, que por medio de la imaginación podemos llegar a convertirnos en otro ser. El proceso creador envuelve así una identificación total del intérprete con los autores bíblicos, de forma tal que reproduzca en sí mismo todas las experiencias vividas por aquellos al escribir sus obras. Es volver a captar las actitudes, motivos, pensamientos, y emociones, tanto de los escritores como de aquellos para quienes escribieron. 


Puesto que la recreación de la literatura bíblica puede efectuarse principalmente mediante la identificación, resulta que el uso de la imaginación es fundamental en este aspecto. La mayoría de nosotros tememos usar nuestra imaginación porque siempre la asociamos con lo fantástico, lo ficticio, o lo subjetivo. Ahora bien, aunque es cierto que la imaginación puede ser usada de tal manera que pueda tener las características expresadas. también lo es que puede ser santificada para realizar una función legítima e indispensable en la exposición de las Escrituras. La imaginación puede brindarnos la alfombra mágica que nos transporte a los tiempos bíblicos y nos permita vivir, pensar, y sentir con los escritores y personajes de las Escrituras. Puede permitirnos, por ejemplo, experimentar los pensamientos y emociones de Abraham cuando Dios le pidió el sacrificio de Isaac, el hijo prometido (Gn 22). Puede darnos los medios para escuchar y ver los hechos que ocurrieron al otorgar la Ley en el monte Sinaí (Éx 19-20). Puede concedernos el instrumento a través del cual podamos reproducir en nosotros mismos las experiencias de Jesús mismo, de  manera que podamos encontrar en nuestras almas lo que sucedió dentro del alma de Jesucristo. 


Se cuenta la siguiente anécdota de Toscanini:  

Se encontraba el maestro ensayando la Novena Sinfonía de Beethoven y los músicos respondían con extraordinaria sensibilidad a todos y cada uno de sus deseos y órdenes. El resultado fue una ejecución que hizo que los miembros de la orquesta prorrumpieran en una ovación espontánea. Puestos de pie aclamaban al hombre que les había acabado de ofrecer una nueva y maravillosa visión interior de aquella obra. Desesperadamente, Toscanini trató de detenerlos, moviendo agitadamente sus brazos y gritándoles. Finalmente, cuando el aplauso se hubo calmado, dijo con voz quebrada por la emoción: "No he sido yo, señores — es Beethoven".   


Y así es como debe ser la meta del intérprete de las Escrituras. Cuando así es, los hombres reconocen su valor y saben con toda certeza que la Biblia ha cobrado vida. 



Uno de los peligros que se corren con la interpretación es que pueda ser incompleta, ya que encierra mucho más de lo que a primera vista aparenta. No es solamente un asunto de definiciones, a lo cual algunos la limitan, sino también de otros diversos aspectos. Para tratar de evitar incurrir en el riesgo de superficialidad, desde el principio trataremos de llamar la atención sobre las diferentes fases que podemos encontrar en una interpretación concienzuda. Debe advertirse que esas fases coinciden en parte.   


El primer aspecto de la interpretación es descubrir el significado fundamental de un determinado pasaje, algo así como las funciones de un diccionario o léxico.


Eso es cierto sobre todo en lo concerniente a los vocablos o términos. Por ejemplo, el verbo "amar" que encontramos en Deuteronomio 6:5 puede ser definido como "tener un profundo afecto, anhelar o desear alguna persona o cosa". Sin embargo, la misma explicación podría aplicarse básicamente a todos los otros componentes de este mismo pasaje, como sus relaciones estructurales. Debemos descubrir, por ejemplo, qué quiere significar el contraste biográfico entre Salomón y David sugerido en 1 Reyes 11:4. Es decir, debemos tratar de averiguar en qué eran diferentes estos hombres. Al hacerlo se define la relación de contraste que ha sido empleada en este caso particular.   


Habiendo encontrado el significado fundamental de los componentes de un pasaje, es necesario entonces tratar de buscar las razones en que los mismos descansan. Esta búsqueda estará concentrada en dos hechos: primero, las razones generales de las afirmaciones bíblicas: que las hace verdaderas y necesarias; y segundo, las razones o fines inmediatos para su expresión: su relevancia con el contexto literario y en su específica situación histórica. Estos dos fines no son pertinentes en todos y cada uno de los componentes bíblicos y, a veces, es imposible descubrirlos. Pero es de la mayor importancia para una interpretación acertada el estar conscientes siempre que sea posible de los mismos y de sus usos.    


