Capítulo 4

En el mismo momento en que se me ocurrió esta idea, el tritón inclinó la cabeza hacia mi estómago. Debido a mi lucha anterior, mi ropa se había estirado, revelando una gran parte de mi abdomen. El tritón parecía estar interesado en mi piel expuesta.

Observé con asombro mientras la cabeza del tritón se acercaba a la costura de mis pantalones y olfateaba profundamente. Con la nariz arrugada, lucía ebrio, como si mi cuerpo fuera una tentadora copa de vino. Si fuera una hermosa sirena la que hiciera esta expresión, esta habría sido una escena de erotismo extremo.

Pero la realidad era que... me enfrentaba a un enigmático tritón con objetivos peligrosos que podría atacarme en cualquier momento.

Todo lo que sentía era miedo. Observé que la cabeza del tritón se inclinaba más mientras sacaba sus manos de mis piernas para aferrase a mi cuerpo por ambos lados. Usando sus largos y poderosos brazos, formó un grillete para refrenar mis movimientos.

Sus uñas eran largas y afiladas, una "membrana palmeada" semitransparente entre sus dedos. Los afilados omóplatos sobresalían de su espalda curva como dos huesos de "alas de diablo" subdesarrollados.

Este tritón debe ser un aterrador cazador en el mundo de las aguas profundas. Ahora en tierra, como antes, también era un asesino nato.

No mencionemos cómo debería domesticarlo. Primero, salvarme era mucho más urgente en este momento.

Mis cejas saltaron bruscamente. El tritón bajó la cabeza, pero sus párpados estaban levantados hacia arriba, atrapando mis ojos con su intensa mirada fija, una expresión siniestra en su rostro. No sabía si el extraño poder innato del Demonio Nocturno del que el Sr. Shinichi me había advertido era real o no, pero sentía que estaba bajo una clase de maleficio mientras me encontraba clavado en el lugar, incapaz de moverme.

A través de su cabello abundante y disperso, observé impotente cómo los delgados labios del tritón–que estaban estirados en una agudísima sonrisa–se abrían levemente, permitiendo que la punta escarlata de su lengua emergiera. Bajó la cabeza y pegó sus labios sobre la parte baja de mi camisa estirada, y como si estuviera degustando una presa, comenzó a lamerme la ingle.

Lamía cuidadosa y lujuriosamente. La sensación del toque húmedo y frío penetró mi médula ósea como una pitón, haciéndome tiritar por todas partes y permitiendo que mi miedo alcanzara su punto más alto en una fracción de segundo.

Mi mente zumbaba ruidosamente, como si estuviera sufriendo debido a una explosión, y mi cuerpo se puso rígido por el ataque en mis partes sensibles. Con mis brazos trepidantes, apenas sostuve mi cuerpo que estaba al borde del colapso.

Cuando se acercó a la base de mi muslo, el tritón levantó la cabeza y noté que su expresión significativa había cambiado. Su lengua lamió sus labios, como si aún no tuviera suficiente de mi sabor, y miró directamente a la parte inferior de mi cuerpo, como si hubiera algo más dentro de mis pantalones que atrajera su interés.

...Debido a que esa era la clase de mirada hecha por criaturas hambrientas llenas de deseo instintivo, no tuve dudas de que en el segundo siguiente abriría la boca y se tragaría toda mi parte inferior del cuerpo.

¡Si no actúo ahora, solo el cielo sabría si esta terrible conjetura se haría realidad!

Mirando su estado actual de movilidad delicada, la inyección que recibió hace unas horas ya debe haber perdido su efectividad. El metabolismo de este tipo es muy rápido, incluso si le daba otra dosis, no pondría en peligro su vida.

Con esto en mente, me mordí la punta de la lengua con fuerza, y el dolor me ayudó inmediatamente a tomar una decisión rápida para apretar el gatillo desde este estado paralizado, inyectando con precisión la pequeña aguja anestésica en el cuello del tritón.

Su hombro se sacudió un poco, levantando la cabeza para mirarme fijamente con sus ojos oscuros y sombríos.

En ese instante, sentí un indescriptible horror que me heló la sangre. Por un momento incluso pensé que la anestesia había fallado, que estaba a punto de morir bajo sus garras.

Sin embargo, inesperadamente, la situación no se desarrolló de la forma que imaginé.

El tritón se balanceó un par de veces antes de caer de costado, sus manos puntiagudas y resbaladizas incapaces de sostener su centro de gravedad. Aproveché la oportunidad para sacar mi cuerpo de debajo de él, pero mi pie pisó accidentalmente su resbalosa aleta lateral, haciendo que todo mi cuerpo volviera a caer. A toda prisa intenté levantarme del suelo, pero antes de que pudiera controlar mi centro de gravedad, terminé a horcajadas sobre la cola como de pitón del tritón.

El tritón debió haber recobrado el sentido debido a la presión de mi peso, sus ojos entornados pronto se abrieron, y cuando mi mirada colisionó con sus pupilas profundas, sus brazos alrededor de mi cintura de repente se apretaron. Pude sentir el filoso toque de las garras palmeadas del tritón penetrando la tela en mis espaldas, como si estuviera a punto de desgarrarme por la mitad.

Apurado, levanté mi pistola de anestesia y apunté a su cabeza. De forma amenazadora, dije: —Oye, amigo, escucha, en serio no quiero lastimarte, pero primero tienes que soltarme. Deberías saber lo poderosa que es esta cosa.

No hui de él, sino que reuní el coraje para contemplar con enfado los ojos del tritón, diciendo una palabra a la vez en un tono imponente, con la cabeza en alto de una manera arrogante. Al mismo tiempo, el extremo de la pistola de anestesia estaba apuntado sobre su cabeza.

No esperaba que entendiera español, pero con su CI, decidí que al menos podría entender mi amenaza. Como queremos domesticar a este tritón, una criatura altamente inteligente, y hacerlo obediente, debemos adoptar otro método nuevo a fin de que coopere con nuestra investigación...

Quiero que se dé cuenta de que yo soy más fuerte que él, y más inteligente que él. Tengo que someterlo primero.

No sé si fue por la ayuda, pero creo que este método realmente pareció funcionar enseguida.

Obedientemente, el tritón relajó la fuerza de su mano colocada sobre mi espalda, pero seguía encima con una presión suave. Sus párpados se entornaron lentamente, sus pestañas de color claro caídas cuales alas mojadas; la expresión hambrienta que tenía hace unos segundos se suavizó.

Además de la inherente oscuridad del tritón, tengo que admitir que su expresión en ese momento parecía muy amable, haciéndolo parecer incluso más inofensivo que un delfín. De hecho, esta dosis de anestésico está dirigida a delfines, y aunque esto puede no hacer que se duerma, al menos lo ralentizaría y haría sentir somnoliento.

Además, el tritón ciertamente debe temerle al formidable poder de la pistola de anestesia. Y aunque su sonrisa socarrona me hacía sentir una sensación de temor, sin ningún fundamento sólido en el que confiar, me resultaba difícil creer que este tritón pudiera tener un CI lo suficientemente alto como para jugarme maquinaciones.

Me sentí aliviado de finalmente tener la situación bajo control.