Capítulo 67

Así es, Agares estaba muy familiarizado con los canales subterráneos de Venecia.

Conmigo a la espalda, Agares caminó libremente a través de este laberíntico mundo oscuro. No dudó en enfrentarse a cada esquina y cruce en el camino, y era tan competente como un pez ciego nacido en el canal subterráneo. Por lo tanto, se puede imaginar que va y viene aquí frecuentemente, haciendo de este su pasaje secreto para ocultar su forma inestable después de la mutación.

Mientras avanzábamos medio sumergidos en el agua, mis ojos observaban atentamente las orejas de Agares que se formaban poco a poco. La tendencia habitual del antiguo "Desharow" a ser teórico saltó del disfraz de "Derte", y no pude resistirme a pensar en cómo Agares pudo cambiar sus características físicas: ¿cambió su estructura genética espontáneamente de adentro hacia afuera? ¿O es una mutación que obtuvo del descubrimiento inesperado y uso de reactivos químicos en el naufragio nazi? Tanto la primera como la segunda teoría estaban destinadas a ser increíbles en el campo de la biología moderna. Sin embargo, para una criatura alienígena como Agares, parecía que lo imposible siempre sería posible y que no había nada que no pudiera lograr.

Pese a que traté de hacer un análisis razonable de mis dos teorías anteriores, no pude llegar a una conclusión plausible. Volví entonces a pensar en los problemas actuales y los medité.

Con respecto a lo que Agares experimentó en los últimos dos años, era más razonable suponer que después de enterarse de que Kolov había tomado las esporas de los restos del barco nazi y las había intercambiado con la mafia italiana, se había quedado latente aquí en Italia todo el tiempo.

Con su gran CI y la letalidad innata de un tritón, no fue difícil ganar el reconocimiento de la gente en este territorio conflictivo controlado por la mafia. Utilizando a "Roy el Asesino" como identidad, se integró fácilmente en el grupo de la mafia y trabajó bajo sus órdenes para ganar su confianza, de modo que más tarde pudiera destruir desde adentro la presunta transacción de la mafia con la "empresa alemana" y así recuperar todas las esporas de sirenio robadas.

En cuanto a los supuestos rumores de amantes, al pensar en la situación de la incapacidad de Agares para exponer la parte inferior de su cuerpo frente a una persona, puedes juzgar que este rumor era una completa patraña. Lo más probable es que se tratara de un chisme inventado por periodistas que disfrutaban añadiendo un ambiente romántico al mundo de la mafia.

Oh, ¿a quién no le gustaba escuchar la historia de la joven y hermosa madrina y su apuesto caballero asesino?

Joder, vete al infierno. En cualquier caso, no me interesa. Es absolutamente aburrido.

Maldije en secreto esos rumores. En mi cabeza, no pude evitar pensar en la forma en que Licciardi miraba a Agares. Puse los ojos en blanco. Inconscientemente, abracé con fuerza el largo y poderoso cuello debajo del cabello grueso de Agares y me acosté sobre su amplia espalda como un gato. Este gran trozo de sashimi levantó levemente mi cuerpo para que pudiera descansar de una manera más cómoda.

Usé su espalda como almohada, todavía sumido en mis pensamientos. Esta sería una buena explicación de por qué no vino a buscarme. Priorizando la recuperación de las esporas de sirenio, Agares había estado implementando su plan cuidadosamente, por lo que era obvio que estuvo completamente ocupado en los últimos dos años para siquiera molestarse en considerar mi paradero, lo que casi me había llevado a pensar que había desaparecido por completo.

Olí un par de veces, internalizando profundamente en mi cerebro esa fragancia particular que su espalda exudaba. Las emociones sofocantes y opresivas que habían estado enterradas en mi corazón durante tanto tiempo se hincharon en mi pecho, todo mi ser se volvió acre como si hubiera bebido una botella de pasta de arándanos descompuesta. Levanté en silencio las comisuras de mi boca y analicé la situación con una sonrisa amarga y forzada: francamente, si tuviera que pensarlo con más detención, mi importancia para Agares solo equivalía a ser otra espora dispersa. Me protege y me cuida… Quizás solo sea únicamente porque tengo su ADN en mi cuerpo, lo que es esencialmente equivalente a ser su descendiente. (Y sin duda alguna, al vincular todas las circunstancias reales, puedo ser el más problemático de todas y el que lo pillaba desprevenido siempre).

Desharow, no deberías tener ningún motivo para sentirte insatisfecho, ¿verdad?

