-Ad usum privatum parrocchialis-
(para uso privado de la parroquia)
RECEPCIÓN
El celebrante revestido con alba, estola y casulla,
se dirige a la puerta de la Iglesia, recibe a los novios y los saluda amablemente.
Inmediatamente después introduce al rito de aspersión con estas palabras:
Hermanos, bienvenidos a esta celebración que a todos nos llena de alegría. Recordando nuestro bautismo, agradezcamos a Dios este don de su amor.
Se hace un momento de silencio.
El sacerdote dice:
-Bendito seas Dios, Padre todopoderoso, que en tu amor inefable nos has hecho hijos tuyos por medio del Bautismo.
R.- Bendito seas por siempre, Señor.
-Bendito seas Dios, Hijo único, Jesucristo, que por el Bautismo nos has perdonado todos nuestros pecados y nos has hecho participes de tu vida divina.
R.- Bendito seas por siempre, Señor.
-Bendito seas Dios, Espíritu Santo Consolador, que por el Bautismo nos has hecho miembros de la Iglesia y templos vivos de la Santísima Trinidad.
R.- Bendito seas por siempre, Señor.
A continuación, el sacerdote se signa primero con el agua bendita y después rocía con ella a los presentes, diciendo:
- Rocíanos, Señor, con tu misericordia y purifícanos de todos nuestros pecados.
Enseguida, el sacerdote invita a los presentes a iniciar la procesión hacia el altar, diciendo:
- Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
R.- Amen.
Se hace la procesión hacia el altar.
Preceden los ayudantes, sigue el sacerdote, después los novios, a los que, según las costumbres locales, pueden acompañar honoríficamente, por lo menos, los papás y los testigos, hasta el lugar que se les tiene preparado.
Mientras, se entona el de entrada o se toca festivamente el órgano u otro instrumento. El canto de entrada o la música deben expresar la fe de la Iglesia y ser adecuados al rito del Matrimonio.
Todos deben cuidar que esta procesión tenga verdadero carácter litúrgico y se evite la apariencia de cualquier cosa.
Respecto al lugar preparado para los novios, conviene tener en cuenta, a ser posible, que queden situados de tal modo que no den la espalda asamblea.
Al llegar los novios al lugar que se les tiene preparado, si es oportuno, los papás pueden darles la bendición antes de irse a sus lugares.
El sacerdote se acerca al altar, lo saluda con una inclinación profunda y lo venera con un beso. Después va a la sede.
SALUDO
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R.- Amen.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R.- y con tu espíritu.
Queridos hermanos: Llenos de alegría, nos hemos reunido en el nombre del Señor, para esta celebración, acompañando a N. y N. en el día en el que se disponen a celebrar el sacramento del Matrimonio. Para ellos este momento es de singular importancia. Por eso, acompañémoslos con nuestro cariño, amistad y oración fraterna. Escucharemos atentamente con ellos la palabra que Dios nos va a dirigir hoy. Después, como Iglesia, invocaremos a Dios Padre, unidos a su Hijo Jesucristo, Señor nuestro, para que acoja complacido a estos hijos suyos, los bendiga y les conceda vivir siempre unidos.
Se omite el Acto penitencial.
Se dice el himno de Gloria, excepto en Adviento y Cuaresma.
ORACIÓN COLECTA
Oremos. Escucha, Señor, nuestras súplicas y protege bondadosamente la institución del Matrimonio, a la que tú le asignaste la propagación del género humano, para que, lo que tú has unido, Con tu ayuda se conserve. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios Por los siglos de los siglos.
R.- Amén.
o bien:
Dios nuestro, que al crear el género humano quisiste establecer la unión entre el hombre y la mujer une en la fidelidad del amor a estos hijos tuyos {N. y N.], que van a contraer Matrimonio, para que siempre den testimonio con su vida del amor divino que hoy los trae a tu altar. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R.- Amén.
Sigue la liturgia de la Palabra en la forma acostumbrada. Se elegirá siempre por lo menos una lectura que hable explícitamente del Matrimonio.
Escoger 2 lecturas… (Misa entre semana)
1ª. Lectura: A.T. ( del N.T. SÓLO EN PASCUA) / SALMO / ALELUYA (HONOR Y GLORIA EN CUARESMA) / “EVANGELIO”
Escoger 3 lecturas… (Misa en sábado en la tarde-noche).
