Volotham bajaba una cuesta de una de las empinadas calles de Neverwinter. Absorto en sus pensamientos sobre los sucesos acontecidos en la ciudad, nuestro académico Volo había conocido a muchos monstruos y villanos y siempre había un plan detrás de todo. Los planes de la Sombra Iluminada le cuadraban más o menos, no sabía cuál era el objetivo de la plaga, pero sin duda poner en jaque una ciudad como esta siempre iba bien para un objetivo mayor.
¿Pero por qué tantos novatos?
Normalmente los grupos de héroes de la historia de los Reinos no suelen sobrepasar el número cinco. Aquí tenemos a más de treinta nuevos héroes dispuestos a salvar el mundo. Volotham esperaba que en los abundantes textos recogidos en la ciudad encontrase algo. A pesar de todas las desgracias, Neverwinter era una de las ciudades más cultivadas de toda la Costa de la Espada. Su destino era la biblioteca de la Señora de la Magia y actual gobernante de la ciudad, Nikthra Valiente.En la biblioteca de la canciller un joven enano esperaba.
-La Señora Protectora de la ciudad se disculpa por no estar aquí, pues lamentablemente la ciudad requiere de su trabajo, me ha encomendado a mí ayudarle con aquello que necesite. Puede referirse a mí por mi nombre dado, Ebmand.
-Oh, claro. No te preocupes, joven, estaba buscando tratados, estudios o, en general, cualquier documentación sobre grupos de héroes.
El joven empezó a traer y apilar documentos y Volo se sumergió en ellos…
Horas más tarde el mago no tenía nada claro. No había ninguna norma divina o planar que hiciera que los héroes lucharan en grupo. Y sin embargo pasaba. Volo levantó la vista del último libro, frustrado, y pregunto a Ebmand.
-¿Es el último?
-Más o menos señor. No es un documento como tal, sino un estudio que recoge los datos del primer grupo de héroes conocidos en la historia.
-Mmm, puede ser interesante. ¿Me lo acercas, por favor?
Llamar estudio a lo que trajo el enano era como poco un halago. Era una serie de notas sobre unas figuras heroicas que se repetían como mitos. No tenían un nombre dado pero tenían algunas funciones: Como el líder, el paladín, el bardo o el pícaro. Estas figuras supuestamente hicieron la primera gran tarea para los dioses; desafiaron a un mal primigenio que podía provocar la destrucción y, una vez lo derrotaron, algo cambió. Algo provocó que acabarán desafiando a los dioses y estos acabaron castigándolos, forzándolos a cumplir tareas, malditos o acabados. Menos su líder, que hasta donde se sabe fue ejecutado por las tropas divinas.
Todos los textos reseñaban que los Primeros, nombre que se les ha dado popularmente, descubrieron algo, un arma peligrosa que usaron cuando sus relaciones con los dioses pasarón de serviciales a conflictivas.
Volo se hacía mil conjeturas. Alguien le observaba, una figura podía ver como poco a poco el ladrón de conocimiento se hacía las preguntas correctas en el momento equivocado.
Y esa figura se encontraba complacida, pues al final todo iba acorde a su plan.
Continuará….