Esta es la tendencia y la misión del líder de los sirenios, al igual que el monarca de cualquier grupo étnico en el mundo.

Ah, maldita sea, ¿estoy pensando demasiado?

—Desharow... —Agares llamó de repente, lo que arrastró mis pensamientos violentamente de África a Venecia. Giró un poco la cabeza, con su oreja rozando suavemente el puente de mi nariz—. ¿En qué estás pensando?

—En ti —solté inconscientemente lo que ocupaba mi mente. Debido a mi respuesta despistada, casi me ahogué con el agua subterránea—. Me refiero a que estoy un poco sorprendido por tu transformación... y experiencias.

—Tendrás... la oportunidad de entender —volteó la cabeza y mostró la luz de una ligera sonrisa significativa. Su voz resonó a lo lejos en el oscuro canal pavimentado.

Para ser honesto, realmente no estaba acostumbrado a escuchar el lenguaje de los sirenios. Su pronunciación era incluso más áspera que la del ruso, cada palabra sonaba como un canto de alguna misteriosa maldición. Además, la voz baja de Agares estaba llena de un poder autoritario que podía acobardar a cualquiera (imagínate el efecto de Ghiaurov cantándote con un micrófono en el oído), y siempre me hacía sentir anonadado en el lugar.

Asentí antes de que Agares me agarrara el brazo y lo pusiera alrededor de su cintura. Lo siguiente que supe fue que comenzamos a acelerar rápidamente en el agua mientras me arrastraba como cuando estaba en su forma original de tritón. En ese momento, el canal subterráneo se abrió repentinamente, y las paredes de piedra circundantes se volvieron espaciosas. De repente nos sumergimos más profundamente en el canal.

Las luces jaspeadas de colores cálidos se esparcían por encima de nuestras cabezas, con el agua vaga y brumosa, albergando el resplandor de un ocaso. Cuando pasamos nadando, los pilares de los puentes en nuestro entorno parecían un denso bosque acuático costero, y las sombras de los barcos balanceándose en la superficie parecían nubes flotantes que habían sido perturbadas y dispersadas por las gotas de lluvia que caían. Era como si estuviéramos en un sueño. Nadie podía vernos y parecía que la superficie del agua era un mundo completamente diferente, mientras que debajo había otro espacio totalmente distinto, una fantasía secreta que solo nos pertenecía a Agares y a mí.

No pude evitar apretar mis brazos alrededor de la cintura de Agares.

Mientras me sostenía en sus brazos, comenzamos a nadar agua arriba hasta que llegamos entre los pilares rectos de un edificio, acercándonos finalmente a un techo de tablas arriba de nosotros. A continuación, Agares extendió su brazo y empujó, y así como así, un pedazo de tabla se abrió como una puerta de escotilla. Todo este proceso se le fue muy rutinario; parecía que este era su lugar residencial en Venecia. Parecía una enorme mansión, con la puerta de hierro que daba al canal encadenada por una enorme cerradura de hierro. Si no hubiéramos pasado por la entrada oculta debajo del agua, no hubiéramos podido entrar. Sin embargo, era obvio que esta no era una residencia que el propio Agares compró. Había trozos de vidrio roto alrededor del edificio, la puerta interior estaba sellada y un viejo letrero de madera colgaba exánime sobre una ventana: Instituto de Investigación de Biología Acuática de Venecia.

Parecía que este lugar había sido abandonado hace mucho tiempo.

A pesar de saber que el instituto tenía las condiciones adecuadas para que Agares se adaptara y habitara, mi mandíbula casi se cayó. Hice un gesto. —¿El Instituto... de Investigación de Biología Acuática? Tú, siendo un... tritón tan... grande y largo, un líder, además, ¡¿en serio te estabas escondiendo tan tranquilamente en el Instituto de Investigación de Biología Acuática?! ¿Por qué no simplemente fuiste al mercado donde se venden y comercializan productos pesqueros? Ni siquiera sabía que tenías tan buen sentido del humor.

El "sashimi" me miró con los ojos entornados, tratando de determinar si las palabras "productos pesqueros" realmente se referían a él. Me encogí de hombros a modo de broma para indicar que significaba exactamente eso, y curvé mi dedo en un anzuelo, imitando la acción de un pez mordiéndolo. Creo que esto debió ser una gran ofensa a su dignidad como líder, pero no pude evitar hacerlo, aunque sabía que enfrentaría un desastre inminente.

