Capítulo 52

—¿Seguro que había alguien aquí recién?

—Sí, coronel. Definitivamente escuché la voz de una persona, sonaba como... ¡sonaba como Desharow!

El hecho de que esas voces pertenecieran a Rhine y Sakarol me puso los nervios de punta. Me retiré a las sombras con la espalda pegada al árbol. Cuando asomé la cabeza, los vi aparecer por los pilares de piedra al otro lado, a unos diez metros de mí. Si se acercaran un poco más, podrían escuchar mi incontrolable respiración pesada.

Me tapé la boca con fuerza, sin siquiera atreverme a moverme, y todo lo que podía escuchar era el agitado pulso de los latidos de mi corazón. Mi cuerpo tiritaba con tanta intensidad que esperaba que oyeran mis movimientos sutiles.

—Definitivamente todavía está cerca —continuó Rhine, oteando la zona, apuntando su linterna a todas partes mientras se acercaba cada vez más a mi dirección, ello haciéndome encoger mi cuerpo más profundamente en la sombra. Al ver que estaba a punto de apartar los arbustos que me cubrían, mi corazón se atascó en mi garganta, pero entonces, en ese instante, Sakarol soltó un resoplido frívolo.

—Oye, no busques más, tenemos cosas más importantes que hacer. Tenemos que llegar rápido a la costa para ayudar a los profesores y a los demás. En cuanto a querer encontrar tu Desharow... Mañana esta isla estará repleta de nuestras tropas, esos rusos no podrán escapar.

Cuando Sakarol habló con indiferencia y desprecio, ​​mi corazón se hundió de inmediato: supe que el giro de los acontecimientos estaba lejos de ser bueno. ¡Esos barcos eran aliados de Sakarol, y además sus hombres eran del ejército! ¿De qué país eran y cuál era su motivo para venir a la isla de los sirenios?

Me quedé mirando a Rhine, quien parecía estar perdido en un mar de pensamientos. Frunció el ceño durante unos segundos antes de girar su cuerpo. —Coronel Sakarol, no tengo ninguna objeción con respecto a esos otros rusos, pero espero que pueda dejar a Desharow con vida. Es muy joven y un genio dentro del campo de la biología, por lo que dejarlo con vida sería beneficioso para nosotros. Podemos reclutarlo como miembro de la base experimental que construiremos aquí.

¿Base experimental? ¿Planean convertir esta isla en una base para fines experimentales? ¿Con qué van a experimentar? ¿Sirenios? ¿Por qué despliegan a la milicia para proteger la isla? ¿Es porque iban a explotar los genes de los sirenios para fabricar armas biológicas?

Respiré profundo para tranquilizarme, sudando como si hubiera llovido sobre mí.

Estupefacto, vi a Sakarol girándose hacia Rhine mientras una risa glacial brotaba, sus ojos respingados mostrando un frío destello. —Decidir eso no depende de nosotros, Rhine. No dejes que tus emociones influencien tus acciones y nublen tu juicio. Admito que Desharow tiene mucho valor que podemos aprovechar, y es una persona bastante fascinante. También es alguien apasionadamente valiente que echaría toda cautela por la borda a fin de perseguir sus sueños.

Mientras decía eso, su rostro cayó repentinamente y escupió varias palabras suavemente: —Como una polilla. Pero sabes, las polillas son realmente frágiles, mueren... muy rápido. Wer hoch steigt, kann tief fallen.

—Pero Coronel, yo no...

Sakarol interrumpió, —Te gusta y te has enamorado de él. Rhine, solo admítelo francamente. No somos como esos rusos inflexibles y obstinados. Permitimos la homosexualidad, pero los sentimientos solo pueden existir por debajo de las órdenes militares.

—...Entendido.

¡Maldición! Mis dedos se enterraron en la corteza del árbol, corto de respiración; mis pensamientos se llenaron de tensión. Lo que me ponía más nervioso era que estaba seguro de que Sakarol acababa de agregar una serie de palabras extranjeras a su oración. Aunque no pude entender lo que dijo, aun así, pude distinguir esa oración como alemán.

Eran alemanes, probablemente un grupo remanente de nazis de la Segunda Guerra Mundial que no estaban dispuestos a rendirse.

Se habían escondido en Moscú hace mucho tiempo, y quizás ya habían estado observando la isla de los sirenios descubierta por el Dr. Vinogreider hace muchos años. Conspiraron y planearon un gran complot mientras fingían ser rusos, arrastrando fácilmente a los estadounidenses a la mezcla para hacerles creer erróneamente que Rusia ocultaba algo bajo su manga, y a nosotros nos hicieron pensar que los Estados Unidos estaban en contra de Rusia, esto mientras se escondían en la oscuridad para encontrar la oportunidad perfecta para resucitar.

Dios... tengo que hacerles llegar esta información a Lafarre y a los demás inmediatamente, ¡no puedo quedarme más aquí!