* Atención: MISAS DE PRECEPTO DOMINICAL. (si su Misa es de precepto, se deja las lecturas del domingo correspondiente)
1ª. Lectura: A.T. (Del N.T. SÓLO EN PASCUA) / SALMO / 2ª. Lectura: N.T. / ALELUYA (HONOR Y GLORIA EN CUARESMA) / “EVANGELIO”
Se elige uno de los esquemas presentados a continuación:
MONICIÓN
Terminada la homilía, y después de un breve momento de silencio, puestos de pie los novios, y situados los testigos a uno y otro lado, el sacerdote se dirige a los contrayentes, con las palabras siguientes u otras parecidas.
Queridos hermanos: Estamos aquí, junto al altar de Dios, para que él confirme con su gracia la voluntad que ustedes tienen de contraer Matrimonio ante el ministro de la Iglesia y esta comunidad cristiana que la hace presente. Cristo bendice con abundancia el amor conyugal que ustedes se tienen, y él, que los consagró un día con el santo Bautismo, los enriquece hoy y les da fuerza con un Sacramento peculiar para que se guarden mutua y perpetua fidelidad y puedan cumplir todas las obligaciones del Matrimonio. Por lo tanto, ante esta asamblea, les pregunto sobre su intención:
INTERROGATORIO ANTES DEL CONSENTIMIENTO
Entonces el sacerdote los interroga acerca de la libertad, la fidelidad y la aceptación y educación de los hijos, y cada uno de ellos responde.
- N. y N., ¿han venido aquí a contraer Matrimonio por su libre y plena voluntad y sin que nada ni nadie los presione?
R. Sí, vengo libremente.
-¿Están dispuestos a ser fieles el uno al otro en el Matrimonio, durante toda la vida?
R. Sí, estoy dispuesto(a).
La siguiente pregunta se puede omitir si las circunstancias lo aconsejan, por ejemplo, si los novios son de edad avanzada:
-¿Están dispuestos a recibir de Dios, responsable y amorosamente, los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su Iglesia?
R. Sí, estoy dispuesto(a).
o bien:
- N. y N. ¿vienen a contraer Matrimonio con entera libertad?
R. Sí.
- ¿Se comprometen a amarse y guardarse mutua fidelidad durante toda su vida?
R. Sí.
- ¿Están dispuestos a recibir responsablemente los hijos, fruto de su amor, y a educarlos en la fe de Cristo?
R. Sí.
CONSENTIMIENTO
La comunidad se pone de Pie.
Así, pues, ya que quieren establecer entre ustedes la alianza santa del Matrimonio, unan sus manos, y expresen su consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.
Los novios, vueltos el uno hacia el otro, unen sus manos.
El novio dice:
Yo, N., te acepto a ti, N., como mi esposa y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
La novia dice:
Yo, N., te acepto a ti, N., como mi esposo y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Otras formas del CONSENTIMIENTO
CONFIRMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO
Luego el sacerdote que recibe el consentimiento, extendiendo la mano sobre las manos unidas de los esposos, dice:
El Señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado ante la Iglesia y cumpla en ustedes su bendición. Y lo que Dios acaba de unir, que nunca lo separe el hombre.
R.- Amén.
o bien:
El Dios de Abraham,
el Dios de Isaac,
el Dios de Jacob,
el Dios que unió a nuestros primeros padres en el paraíso
confirme este consentimiento mutuo
que ustedes han manifestado ante la Iglesia
y, en Cristo, les otorgue su bendición,
de manera que lo que Dios ha unido
nunca los separe el hombre.
El sacerdote invita a los presentes a alabar a Dios:
Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Terminada la aclamación la comunidad se sienta.
En este momento, según las costumbres del lugar, el esposo levanta el velo con el que la esposa cubre su rostro.
BENDICIÓN Y ENTREGA DE ANILLOS Y DE ARRAS
Bendice + Señor, a estos hijos tuyos, N. y N., y santifícalos en tu amor, y que estos anillos y estas arras, símbolos de fidelidad y de ayuda mutua, les recuerden siempre el cariño que se tienen. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R.- Amen
Si es oportuno, rocía los anillos y las arras con agua bendita y entrega los anillos a los esposos.
