Cuando escuchamos en la televisión, en la radio o leemos en periódicos o redes sociales de medios de comunicación tradicionales (por lo menos en España) el por qué de las protestas siempre se nos cuenta que empezaron por una subida del billete del metro el día 6 de octubre de 2019. Nunca se tiene en cuenta la situación en el país, nadie nos cuenta que el modelo económico que tiene es un modelo que no cumple con los estándares para mantener una sociedad justa (probablemente no nos cuenten esto, no porque no lo sepan, si no porque no interesa hacer saber a la gente que un sistema neoliberal capitalista como el que se da en Chile no es compatible con la idea de justicia social, quizás por eso desde fuera Chile siempre sea visto como un oasis en medio del desierto que es Latinoamérica). Tampoco nadie nos cuenta que, con respecto a los salarios, Chile tiene el trasporte público más caro del mundo.
Las protestas entonces, puede que empiecen el mismo día que Piñera anuncia la subida de los billetes de metro, pero no se producen únicamente por esto, es solo “la gota que colma el vaso”.
Los primeros en protestar ante la subida del precio del billete del metro, fueron los estudiantes. Las movilizaciones comenzaron a ser cada vez más y más masiva, congregando, no solo a estudiantes, sino también a una gran mayoría de la población chilena. En su mayoría las protestas se dan de manera pacífica, pero la tensión aumenta se comienzan a ver enfrentamientos reducidos entre manifestantes y policía anti-motines en Santiago de Chile. El día 18 de octubre comienzan a verse ataques a autobuses y en líneas de metro y se prende fuego al edificio de la compañía eléctrica de Santiago. El día siguiente Sebastián Piñera declara el estado de emergencia en Santiago y Chacabuco, anula la subida de precios de la red de metro y llama al diálogo. Todas estas medidas van a acompañadas de un toque de queda, se suspenden las libertades personales y la libertad de movimiento en Santiago, Chacabuco y comunas de Puente alto y San Bernardo. Esto solo consigue aumentar la tensión entre pueblo y gobierno y hace que se produzcan movilizaciones masivas en el resto de ciudades del país. El mismo 19 de octubre se aportan desde el gobierno las primeras cifras oficiales en cuanto a detenciones, más de 300 y a heridos, 156 policías y 11 civiles y se producen las primeras muertes. El 20 de octubre de 2019 Piñera da un discurso en el cual habla de que Chile está en guerra. Ese día encuentran el cuerpo sin vida de Daniela Carrasco (artista callejera de 36 años) colgado de una reja de un parque, había sido detenida por los carabineros la noche anterior.
El estado de emergencia se declara en otras 9 ciudades. La cifra de detenidos asciende a 1462 y la cifra de muertes a 11.
El 21 de octubre se suspende la actividad docente y las movilizaciones se reanudan al grito de “no estamos en guerra”. Al día siguiente se anuncia el paquete de medidas sociales, el alza de las pensiones más bajas y la congelación de las tarifas de electricidad, pero el descontento persiste, continúan las manifestaciones. Tantos años de descontento en algún momento tenían que estallar y cuando un pueblo se levanta no hay quien lo pare. Los principales sindicatos y movimientos sociales del país llaman a una huelga general pidiendo que cese el estado de emergencia y que los militares vuelvan a sus cuarteles en lugar de estar en la calle colaborando con los carabineros.
El 25 de octubre se organiza la mayor movilización en Santiago de Chile. Más de 1.200.000 personas acuden a esta marcha. Un día después se levantan todos los estados de emergencia del país.
El 12 de noviembre se anuncia un acuerdo para una nueva constitución, pero las movilizaciones continúan. Desde 1980 se levantaban voces para una nueva constitución confeccionada y aprobada democráticamente. No fue hasta el año 2018 cuando la presidenta Michelle Bachelet lanzó una propuesta para la confección de una nueva constitución en los últimos días de su mandato, pero cuando Piñera se hizo con el poder, declaró que se iba a trabajar en la modificación y revisión de la constitución vigente, pero descartaba confeccionar una nueva. El 15 de diciembre de 2019 se vota el acuerdo para una nueva constitución, con un 92% de votos a favor. En esta constitución se deberían ver reflejadas las medidas para solventar las demandas sociales del pueblo chileno.
A día de hoy, las protestas continúan en todo Chile, cada viernes miles de personas se reúnen para declarar su rechazo al gobierno de Piñera, incluso estas últimas semanas de marzo, aun con las medidas para evitar las aglomeraciones debido al brote de coronavirus y no parece haber noticias de la nueva constitución.