Hace tiempo...
"Hasta alcanzar el cielo" - Década de los años 60
Cofrades de las Siete Palabras
Hace cincuenta y cinco años, el Jueves Santo, después de los Oficios, las familias recorríamos juntas los siete monumentos por siete Iglesias distintas. Y eso estábamos haciendo toda mi familia aquel día.
Al salir de una de las visitas, todos los hermanos escuchamos, al pronto, un estruendo. Y perplejos preguntamos qué era aquello. Mi padre como respuesta nos condujo hasta aquel sonido atronador. El gentío se agolpaba en las aceras sobre la calzada y no permitía ver nada. Pero dejaban pasar a los niños delante. Así pues, pasamos todos y nos sentamos en el bordillo de la acera.
Desde el suelo la vida se ve muy diferente. Veía sobre todo ropajes blancos, cordones verdes, zapatos negros, una mano, algo metálico, unos flecos... Veía fragmentos de la vida... Pero de pronto vi la vida entera. Un hombre completo levantaba una maza hasta alcanzar el cielo y en el golpe seco sobre el parche de un timbal retumbó la misma eternidad en ese mismo momento.
Aquel hombre y yo éramos la misma sustancia en una unicidad colmada y trascendente cocreando con y en la Belleza, el Amor y la Eternidad. Evidentemente, yo sólo quería estar allí dentro, con aquel hombre y haciendo lo que hacía ese hombre, formando parte de aquel estruendo atravesando la noche y el adentro.
No sé su nombre. No sé quién pudo ser. Es posible que esté vivo. Es posible que esté muerto. Pero jamás lo he olvidado. Él estuvo allí y yo estuve allí con él. Y el conmigo.
Pedí ser cofrade. Tenía cinco años. Mis padres no me dejaron. Volví a pedirlo muchas más veces. No me dejaron. Crecí. Volví a pedirlo. Mis padres me dejaron. La sociedad no me dejó. Sólo eran cofrades los hombres. Y llegó el día, en que dejaron ser cofrade a mujeres. Entonces, yo fui cofrade, y levanté esa maza hasta alcanzar el cielo y en el golpe seco sobre el parche de un timbal retumbó la misma eternidad en ese mismo momento.
Autora: Victoria Tejel
En el ahora...
Más de medio siglo después forman parte de las cofradías abuelas, madres, hijas, nietas. Nosotras.
Créditos y agradecimiento a Jorge Sesé, Víctor Usieto y Mara Pinilla por sus fotografías