El role playing (o juego o dinámica de roles) es una de las dinámicas de grupo más utilizadas en múltiples áreas, como entrevistas de selección o en aulas de diferentes tipos de formación.
Esta dinámica, basada en la dramatización, se convierte en un método de aprendizaje activo basado en la propia experiencia y la comunicación adaptable a diferentes situaciones formativas.
Se trata de aplicar la teoría, viviendo en primera persona diferentes situaciones en base a simulaciones en parejas o grupos, donde cada participante asume un rol y actúa poniendo en práctica sus conocimientos y asimilando nuevos.
Para ello, cada participante asume un personaje y recurren a la improvisación para solucionar una determinada situación en base a sus conocimientos.
En definitiva, un role playing en el aula consiste en crear simulaciones donde los alumnos toman el papel de actores en base a unas directrices, desempeñando las acciones requeridas de forma activa y consiguiendo un aprendizaje activo
Una vez explicado qué es, y antes de contarte cómo organizar uno, he querido destacar los beneficios de organizar un role playing en el aula, para que veas qué puedes conseguir y qué no.
Organizar un role playing en el aula puede aportar, si está bien diseñado y se han definido objetivos claros, gran cantidad de beneficios. Entre ellos, considero imprescindible destacar los siguientes:
Eso sí, aunque sean muchas sus ventajas, un role playing no sirve para cualquier situación en el aula. No todas las temáticas pueden traducirse en una acción práctica donde tengan sentido determinados roles asumidos por los alumnos.
Así que, antes de lanzarte con la organización de un role playing en el aula (ahora te cuento cómo), tómate tu tiempo para analizar si esa formación que tienes entre manos o esa clase que quieres preparar puede ser traducida en un role playing.
O bien hay opciones mejores.
Si el role playing es tu opción, seguimos, te cuento por aquí qué tener en cuenta para organizar uno.
Puede parecer que en una actividad tipo role playing el trabajo del docente es prácticamente inexistente.
Accede al aula, reparte los papeles y a ejercer de espectador.
Ya puedes imaginarte que no es así, para nada.
Durante la realización de role playing, el docente ejerce de guía de la actividad, dejando el protagonismo a los alumnos.
Previamente a la realización del role playing en el aula, el diseño y organización del role playing requiere un gran trabajo por parte del docente o de la persona encargada de diseñarlo.
Se trata de una actividad compleja, por lo que vamos con unos consejos prácticos en forma de pasos a seguir que me han sido muy útiles en el diseño de este tipo de experiencias educativas.
El primer paso es evidente y probablemente ya lo hayas realizado cuando te pongas a organizar el role playing. Incluso antes de leerme.
Antes de nada, es necesario decidir qué queremos conseguir con el role playing en el aula y si es posible conseguirlo mediante esta experiencia. En ocasiones no es la más adecuada.
Y para que funcione un role playing es necesario que encaje a la perfección con nuestro objetivo, así que tómate tu tiempo en decidir si es o no tu opción.
Algunas de las preguntas que puedes hacerte para validar tu idea son:
Antes de iniciar el diseño de un role playing es importante tener claro para qué queremos organizarlo y qué objetivos queremos cumplir con él.
Así que definir el o los objetivos del role playing y relacionarlos con los objetivos del curso debe ser el imprescindible primer paso.
Una vez definidos los objetivos se debe plantear la situación o escenario en que se desarrollará la acción del role playing en el aula.
En el diseño del escenario que se vaya a plantear se debe tener en cuenta que éste debe ser, ante todo, creíble.
El escenario que se diseña puede (y suele) ser realista y acorde a la temática a tratar, definiendo los detalles del mismo y permitiendo al alumno una inmersión completa en la experiencia.
Ojo, no confundas realista, con escenario común. Podemos definir una situación realista pero no habitual.
En algunas situaciones también se pueden diseñar escenarios realistas ligeramente alterados o totalmente ficticios, dependiendo de las temáticas a tratar y de los roles que se quieran definir.
Sea el escenario que sea, se debe tener en cuenta las situaciones que se quieren plantear y los roles que actuarán. Es decir, debe buscar que se produzcan situaciones de interés permitiendo el aprendizaje activo.
La definición de los roles va de la mano al diseño del escenario del role playing y de las situaciones que se quieren tratar.
En la definición de los roles puede existir una gran variedad de opciones, tantas como escenarios posibles, pero se deben tener en cuenta algunos factores:
Se trata de un paso vital para el desarrollo del role playing en el aula, por lo que la definición de los roles exige un gran trabajo de reflexión por parte del diseñador de la experiencia para garantizar que se adaptan a los objetivos marcados y que permitirán guiar a los alumnos hacia situaciones de aprendizaje adecuadas.
Una vez en aula, el role playing seguirá una estructura diseñada de forma flexible.
Es decir, al tratarse de una dinámica donde el protagonismo lo tienen los alumnos y su improvisación respecto a un tema marcado, no podemos organizar de forma cerrada la experiencia. El diseño debe ser flexible y permitir la adaptación de la sesión al desarrollo de la misma.
Eso sí, pese a la flexibilidad de la sesión, ésta estará organizada.
No me gusta demasiado establecer patrones que se repitan en todas las sesiones ni fijarme a algo prediseñado, por lo que no creo en un patrón que funcione para todos los role playing.
Eso sí, todos siguen una estructura base de la que partir y, en base a ella, utilizar tu imaginación.
La primera parte del role playing en el aula debe incluir una explicación de la sesión a los alumnos, dónde se expliquen los objetivos y comprendan la dinámica de la sesión.
Además, se reparten los roles y se establecen cuántas situaciones ficticias se van a realizar.
La segunda parte del role playing constituye la acción y exige compromiso de los alumnos, quienes asumen un papel activo bajo la moderación del docente. Éste debe guiar la sesión para conseguir los objetivos pedagógicos marcados.
En esta parte deben estar organizados los tiempos previstos para cada intervención y el docente debe actuar como moderador, para redirigir la sesión siempre que sea necesario.
Ninguna experiencia educativa acaba cuando finaliza la sesión.
Siempre es necesario analizarla y evaluar el diseño, organización y desarrollo de la misma.
Esta evaluación final nos permitirá corregir errores de cara a próximas sesiones o detectar nuevas ideas que podrían encajar bien y no se nos habían ocurrido antes.
Organizar un role playing en el aula no es una tarea sencilla, sino que implica reflexión y trabajo previo a la sesión diseñando la misma. Sin embargo, una vez creado puede convertirse en un gran aliado para poner en práctica conceptos teóricos y enfrentar a los alumnos a situaciones reales desde la protección de lo ficticio.