Tragué saliva, mirando fijamente a Rhine en tanto se alejaban. Levanté mi cuerpo suave y gelatinoso del suelo, pero antes de que pudiera dar dos pasos, volví a tropezar al suelo y, por descuido, me resbalé accidentalmente por una pequeña pendiente. Los gritos de Rhine se escucharon de inmediato, seguidos de pasos que se acercaban en la distancia. —¡Oye! ¿Quién está ahí? ¿Eres tú, Desharow?

¡Maldita sea, esto es terrible! Rodé, pensando en escapar por el bosque, pero mis piernas suaves simplemente no tenían la fuerza, tropezándome sin siquiera llegar a un metro antes de volver a caer. Girando la cabeza, vi a Rhine acercándose por detrás. Al parecer quería ayudarme a levantarme, sin embargo, su mano se congeló en el aire cuando sus ojos recorrieron todo mi cuerpo con asombro, claramente notando mi apariencia inusual. Todo mi cuerpo estaba ruborizado por la fiebre, la cosa entre mis piernas no había bajado y también estaba la mucosidad transparente que me daba vergüenza mencionar.

Enrosqué mi cuerpo, reculando. Humillado, usé mis brazos para cubrir mis mejillas sonrojadas y grité con voz severa: —¡Vete al carajo, no me mires con ese tipo de ojos! ¡No te me acerques!

—¡Déjame ayudarte, Desharow! ¡Estás enfermo!

Rhine me agarró del brazo, tratando de levantarme del suelo, pero mi cuerpo era demasiado pesado para que lo manejara, por lo que perdió el equilibrio y cayó sobre mí. En el instante en que su rostro quedó justo frente a mí, su expresión cambió a una mirada tonta, sus ojos clavados en mi rostro e incapaz de apartar la mirada. Era consciente de que mi aspecto actual parecía de actor porno, y aunque probablemente no lucía tan atractivo, caer en la mano de Rhine así sería indudablemente peligroso.

Desharow, esto es peligroso. ¡Apúrate, apúrate y sal de este lugar!

Pensando en esto, inmediatamente quise levantarme y correr, pero mi cuerpo me falló: se encontraba demasiado débil para seguir adelante. Me tendí en el suelo mientras el mundo giraba a mi alrededor, mis ojos húmedos y difusos, mi boca casi jadeando en busca de aire, mis manos tanteando el suelo para encontrar algo para sujetarme, pero en su lugar sentí una palma áspera tocándome el muslo. Mis piernas se sacudieron cual resorte; estaba tan ansioso que perdí mi línea de visión, lo que me hizo sentir que una sensación de crisis se volvía a reunir.

Viendo un vago y cálido tinte apareciendo en el determinado rostro sobre mí, Rhine me llamó: —Oye, mi pequeño Wallace, ¿de alguna manera te indujiste con un tipo especial de medicamento? Me parece que necesitas hacer "eso"... —Mientras hablaba, su mano se maniobró a mi ingle, y con voz ronca, continuó—. Este lugar de aquí... está rebosante de sangre caliente...

—¡Piérdete!

Con gran dificultad, levanté la pierna para darle una fuerte patada en el estómago a Rhine y usé esto como una oportunidad para escurrirme, pero saltó desde atrás y se abrazó fuertemente a mi alrededor. Solté un fuerte grito cuando usó su cuerpo para presionarme contra un árbol e intentó atar mis manos detrás de mi espalda. Utilicé la poca fuerza que me quedaba para montar una pelea, sin embargo, con el intenso forcejeo, el fango en mi cuerpo había sido desprendido.

No podía luchar contra un soldado entrenado como Rhine, y en poco tiempo, fui completamente restringido. Justo cuando estaba jadeando con mi fuerza casi mermada, una voz baja y profunda de repente resonó dentro de la oscuridad no muy lejana, haciendo que las hojas circundantes crujieran y se balancearan en un instante. Subsecuentemente, un fuerte olor penetró el aire.

Es Agares...

Mi cuerpo tembló como si hubiera sido golpeado por un rayo. Cuando la fuerza del agarre de Rhine se aflojó, aproveché el momento y corrí al bosque, sin importarme a dónde este conducía como un conejo. En este momento, un par de disparos sonaron a mis espaldas y pude escuchar a Sakarol gritando en voz alta, —¡Ese tritón! ¡Rhine, dispárale rápido!

Bang, bang, bang.

Se escuchó otra ronda de disparos, pero ahora pude escuchar a Agares rugiendo aún más cerca. El fuerte viento presionaba mi espalda con fuerza, mas no me atreví a mirar hacia atrás y solo seguí a tropezones con las lúgubres y moteadas sombras del bosque. Tragaba montones de aire cuando me quedaba sin aliento, corriendo a una velocidad tan alta.

La falta de oxígeno hacía que mi cabeza estuviera tan caótica que incluso me confundía si estaba mezclando sueños y realidad. El sonido de los gritos de Rhine parecía cercano, pero lejano, —¡Desharow, regresa! ¡Ese tritón está justo delante de ti!

