Crear un “time lapse” ha sido una experiencia de aprendizaje fascinante en la que he podido combinar la paciencia, la técnica y la creatividad. Al principio, he tenido que darme cuenta de la importancia de la planificación: elegir un tema interesante y un intervalo de tiempo adecuado para capturar los elementos básicos conceptuales.
Luego, aprender a manejar el equipo necesario, como la cámara del móvil y el trípode, y a configurar los parámetros adecuados para la exposición y el intervalo entre tomas. A continuación la grabación de audio a partir del guion, intentando enfatizar las palabras clave.
El proceso también ha implicado una edición cuidadosa, donde he seleccionado y ensamblado las imágenes para crear un flujo suave y coherente. Después de varias pruebas y con la práctica, creo que conseguí una composición y un ritmo aceptables, estos dos elementos son clave para contar una historia visual atractiva.
Finalmente, el compartir el trabajo con otros y recibir retroalimentación es esencial para el crecimiento personal y la mejora de las habilidades. Este “time lapse”, al terminarlo se ha convertido en un testimonio del aprendizaje y dedicación invertidos en el proceso del visual thinking.