Fecha de publicación: Oct 20, 2009 4:46:42 AM
Estos días hemos pasado mucho miedo. Muchos de nuestros amigos y conocidos han caído y no se volverán a levantar más. De algunos caídos no queda rastro. Han sido arrastrados por las aguas de las últimas lluvias. Después de tantos meses de pasar sed llovió, pero ¡Cómo llovió! En casi 2 días, el río creció 2 metros. Imaginaros la fuerza: si metemos los pies en un río y nos llega a la pantorrilla nos es difícil mantener el equilibrio... Qué nos hará un río de 2,5 metros; arrancar árboles de 50 años, es decir, de más de 6 palmos de circunferencia.
Sin embargo, todavía no ha hecho frío ni tampoco mucho viento, eso nos ha permitido conservar la mayor parte de nuestras hojas y que el cambio de color se haya hecho con mayor lentitud que otros años. En realidad sabemos de muchos plátanos de la ciudad que se les empezó a caer las hojas en agosto y todavía guardan muchas en sus ramas. Eso nos permite dar abrigo y comida a muchos animales al tiempo que las hojas caídas, más cobijo y alimento: si se descomponen, calor que aprovechan multitud de seres vivos y además, con estas últimas lluvias, las setas.