Perdí la compostura y miré hacia el frente, pero entonces, mi pie pisó el aire vacío, dándome cuenta de que lo que había ante mí era un precipicio escarpado, y en el fondo había una inmensa cueva oscura. Sin embargo, a pesar de que vi esto, mi cuerpo no pudo detenerse a tiempo y caí por el precipicio. En este punto, era una cuestión de vida o muerte, pero en ese momento, mi brazo fue inmediatamente agarrado y mi cuerpo quedó suspendido en el aire. Levantando la cabeza, vi los ojos de Rhine mirándome. Desesperado por sobrevivir, instintivamente me aferré a su brazo con ambas manos, pero al hacerlo, escuché un vago ruido flotando desde la cueva de abajo.

El estado de mis nervios se disparó. Rhine se aferraba a mi brazo que se estaba resbalando lentamente, centímetro a centímetro, debido al sudor mientras me miraba fijamente a los ojos y gritaba, —¡No mires, Desharow! Aguanta un poco más. ¡Te voy a subir!

Pero una vez que dijo eso, no pude controlarme de bajar la mirada...

Lo que vi me impactó.

Inesperadamente, vi al Henry que había conocido antes: yacía desalentado, los ojos vidriosos y abiertos de par en par, acostado desnudo sobre la roca, sus manos y pies presionados por varias manos palmeadas pálidas, ellas atrapándolo contra la roca. Unos cuantos tritones robustos se presionaban contra él, y uno en particular, estaba usando toda su fuerza, sacudiéndose sobre él y follándolo.

Su trasero ya goteaba sangre, mezclándose con algún tipo de sustancia cuestionable que no pude ver con claridad. Quizás eran sus intestinos, retratando claramente que había sido follado demasiadas veces hasta el borde de la muerte. Sin embargo, a su alrededor había incontables tipos sedientos, obviamente esperando su turno.

¿Dónde está Davis? Miré alrededor de la zona, esperanzado y en trance, pero no pude encontrar rastro de él. Pero la escena nauseabunda ante mí hizo que mis entrañas se retorcieran, haciéndome querer vomitar. Temeroso, me aferré a la mano de Rhine, mis piernas pisando la roca y haciendo mi mejor esfuerzo para escalar, pero mis brazos estaban demasiado resbaladizos, y sin importar qué, mis piernas simplemente no podían encontrar la fuerza. ¡Pero en ese momento extremadamente crítico, una sombra negra se cernió sobre Rhine!   

Al ser tomado por sorpresa, me morí de miedo. Escalofríos aparecieron y mi brazo se resbaló del agarre de Rhine. Por un momento, mi cuerpo se sintió ingrávido, y al siguiente, mi cuerpo se había sumergido en el mar. Aturdido, miré la entrada de la cueva, y en solo unos segundos, vi innumerables sombras oscuras precipitándose hacia mi dirección. Mi cerebro explotó fuertemente, y cuando todos los ojos se posaron en mí, mis manos y pies se sacudieron de inmediato hacia la superficie del agua. Los tritones me miraban como un tigre a su presa, reuniéndose a mi alrededor cuales fuegos fatuos flotando en el cementerio, queriendo quemarme en cenizas.   

Los dolorosos y espeluznantes gritos de Henry me adormecieron el cuero cabelludo. No me atreví a voltear la cabeza para mirar, y solo pude encogerme de miedo y trepar una pequeña roca que estaba en el centro de esta cueva llena de agua, todo mi cuerpo tiritando de pies a cabeza.

No pude distinguir cuántas manos palmeadas vinieron por mí. Algunas emergieron para agarrarme de los brazos a cada lado, algunos pares fueron a agarrarme las piernas, mientras que otros fueron a rasgar mi ropa. Era como si estuvieran luchando por un trofeo valioso. ¡Juré que hoy era definitivamente el día más aterrador de mi vida, nunca antes había experimentado algo tan terrible!

Justo cuando sentía que me iba a desmayar de miedo, una gran sombra cayó abruptamente desde arriba, separando el mar como un cuchillo afilado, levantando olas para dividir su estela y, emergiendo de las aguas, he ahí un perfil familiar. Solo con esos ojos sombríos recorriendo mis alrededores, a pesar de que no dio ninguna advertencia u orden, los tritones que planeaban comerme se dispersaron al instante, corriendo uno tras otro para retirarse al agua y solo exponiendo la mitad de sus ojos para observar en silencio a su líder.

Me tumbé en la roca, flácido y débil mientras la lujuria ardiente se expandía rápidamente dentro de mi cuerpo, haciéndome perder toda mi fuerza para siquiera escapar. Solo pude contemplar perplejamente a Agares acercándose con lentitud desde el agua, nadando hacia donde me encontraba. Se inclinó, su sombra se cernió sobre mí, cubriéndome completamente con su cuerpo. Estaba perdido en la niebla de su intenso aroma hormonal que parecía haberse convertido en una nube, con una intensa lluvia que se vierte sobre mí.

Sus manos palmeadas treparon por mi cintura, abrazándome. Inhalé profundamente su aroma cual drogadicto grave que estaba en rehabilitación, pero había logrado obtener una gran dosis de heroína y no podía esperar, mi garganta soltando un gemido suave, pero ronco.