Mi presentimiento se confirmó al momento siguiente. De repente me agarró por la cintura y me presionó contra el panel de la puerta, luego bajó la cabeza y presionó sus labios amenazadoramente contra el puente de mi nariz. —Desharow... me pones... —tragó saliva, su ojos largos y entrecerrados se encendieron tenuemente con las llamas del desconcierto, y su garganta expulsó un ronco susurro—. Me pones realmente…

Sus garras palmeadas escondidas dentro de sus guantes de cuero acariciaron mi espalda, deslizándose por las vértebras de mi columna hasta mi coxis. Sus palmas sostuvieron cómodamente mis nalgas, con su cintura y entrepierna apretadas ceñidamente contra mis piernas. A pesar de que el grueso abrigo bloqueaba el camino, aun así, sentí que su increíble tamaño se había endurecido y apuntaba directamente a mi vientre bajo.

Mi corazón se aceleró en mi pecho y mi respiración se volvió un poco urgente, pero aun así traté de mantener una cara seria con gran esfuerzo. —Quiero saber... ¿Qué significo exactamente para ti, Agares? ¿Un descendiente de tu sangre? ¿Un portador de genes?

Cuando pronuncié esas palabras, mi corazón palpitó de dolor, como si literalmente me estuviera forzando a despojar una cruel verdad. Agares respondió con una sonrisa y me miró a los ojos pensativamente, como si meditara la pregunta que le hice.

Quizás, como el rey de toda la población de sirenios, la vida y la edad de Agares eran como una pluma que se hunde en la profunda e insondable fosa de las Marianas. Aunque es posible que haya experimentado muchas tormentas, incontables batallas y desastres en solo la mitad de su vida, nunca se había enfrentado a un acertijo tan simple, pero difícil. ¿El amor y los sentimientos eran algo que los tritones y los humanos compartían?

Realmente no podía juzgar haciendo uso de mis conocimientos de biología, y, de hecho, mi CE no era alto. No tenía experiencia en el amor y había gastado toda mi energía en aprender y estudiar durante los últimos diez años, por lo que básicamente era un ñoño tonto de pies a cabeza.

No sabía si los sentimientos de Agares por mí eran instintivos o no. De ser así, incluso si yo no fuera Desharow, cualquiera podría servir.

Ah, Agares, siendo el líder de los sirenios, tenía que enfrentar un problema emocional que involucraba a un joven humano que creció como su portador genético.... Tal vez, este problema de la revelación era más inesperado para él que para mí.

Puede que estuviera más confundido que yo, o tal vez, crea que responder las preguntas de una mera espora viviente era innecesario. No quería que su respuesta fuera la última. Me sentí profundamente intranquilo, como si caminara sobre la cuerda floja, muy nervioso y asustado, con respecto a ese resultado.

Las gotas de lluvia fría caían sobre mis molestas pestañas largas, provocando que prácticamente se pegaran a mis párpados inferiores, de modo que solo pude abrir a la fuerza mis párpados acuosos y pesados para mirarlo. No me moví ni un centímetro, con mi respiración dificultosa mientras esperaba su respuesta.

Vi mi cara reflejada en los ojos de Agares. Me veía un poco patético y miserable, como un gato abandonado, pero maldición, esta no era una apariencia que quisiera mostrar en absoluto. Así que me rasqué mi flequillo desordenado y fingí indiferencia, riéndome torpemente. —Está bien, solo bromeaba, pregunté al aire nada más, eso es todo. Puedes fingir que no escuchaste nada.

Dicho esto, me moví hacia atrás para sentarme fuera del agua. Al momento siguiente, Agares me volvió a sujetar la cintura y me arrastró de vuelta a donde estaba antes. Me resbalé en el panel de la puerta, con una garra palmeada sosteniéndome el hombro, sintiendo la textura de los guantes de cuero que se movían por mi cuello para acariciar mi mentón.

Las yemas de sus dedos trazaron las líneas de mis labios y los contornos de mi nariz. Extendió las yemas hasta mi frente y peino mi flequillo hacia atrás, sosteniendo suavemente mi cabeza para que no pudiera evitarlo. Entonces, su cabeza bajó e imprimió sus labios en mi cuello, besando muy fuerte. Aunque las gotas frías de su cabello goteaban por mi pecho, se sentía tan caliente como la lava, tan caliente que pensé que incluso mi alma se estaba quemando mientras todo mi cuerpo se estremecía.

Mis labios trepidantes se movieron levemente, queriendo preguntar algo, pero terminaron sin decir nada.

