Si trabajas en el sector HVAC o eres responsable del mantenimiento de sistemas de climatización, conocer las causas técnicas de las fallas en equipos de aire acondicionado es clave. A continuación, desglosamos soluciones profesionales para diagnósticos y reparaciones eficientes.
El primer paso es identificar el origen del problema mediante pruebas técnicas:
Falta de enfriamiento: Verifica niveles de refrigerante, estado del compresor y posibles fugas.
Equipo no enciende: Revisa fusibles, interruptores de seguridad y conexiones eléctricas.
Ciclo corto (encendido/apagado constante): Analiza el sensor de temperatura, capacitor del ventilador o fallas en el termostato.
Ruidos anormales: Inspecciona ventiladores, rodamientos o componentes sueltos en el motor.
El 30% de las fallas en AC se relacionan con problemas eléctricos. Para resolverlos:
Mide voltaje y amperaje: Usa un multímetro para confirmar que la alimentación cumpla con los valores del fabricante.
Revisa contactores y relés: Componentes quemados o oxidados pueden interrumpir el circuito.
Capacitores dañados: Un capacitor hinchado o con fugas debe reemplazarse inmediatamente.
Cortocircuitos: Aísla cables pelados o conexiones expuestas para prevenir riesgos.
Un ciclo de refrigeración ineficiente suele deberse a:
Bajo nivel de refrigerante: Localiza fugas con detector ultrasónico y realiza una recarga precisa.
Filtro secador obstruido: Sustitúyelo si hay humedad o residuos en el sistema.
Válvula de expansión defectuosa: Verifica su calibración y reemplaza si no regula el flujo correctamente.
Sobrecalentamiento del compresor: Limpia bobinas y asegura ventilación adecuada.
La reducción de flujo de aire afecta el rendimiento:
Filtros sucios: Limpia o reemplaza filtros cada 1-3 meses (según uso).
Ventilador evaporador/conensor bloqueado: Retira polvo, hojas u obstrucciones mecánicas.
Motor del ventilador desgastado: Lubrica rodamientos o instala un motor nuevo si hay resistencia.
Ductos mal sellados: Usa cinta de aluminio o sellador para cerrar fugas en conductos.
Un plan de mantenimiento reduce hasta un 50% las averías:
Limpieza de bobinas: Elimina suciedad con agua a presión (sin dañar las aletas).
Verificación de carga de refrigerante: Realiza pruebas de presión y temperatura periódicas.
Ajuste de componentes mecánicos: Aprieta tornillos, poleas y correas.
Actualización de software (en equipos inverter): Garantiza que el firmware esté al día.
Algunas fallas requieren herramientas especializadas:
Fugas de refrigerante en sistemas herméticos.
Fallos en tarjetas electrónicas o inversores.
Problemas de compresión mecánica (compresor quemado).
Diagnósticos complejos con manómetros y software HVAC.
Resolver fallas en aire acondicionado exige conocimientos técnicos y metodología. Prioriza la seguridad eléctrica y sigue las especificaciones del fabricante. Invertir en mantenimiento preventivo no solo alarga la vida útil del equipo, sino que optimiza su eficiencia energética.