El sistema de frenos es un elemento fundamental en la seguridad de los vehículos, y entre los más utilizados se encuentran los frenos de disco y los frenos de tambor. Ambos cumplen la función de detener o reducir la velocidad del vehículo, pero lo hacen mediante mecanismos distintos que presentan ventajas y desventajas particulares. Esta investigación se enfoca en el análisis de estos dos sistemas, considerando su funcionamiento, eficiencia y aplicación en la industria automotriz actual, con el fin de comprender mejor su desempeño y evolución tecnológica.
La investigación busca analizar y comparar los frenos de disco y de tambor, profundizando en sus características técnicas, su rendimiento en distintas condiciones y su relevancia en vehículos modernos. Además, se pretende identificar cuál es más adecuado según el tipo de vehículo y uso, así como entender las tendencias en innovación que afectan a ambos sistemas.
Gato hidráulico o elevador
Llave de cruceta o de impacto
Destornillador plano y de cruz
Pinzas mecánicas o alicates
Llave para tornillos de tambor (si aplica)
Martillo de goma (opcional)
Guantes y gafas de protección
Bloques para ruedas (cuñas)
Estaciona el vehículo en una superficie plana y segura.
Coloca cuñas en las ruedas delanteras (si trabajarás atrás) o traseras (si trabajarás adelante) para evitar movimiento.
Afloja ligeramente las tuercas de la rueda del tambor con la llave de cruz (sin quitar aún).
Usa el gato hidráulico para levantar el vehículo por el punto de apoyo recomendado cerca de la rueda del tambor.
Asegura el vehículo con torres o soportes para mayor seguridad.
Retira completamente las tuercas y luego la rueda.
Verifica si el tambor está libre: Algunos tambores salen fácilmente al jalar con las manos.
Si está atascado, sigue estos métodos:
Golpea suavemente el tambor con un martillo de goma en los bordes para aflojarlo.
Inserta dos tornillos en los orificios roscados del tambor (si los tiene) y apriétalos alternadamente para forzarlo hacia afuera.
Importante: Asegúrate de que el freno de mano esté completamente bajado. Si está activado, el tambor no saldrá.
Una vez retirado el tambor, verás las zapatas, resortes, cilindro de rueda y retenedores.
Si solo necesitas quitar el tambor para inspección, este paso termina aquí.
Si deseas desarmar más, toma una foto antes para recordar cómo va cada pieza (muy útil al momento del reensamblado).
Nunca trabajes bajo un vehículo sin usar soportes seguros.
No uses fuerza excesiva, podrías dañar componentes internos.
Si el tambor tiene surcos profundos, considera rectificarlo o reemplazarlo.
Usa protección ocular y guantes para evitar lesiones.
Después de revisar o hacer el mantenimiento, coloca el tambor de vuelta.
Asegúrate de que entre correctamente, sin forzarlo.
Coloca la rueda, ajusta las tuercas a mano, baja el vehículo y aprieta las tuercas en cruz con torque adecuado.
Haz una prueba de freno antes de conducir.
Gato hidráulico o elevador
Llave de cruz o de impacto
Dados y matraca o llave combinada (generalmente 12 mm, 14 mm, o 17 mm)
Destornillador plano
Llave Allen o Torx (según el tipo de tornillos del caliper)
Pinzas de presión o gancho metálico para colgar el caliper
Lubricante afloja-todo (opcional)
Martillo de goma o metálico (opcional)
Guantes y gafas de protección
Estaciona el vehículo en una superficie plana, firme y segura. Coloca cuñas de seguridad en las ruedas opuestas a la que vas a trabajar para evitar movimientos. Afloja ligeramente las tuercas de la rueda antes de levantar el vehículo.
Utiliza un gato hidráulico para levantar el vehículo por el punto de apoyo adecuado. Una vez elevado, coloca soportes o torres mecánicas para mayor seguridad. Retira las tuercas por completo y quita la rueda.
Ubica los tornillos que sujetan la pinza de freno a su soporte. Con la herramienta adecuada (llave o dado), afloja y retira los tornillos del caliper. Una vez suelto, extrae la pinza con cuidado y cuélgala con un gancho o alambre para evitar que cuelgue del flexible de freno, ya que eso puede dañarlo.
Algunos discos no pueden retirarse hasta que se quite el soporte del caliper. Este soporte se sujeta generalmente con dos tornillos más grandes. Usa una llave de impacto o de fuerza si están muy apretados.
Con la pinza y su soporte fuera del camino, el disco debería salir con facilidad. Si está atascado por óxido o desgaste, puedes aplicar un poco de lubricante afloja-todo y golpear con un martillo de goma en la parte trasera del disco (nunca en el centro del cubo o los bordes del disco). Algunos discos tienen orificios roscados donde puedes insertar tornillos para expulsarlos gradualmente.
Una vez retirado el disco, inspecciona su grosor, estado superficial, y presencia de surcos o desgaste irregular. También revisa las pastillas de freno, el estado del caliper y el pistón. Si el disco está muy desgastado o rayado, se recomienda rectificarlo o reemplazarlo.
Si vas a colocar un disco nuevo o simplemente estás reinstalando el existente, limpia bien la superficie del cubo y del disco con un desengrasante o limpiador de frenos. Coloca el disco, vuelve a instalar el soporte del caliper (si lo retiraste), luego la pinza con las pastillas en su lugar. Asegúrate de apretar los tornillos al torque recomendado por el fabricante. Finalmente, vuelve a colocar la rueda, baja el vehículo, y aprieta las tuercas en cruz.
A partir del análisis realizado, se concluye que ambos sistemas tienen funciones específicas que los hacen útiles en distintos contextos. Los frenos de disco ofrecen mayor eficiencia térmica y mejor rendimiento en condiciones exigentes, lo que los hace comunes en vehículos de alto desempeño y modernos. Por su parte, los frenos de tambor continúan siendo utilizados por su menor costo y mantenimiento sencillo, especialmente en vehículos económicos o de menor exigencia. La elección entre uno u otro dependerá del uso previsto del vehículo y de los requerimientos técnicos del fabricante.
se adquirió un conocimiento más profundo sobre los principios de funcionamiento de los sistemas de frenado, su evolución tecnológica y su importancia en la seguridad vial. Se comprendió la razón por la cual coexisten ambos sistemas en el mercado actual, y se valoró la necesidad de elegir el tipo de freno más adecuado según el contexto de uso, considerando no solo el costo, sino también la eficiencia, el mantenimiento y la seguridad.