—No lo sé... Desharow... —levantó la cabeza y me miró desde arriba. Vi en sus ojos la corriente submarina oculta detrás del fuego de la lujuria, lo que llegué a entender un poco, mas no me atrevía a estar seguro de ello.

—No sé cuándo empezó. De hecho, solo te consideraba mi descendiente durante tu niñez. Te cuidé, te defendí y te hice sentir profundamente dependiente de mí, pero cuando tu abuelo tuvo ese accidente, te alejaron de mi lado de una forma tan abrupta.

Su aliento húmedo se aferró a mi nariz. Sus labios y lengua me atormentaron los lóbulos.

—Hacía tanto frío en Noruega en aquel entonces que tuve que dejarte ir —continuó murmurando—. Después, comencé a buscarte en cada rincón del mar. Te busqué durante quince años, pero nunca pude verte, salvo por el canal de los sueños. A medida que crecías, empezaste a anhelarme en tus sueños, pero cuando despertabas tu memoria no me recordaba. En ese momento, me sentí tan frenético que quise cambiar mis genes e intentar mezclarme con los seres humanos, pero no pude. Aun así, no caí en la desesperación total porque sabía que lo que tienes acá te llevaría de regreso a mí.

Respiré hondo cuando los dedos de Agares cayeron sobre mi frente. Sus ojos descendieron para encontrarse con los míos mientras las gotas de lluvia caían, como si me llevara a su memoria.

—De repente, un día, te volví a sentir. Estaba ansioso por venir a ti, quería ver cuánto había crecido ese pequeñín que me pertenecía. Pero todo lo que vi fue que eras inseparable de este tipo llamado Rhine. La forma en que lo mirabas parecía.... llena de admiración y cierta dependencia, tal como cuando me mirabas cuando eras pequeño, pero de mí no te acordabas en absoluto. Desde esa vez que me dejé atrapar por ustedes, lo supe. Tus ojos se llenaban de desconocimiento cada vez que me mirabas. Estaba tan celoso, tenía envidia, Desharow. Era tanto que perdí completamente el control. Solo quería que fueras mío.

—Yo estaba en celo en ese momento, y tú, un chiquillo que no sabía nada, de repente te acercaste a mí por voluntad propia en medio de la noche. Con tu apariencia seductora, ¿cómo pude haberlo soportado? Si no te comía entero... Pasé toda la noche planeando cómo hacerte mío. Tenía hambre y sed, actuaba tal como la especie que aún no alcanzaba la madurez, e hice todo lo posible para coaccionar tu curiosidad...

Agares curvó maliciosamente los labios, extendió la lengua y se lamió un lado de la boca como si estuviera inmensamente orgulloso de su astuto plan del pasado.

—Bastardo...

Le pellizqué las orejas, pero él me agarró las muñecas e inmovilizó una a cada lado de mi cabeza. Su lengua recorrió mi mandíbula y me dio un fuerte beso en la mejilla, después presionó sus labios contra mi boca. —Cuando te hice mío, fue entonces cuando realmente no fui capaz de dejarte ir. Tu olor, tu forma de hablar, tus acciones, tus expresiones y tu cuerpo... todo me cautivó. Tu obvio miedo hacia mí me hizo consciente de que había hecho algo mal, pero aun así no pude evitar hacerte mío una y otra vez... No sé cómo son ustedes los humanos, pero en nuestra etnia, una vez que llegamos a la edad adulta, entramos en un período estable y solo experimentamos este tipo de atracción por una pareja elegida… Por lo general, en mi caso en particular, la mayoría de los antiguos sirenios de escamas negras no tienen cónyuges, y solo a través del esparcimiento de su yiola pueden continuar su linaje.

Agares bajó las pestañas, mirando la parte inferior de nuestros cuerpos, y frotó las raíces de mis piernas con esa cosa dura, lo que provocó un fervor en mis orejas. Levanté la cabeza tímidamente y tragué saliva.

Agares se inclinó en mi oído. —La yiola que dispersé no solo sobrevivió en ti, sino que nunca... he tratado a ningún otro portador de la misma manera que te trato a ti.

Mi corazón latía con violencia y mi cerebro zumbaba. Vi sus garras palmeadas bajar y sacar algo de su bolsillo. En instante, mis ojos se abrieron de asombro y me quedé estupefacto por lo que había sacado...

Era lo que había lanzado del barco de Kolov, era mi diario que contenía mi largo viaje escrito sobre mi búsqueda [de él] de todo este año.

—Si esta es la respuesta que quieres escuchar, Desharow, entonces sí, te amo.