Para ilustrar lo dicho, distingamos estos hechos con relación al uso del verbo "amar" en Deuteronomio 6:5: primero, las razones de la verdad y necesidad de la declaración de que los israelitas debían amar a Jehová; es decir, las razones por las cuales esta exhortación es válida; y segundo, la finalidad de la exhortación de amar a Jehová dentro del marco en que fue hecha. 


Una declaración siempre quiere decir más de lo que aparenta, ya que es el resultado de ciertas presuposiciones y se convierte a su vez en la presuposición de otras ideas. Las interrelaciones de los hechos hacen esto inevitable. Los eventos están tan entrelazados que nadie puede aceptar unos de ellos sin a la vez aceptar muchos otros. Por esta razón, si queremos comprender realmente el significado de Deuteronomio 6:5, necesitamos buscar todas las amplias y extensas implicaciones que contiene la exhortación de amar a Jehová. 



Se necesitan tres pasos fundamentales para poder comprender el propósito de la interpretación y poder llevar a cabo las diversas fases de la interpretación: primero, preguntas interpretativas; segundo, respuestas interpretativas; y tercero, integración y resumen interpretativos. Hablaremos ahora de cada uno de ellos. 



Las preguntas interpretativas son aquellas que surgen y a la vez se basan en la observación de los términos, estructura, formas literarias generales, y atmósfera, y cuyas respuestas habrán de constituir el descubrimiento de su significado total. Es más, enmarcan en forma interrogativa las diferentes fases de la interpretación, o sea, definición, razones, e implicaciones. 


La pregunta interpretativa es realmente el paso intermedio entre la observación y la interpretación; por consiguiente, hay veces en que, en realidad, forma parte de la observación misma; en otras ocasiones surge después que la observación está totalmente terminada. De todas formas, es el eslabón esencial entre la observación y la interpretación, y sin la misma la observación llegaría a ser algo vacío y sin utilidad práctica alguna. 


Para demostrar cómo el uso de la pregunta interpretativa da por resultado el descubrimiento del significado de las observaciones apropiadas, presentaremos ahora parte del texto de un anuncio publicitario del libro titulado Cómo leer un libro (How to read a Book) de Mortiner. J. Adler. Este anuncio apareció en el New York Time de abril 10, 1940, al pie de una fotografía de un adolescente muy preocupado leyendo su primera carta de amor. 


Este joven acaba de recibir su primera carta de amor. Puede que la haya leído tres o cuatro veces, pero este es sólo el principio. Para poderla leer como él quisiera, necesitaría varios diccionarios y muchas horas de trabajo en colaboración con algunos expertos en etimología y filología. Sin embargo, puede muy bien prescindir de ellos, ya que él meditará sobre el significado exacto de cada palabra, de cada coma. Ella encabezó la carta: "Querico Juan". El se pregunta: ¿Qué quiere decir exactamente esas palabras? ¿Quizás ella no empleó las palabras "Queridísimo Juan" porque es penosa? ¿Quizás las palabras "Mi querido Juan" sonarían demasiado formales?

¡Demontre! ¡A lo mejor ella le escribe así a todo el mundo, "Querido Fulano o Mengano"!   

El entrecejo se frunce en su rostro; pero desaparece con el siguiente pensamiento que se le ocurre al volver a leer esa primera frase. 

¡No! ¡Ella no le escribe así a todo el mundo!

Y de esta forma estudia toda la carta; un momento en el séptimo cielo de la felicidad y, al instante siguiente, en medio de la más horrenda desesperación. ¡Cien preguntas han venido a su mente! ¡Se sabe la carta de memoria! ¡Es más, ha de repetirsela a sí mismo por semanas y semanas de ahora en adelante!   


El anuncio prosigue: "Si las personas leyeran los libros con una concentración ligeramente igual a la de este joven, seríamos una raza de gigantes mentales". 


Habrá observado el lector el lugar tan destacado que tiene las preguntas interpretativas de este anuncio. Surgen de la observación del contenido de la carta y forman el eslabón entre ellas y su exposición. Así también las preguntas interpretativas realizan la misma función en el estudio de las Escrituras. 


Habiendo visto el propósito y finalidad de las preguntas interpretativas no podemos dejar de destacar su importancia. Con todo lo importante que es la observación en sí, su valor no puede apreciarse aparte de las preguntas interpretativas o su equivalente. Comprendiendo este hecho, un estudiante dijo una vez a su maestro: "Si yo pudiera hacer que usted se sentara a mi lado haciéndome preguntas, "Estoy seguro de que podría lograr descubrir el significado de estos pasajes".