El esposo coloca en el dedo anular de la esposa el anillo a ella destinado, diciendo:
El esposo dice:
N. recibe este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
De la misma manera, la esposa coloca el anillo destinado a su esposo en el dedo anular de éste.
La esposa dice:
N. recibe este anillo como signo de mi amor y de que siempre te seré fiel. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Luego el esposo torna las arras y teniéndolas entre las manos juntas las entrega a la esposa que las recibe con las dos manos debajo de las de su esposo.
El esposo dice:
N., recibe también estas arras como prenda de la bendición de Dios y del cuidado que tendré de que no falte lo necesario en nuestro hogar.
La esposa dice:
N., yo las recibo como prenda de la bendición de Dios y en señal de los bienes que vamos a compartir.
ENTREGA DE LA SAGRADA BIBLIA
Según la costumbre de algunos lugares, en este momento el que preside puede hacer la entrega de la Biblia a los esposos con estas o semejantes palabras:
Reciban el libro de la Sagrada Escritura, que contiene la Palabra de Dios. Que esta Palabra sea fuente de luz y de vida en el camino que hoy emprenden como esposos cristianos.
En este momento, la comunidad puede entonar un himno o canto de alabanza.
ORACIÓN UNIVERSAL
Hermanos: Invoquemos ahora confiadamente a Dios Padre y pidámosle que escuche nuestra oración por los nuevos esposos N. y N., por la Iglesia universal y por toda la familia humana.
Después de cada petición responderemos: Te rogamos, óyenos.
1. Para que Dios les conceda a N. y N. salud y paz, trabajo y alegría, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
2. Para que, apoyados en la fuerza divina, hagan de su casa un hogar acogedor, verdadera Iglesia doméstica, ruguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
3. Para que, viviendo la intimidad de su hogar, no sean insensibles a las necesidades y sufrimientos de la gran familia humana, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
4. Para que sean padres responsables y sepan educar a sus hijos en la rectitud de carácter y en la integridad de la fe, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
5. Para que los papás de N. y N. se alegren al contemplar el Matrimonio de sus hijos y vean en él el coronamiento de sus esfuerzos por educarlos, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
6. Para que todos los familiares y amigos de los nuevos esposos, que los han precedido ya en la morada eterna, gocen de la felicidad sin fin en compañía de los santos, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
7. Para que toda la familia humana sea cada día con mayor intensidad lugar de convivencia pacífica y cordial, y para que la Iglesia de Jesucristo sea cada ve más comunidad de fe, de oración y de caridad fraterna, roguemos al Señor. R/. Te rogamos, óyenos.
Señor Dios todopoderoso que desde el principio del mundo santificaste la unión matrimonial, escucha nuestra oración y haz que los nuevos esposos N. y N. consigan con abundancia los bienes que para ellos te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R.- Amén
Otras formas de ORACIÓN UNIVERSAL
Puede, en este momento, colocarse el Lazo, estando ellos de rodillas.
pero esto puede reservarse para la Bendición nupcial.
Sigue la Misa como de costumbre
Después del Padre nuestro
BENDICIÓN NUPCIAL
*El Lazo
Si no se puso al terminar la Oración universal, se puede poner en este momento.
Los esposos se arrodillan
N.y N., ustedes, como esposos cristianos, están ya unidos para siempre. En este momento en que la santa Madre Iglesia va a implorar solemnemente la bendición de Dios sobre ustedes, se les va a colocar el lazo, símbolo de la unidad indisoluble que, por amor y mutua entrega, deberán vivir todos los días de su vida.
Terminada la monición,
se les pone el lazo y permanecen de rodillas.
Pidamos a Dios que estos esposos que han venido al altar para unirse en matrimonio, (por la participación del Cuerpo y la Sangre de Cristo) vivan siempre unidos por el amor.
Todos oran en silencio durante un breve espacio de tiempo. Luego, el sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:
Padre Santo, autor de todo el universo,
que creaste a tu imagen al hombre y a la mujer
y colmaste de bendición su unión conyugal;
te pedimos por estos hijos tuyos
que hoy se unen por el sacramento del Matrimonio.
