Los manifestantes y las manifestantes chilenas no son delincuentes, no son un enemigo a combatir, no son terroristas, son personas que exigen unos derechos que les fueron robados en 1973 y que, a día de hoy, no se les han sido devueltos. El verdadero terrorismo chileno está en las instituciones, está en el gobierno y está en las calles uniformado y armado. Hay que hacer una buena búsqueda para poder vislumbrar cuál es la verdadera situación de Chile, el por qué de las protestas, que, como ya hemos visto, no es el aumento del precio del billete de metro. Desde los grandes medios de comunicación tradicionales (periódicos, televisión, radio, etc.) parece que el pueblo chileno ha enloquecido, que están luchando simplemente por el dicho aumento del billete y que, a pesar de que su presidente echase para atrás esa decisión, la violencia continuaba. Me he preguntado muchas veces por qué, por qué se intoxica la información que nos llega de esa manera, es cierto que a día de hoy la información la podemos buscar pero, ¿qué pasa si no tengo los medios o simplemente no me apetece?, pasará que me creeré todo lo que me digan por la tele y es posible que criminalice a personas que salen a la calle a defender lo que es suyo. Durante la redacción de este Post he podido ver el por qué de esa falsa información, simplemente es capitalismo. Chile tiene un sistema muy salvaje, neoliberalismo en estado puro, lo que provoca una desigualdad tremenda en la sociedad. Hasta ahora el pueblo había estado durmiendo, callado, pero tantos años con una mordaza en la boca se vuelven rabia cuando te deshaces de ella. El pueblo chileno está cuestionando las bases del capitalismo, unido, se ha dado cuenta que hay que cambiar el sistema y eso, es un peligro para las bases de nuestras sociedades, para los privilegios de los que nos gobiernan y las élites del mundo. Construir una sociedad más justa, menos capitalista, pasa por quitar los privilegios a los ricos, a los poderosos y eso, solo les interesa a los no privilegiados, al pueblo, por ello siempre es mejor mentir en la cara a quien lo pasa mal y seguir lamiéndole las botas a quien hace que esas personas lo pasen mal. Por todo eso conoces lo que desayuna Nicolás Maduro pero no conoces verdad de la situación chilena.

Espero que algún día el resto de personas de cada país se levante, igual que Chile contra el poder, contra el uso de la fuerza, contra el miedo, parece hacer sociedades más justas.