Las drogas son sustancias que, cuando se meten en el organismo, provocan cambios en la mente o en las funciones del cuerpo. Las drogas son generalmente clasificadas como drogas de prescripción médica (medicamentos recetados) o drogas ilícitas, aunque hay poca diferencia entre algunos de los medicamentos recetados y las drogas de la calle. Por ejemplo, la heroína, una droga de la calle, es muy similar químicamente al medicamento de prescripción médica llamado oxicodona.
Algunas drogas salvan vidas o ayudan a una persona que tiene un dolor severo. A una persona que está muy estresada después de un accidente o de la muerte de un ser querido, se la puede ayudar administrándola un sedante durante un corto tiempo. Pero cuando se abusa de las drogas, ellas se toman sin la autorización de un médico o de una manera que no fue autorizada por un médico. Se consumen normalmente en dosis mucho más altas de lo que normalmente es recomendado o de una forma no recomendada, tal como esnifar un analgésico.
Las drogas son básicamente venenos en un grado u otro. Todas las drogas (lo que incluye a los fármacos) tienen algún efecto tóxico sobre el cuerpo, pero en el caso de drogas de prescripción médica útiles (medicamentos recetados útiles), los beneficios superan la toxicidad. En general, una pequeña cantidad de una droga actúa como un estimulante. Una cantidad mayor puede provocar sedación, sueño o pérdida del conocimiento y una cantidad aún más grande te va a matar. Esto es cierto para todas las drogas.
Las diferentes drogas actúan sobre el cuerpo de diferentes maneras. Algunas drogas eluden el proceso normal del cuerpo de la creación de las hormonas que se generan después de una actividad placentera. Cuando una persona logra un objetivo importante, cuando come algo que realmente disfruta, cuando tiene relaciones sexuales, cuando se divierte, hay ciertas hormonas que se generan por el cuerpo. Las drogas toman control de estos sistemas y abruman al cuerpo con sustancias sintéticas. Esto hace que una persona se sienta muy eufórica o excitada y segura. Pero cuanto más suceda esto, menos es capaz una persona de generar estas hormonas naturales por sí misma y se vuelve más dependiente de las drogas que está tomando.
¿Por qué son las drogas adictivas?
Una persona puede llegar a ser físicamente adicta a las drogas o se puede volver adicto psicológicamente, o ambas cosas. Cuando el cuerpo se acostumbra a la presencia de las drogas de las que se está abusando, comenzará a hacer ciertos cambios funcionales o químicos para compensar la continua presencia de una droga como el alcohol o la heroína.
Si se detiene el consumo de drogas, el cuerpo pasa a través de síntomas que pueden ser graves y de larga duración ya que tienen que ver con la ausencia de la sustancia de la que ha estado dependiendo. La química del cuerpo tiene que volver a lo que era antes. La toxicidad que queda después del consumo de drogas puede crear obstáculos a esta vuelta a la normalidad. Estas situaciones pueden dar lugar a que el adicto se sienta enfermo, con calambres, espasmos e incluso con convulsiones o con fiebre alta, cuando deje de consumir drogas.
Una persona también puede ser adicta de forma psicológica, en cuanto a que necesita la sensación que las drogas proporcionan. Él necesita la euforia, la relajación o la estimulación sólo para ser capaz de funcionar en la vida diaria. Si esta persona simplemente manejase la adicción física y no manejase este aspecto de la adicción, sería muy probable que vuelva al consumo de drogas, ya que todavía necesita ese sentimiento de estar drogado para disfrutar de la vida.
Puesto que la variedad de las drogas es muy amplia, según su vía de consumo, éstas pueden clasificarse de distintas maneras:
Fumadas: hachís, marihuana, heroína, “crack”
Vía oral: drogas de síntesis, alcohol
Inspiradas: cocaína, speed (sulfato de anfetamina)
Inhaladas: pegamento
Inyectadas: heroína