Que descienda, Señor, sobre esta esposa N.
y el compañero de su vida N.,
la abundancia de tu bendición,
y que la fuerza de tu Espíritu Santo inflame sus corazones
para que al gozo de su vida matrimonial
añadan el encanto de los hijos y enriquezcan con ellos a tu Iglesia.
Que te alaben, Señor, en sus alegrías;
que te busquen en sus tristezas;
que en sus trabajos encuentren el gozo de tu ayuda y,
en la necesidad, sientan cercano tu consuelo;
que te invoquen en las reuniones sagradas;
que den testimonio de ti entre los hombres
y, después de una ancianidad feliz, lleguen al Reino de los cielos,
acompañados de quienes hoy comparten su alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén
O bien:
Padre santo, que hiciste a los hombres a imagen tuya
y los creaste varón y mujer para que,
unidos en la carne y en el espíritu,
fueran colaboradores de tu creación,
extiende sobre estos hijos tuyos N. y N..
tu mano amorosa.
Concédeles, Señor,
que en la comunidad sacramental que hoy inician
se comuniquen los dones de tu amor y,
siendo el uno para el otro signo de tu presencia,
sean un solo corazón y un solo espíritu.
Concédeles también que sepan
conservar y proteger su nuevo hogar
y formen a sus hijos según el Evangelio,
para que, así, puedan éstos algún día
incorporarse para siempre a tu familia celestial.
Colma de bendiciones a tu hija N,
para que pueda cumplir sus deberes
de esposa y madre,
dé calor a su hogar con un amor puro
y con su afabilidad lo adorne.
Bendice también a tu hijo N.
para que cumpla dignamente su misión
de esposo fiel y padre providente.
Concede, Padre santo, a estos hijos tuyos
que han unido sus vidas ante ti,
(y quieren ahora, por primera vez como esposos,
acercarse a tu mesa)
participar algún día, alegremente,
del banquete celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Terminada la bendición, se les retira el lazo y se ponen de pie.
RITO DE LA PAZ
La paz del Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
Dense fraternalmente la paz.
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado el mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo: ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo: danos la paz.
Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R. Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
SAGRADA COMUNIÓN
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia del sacramento del Matrimonio actúe de día en día en la vida de estos esposos, y que la Eucaristía que hemos ofrecido y recibido, nos haga vivir a todos como hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén
*Entrega del ramo
Donde se tenga la costumbre, después de la oración post comunión, y antes de la bendición final, la esposa, acompañada de su esposo,
se acercan a depositar el ramo ante el Santísimo
o ante la imagen de la Virgen María.
Este es el momento apropiado para un canto mariano.
El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu Espíritu.
Que el eterno Padre los conserve unidos en el amor,
para que la paz de Cristo habite en ustedes
y permanezca en su hogar.
R. Amén.
Que tengan en los hijos una bendición,
en los amigos un consuelo
y en el trato con todos, una paz verdadera.
R. Amén.
Que sean testigos del amor de Dios en el mundo,
para que los pobres y afligidos,
habiendo encontrado en ustedes ayuda y consuelo,
los reciban con gratitud algún día en la casa eterna de Padre.
R. Amén.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes.
R. Amén.
El Diácono despide a los Esposos y a la Asamblea diciendo:
Den testimonio en la Iglesia y en el mundo, del don de la vida y del amor que han celebrado. En la paz de Cristo vayan a servir a Dios y a sus hermanos.
R. Demos gracias a Dios.
++++
"...También se puede meditar con las lecturas bíblicas y enriquecer la comprensión de los anillos que se intercambian, o de otros signos que formen parte del rito.
Pero no sería bueno que se llegue al casamiento sin haber orado juntos, el uno por el otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles y generosos, preguntándole juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos, e incluso consagrando su amor ante una imagen de María.
Quienes los acompañen en la preparación del matrimonio deberían orientarlos para que sepan vivir esos momentos de oración que pueden hacerles mucho bien.
«La liturgia nupcial es un evento único, que se vive en el contexto familiar y social de una fiesta. Jesús inició sus milagros en el banquete de bodas de Caná: el vino bueno del milagro del Señor, que anima el nacimiento de una nueva familia, es el vino nuevo de la Alianza de Cristo con los hombres y mujeres de todos los tiempos."
EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL
AMORIS LAETITIA n. 216.
DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL AMOR EN LA FAMILIA