¿Os sentís constantemente incomprendidos por vuestros padres o profesores? ¿Os dicen a menudo que sois rebeldes? Suponemos que la respuesta es «sí», pues a vosotros, los adolescentes, se os suele etiquetar de ello. Pero no os preocupéis: es algo normal y natural de la etapa que estáis viviendo. La rebeldía en sí misma no es mala. De hecho, es el motor que provoca los cambios, a veces tan necesarios.

No tengáis miedo a ser críticos con lo que os rodea, ya que forma parte de vuestro desarrollo y demuestra inquietud, ganas de aprender e iniciativa para cambiar las cosas que consideráis injustas. No os sintáis bichos raros, pues no lo sois. Siempre ha habido rebeldes.