Áreas de trabajo de campo
Ngiwa (popoloca):
"Ngiwa" (ngíwà) es la autodenominación que los popolocas comparten con los chocholtecos de Oaxaca. "Popoloca" es un nombre que fue aplicado para distintas lenguas del área con connotaciones despectivas (ver, por ejemplo, Swanton (2016) A History of Chocholtec Alphabetic Writing). Actualmente, "popoloca" se ha utilizado para referirse al ngiwa hablado en el estado de Puebla (ojo, "popoluca" según el uso actual corresponde a diferentes lenguas mixezoqueanas), mientras el que se habla en Oaxaca se refiere con el termino "chocholteco", conservando "ngiwa" como el termino superior.
El popoloca se habla en 14 comunidades en 7 municipios alrededor de la ciudad de Tehuacán en el estado de Puebla, México. Éstas incluyen: San Marcos Tlacoyalco, San Martín Esperillas, San Francisco Esperillas, Sompantle (mun. Tlacotepec de Juárez), San Luis Temalacayuca (mun. Tepanco de López; fotos), San Juan Atzingo (mun. Chilac), Los Reyes Metzontla (mun. Zapotitlán Salinas; fotos), San Mateo Zoyamazalco, San Vicente Coyotepec, Nativitas Cuautempan (mun. Coyotepec), San Felipe Otlaltepec, San Antonio Huejonapan, Todos Santos Almolonga (mun. Tepexi de Rodríguez), Santa Inés Ahuatempan (mun. Ahuatempan). Estas comunidades no conforman un área geográficamente continua; son vecinos de las comunidades nahuas, mixtecas y mestizas. Excepto Ahuatempan y Coyotepec, todas las comunidades popolocas son agencias (y no cabeceras municipales).
El popoloca cuenta con una doctrina cristiana impresa en el año 1590. Uno de los ejemplares existentes está disponible en línea.
Varias comunidades están dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, conocida por las cuevas donde se encontraron vestigios antiguos de cultivo en Mesoamérica, así como por su diversidad de cactus. Esta reserva fue registrada en el año 2018 como Patrimonio Mundial Mixto de la UNESCO.
Mazateco:
La autodenominación de la lengua mazateca ha sido una discusión. En mazateco, es común que uno se refiera a esta lengua como ennímà (en Ayautla; ojo con el sandhi tonal) o formas correspondientes, lo cual significa literalmente 'lengua (de los) pobre(s)' o 'indígena'; sin embargo, muchas personas no prefieren este nombre por su significado. El nombre común en español, 'mazateco', parece provenir del gentilicio de Mazatlán Villa de Flores.
El mazateco se habla en la región que se conoce como la Mazateca, constituida por más de 20 municipios en el norte del estado de Oaxaca, en las regiones de la Cañada y la cuenca del Papaloapan, así como en las áreas contiguas de los estados de Puebla y Veracruz. Casi todos los pueblos mazatecos son accesibles desde la carretera que conecta Teotitlán del Camino con Tuxtepec. La región mazateca colinda con comunidades nahuahablantes al oeste, mixtecos y cuicatecos alrededor de Chiquihuitlan, una comunidad mixteca (San Juan Coatzospan) entre San Miguel Huautepec y San Bartolomé Ayautla, y comunidades chinantecas (San Lucas Ojitlán) que colindan con Jalapa de Díaz y Soyaltepec, así como la población mestiza que habla solamente el español.
Las comunidades del lado de Tuxtepec sufrió un desplazamiento forzado por la construcción de la presa Miguel Alemán (1949-1954); véase, por ejemplo, Boege (1988) Mazatecos ante la nación.
Chinanteco:
La región en la cual se habla el chinanteco se conoce como la Chinantla. La Chinantla se extiende entre las regiones de Papaloapan, Sierra Norte, Cañada y Valles Centrales del estado de Oaxaca. Actualmente el acceso a la región es por diversas rutas; a veces ir de un extremo de la Chinantla al otro significa recorrer la mitad del estado de Oaxaca.
Los chinantecos de la region de por los municipios de Lalana, Jocotepec, Petlapa conservan su versión del calendario mesoamericano que consiste en 18 periodos de veinte días ("veintenas") con cinco días sobrantes. En Lalana, cada una de las veintenas así como la temporada de los días que sobran se conoce como jìin 'tiempo'. Cada periodo esta asociado con sus creencias, mitos y rituales que se está perdiendo rápidamente de la memoria de los habitantes, a pesar de que la lengua misma goza de la (relativamente) considerable vitalidad.