Los asteroides son pequeños cuerpos rocosos o metálicos que orbitan alrededor del Sol, al igual que los planetas, pero son mucho más pequeños y no tienen la forma esférica de un planeta. Por su tamaño, a menudo se les llama planetas menores.
Composición: Están hechos principalmente de roca y, a veces, contienen metales (como hierro y níquel) o arcilla.
Forma: Casi todos tienen formas muy irregulares y dentadas, como patatas cósmicas, aunque los más grandes pueden ser un poco más redondeados.
Origen: Son considerados "fósiles" o restos de la formación de nuestro Sistema Solar hace unos 4.600 millones de años. Nunca llegaron a unirse para formar un planeta grande.
La mayoría de los asteroides se concentran en una región conocida como el Cinturón de Asteroides, que es un "anillo" gigante ubicado entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Sin embargo, hay otros grupos en diferentes lugares, e incluso algunos que cruzan las órbitas de planetas como la Tierra (estos son los llamados NEOS o Asteroides Cercanos a la Tierra).
Esta es la diferencia más importante para entender:
Asteroide: El cuerpo rocoso grande que está en el espacio, orbitando al Sol.
Meteoroide: Es un fragmento más pequeño (como un guijarro o una roca pequeña) que proviene de un asteroide o un cometa.
Meteoro (Estrella Fugaz): Es lo que ocurre cuando un meteoroide entra en la atmósfera de la Tierra y se quema por la fricción, creando un rastro de luz brillante en el cielo.
Meteorito: Es la parte de esa roca (el meteoroide) que sobrevive al viaje a través de la atmósfera y llega a estrellarse contra la superficie terrestre.
Por su composición, se pueden dividir los asteroides en tres grandes grupos (la taxonomía total es más compleja)
Composición: Son ricos en carbono y otros compuestos, como rocas de arcilla y silicatos.
Apariencia: Son muy oscuros (tienen un albedo bajo) porque el carbono absorbe mucha luz.
Abundancia: Son el tipo de asteroide más común, constituyendo aproximadamente el 75% de los conocidos.
Ubicación: Predominan en la parte exterior del Cinturón de Asteroides. Se consideran los objetos más primitivos y antiguos del Sistema Solar.
Composición: Contienen principalmente silicatos (materiales rocosos) y algo de níquel-hierro.
Apariencia: Son moderadamente brillantes.
Abundancia: Son el segundo grupo más común, representando cerca del 17% de la población.
Ubicación: Son más frecuentes en la parte interior del Cinturón de Asteroides.
3. Tipo M (Metálicos)
Composición: Están compuestos casi en su totalidad por metales, principalmente níquel y hierro.
Apariencia: Son los más brillantes de los tres, ya que el metal refleja más luz.
Origen: Se cree que son los núcleos expuestos de cuerpos más grandes que fueron destruidos por colisiones.
Ubicación: Se encuentran principalmente en la región central del Cinturón de Asteroides.
Además de estos tres grandes grupos (C, S, M), existen otros tipos menos comunes con composiciones más específicas, como por ejemplo el Tipo V (que incluye a Vesta), que son ricos en basalto.
TIPOS DE ASTEROIDES POR SU ÓRBITA
Los asteroides se clasifican por su órbita en diferentes grupos, cada uno con características y ubicaciones específicas en el Sistema Solar.
Asteroides del cinturón principal
Son los más numerosos y se encuentran en el cinturón de asteroides, una región entre las órbitas de Marte y Júpiter. Este cinturón alberga millones de asteroides, desde rocas pequeñas hasta cuerpos de cientos de kilómetros de diámetro. La inmensa fuerza gravitacional de Júpiter impidió que estos cuerpos se agruparan y formaran un planeta, dispersándolos y manteniéndolos en órbita alrededor del Sol.
Asteroides troyanos
Son asteroides que comparten la órbita de un planeta y se ubican en los puntos de Lagrange L₄ y L₅, que son puntos de equilibrio gravitacional situados 60° delante y 60° detrás del planeta en su trayectoria. El grupo más conocido es el de los troyanos de Júpiter, aunque otros planetas como Marte y Neptuno también tienen sus propios asteroides troyanos. A fecha de hoy se conocen dos troyanos que acompañan a la Tierra, difíciles de capatar por aficionados por tener un brillo muy débil (magnitud superior a 23)
Asteroides cercanos a la Tierra (NEA) o (NEOS)
Son un grupo de asteroides cuyas órbitas los llevan a estar relativamente cerca de la órbita de la Tierra. Se subdividen en tres categorías principales basadas en la proximidad de su órbita a la nuestra:
Asteroides Amor: Sus órbitas cruzan la órbita de Marte, pero no la de la Tierra, aunque se pueden aproximar mucho a ella por el exterior)
Asteroides Apolo: Sus órbitas cruzan la órbita de la Tierra y son los más numerosos de este grupo.
Asteroides Atón (o Atenas): Sus órbitas son en su mayoría interiores a la de la Tierra. Algunos de ellos sí la cruzan, al igual que los Apolo.
Centauros
Los centauros son cuerpos menores del Sistema Solar con órbitas inestables que cruzan las de los planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). Se considera que son una mezcla de asteroides y cometas, y se cree que muchos de los cometas de corto período se originan a partir de centauros. Suelen tener composiciones heladas y rocosas.
Objetos transneptunianos
Estos objetos orbitan más allá de Neptuno. Los principales grupos son:
Objetos del cinturón de Kuiper: Se encuentran en un anillo de cuerpos helados que se extiende desde la órbita de Neptuno. Este cinturón es mucho más grande que el cinturón de asteroides principal y contiene miles de cuerpos, como el planeta enano Plutón.
Objetos del disco disperso: Son un grupo de objetos con órbitas muy excéntricas e inclinadas que se extienden mucho más allá del cinturón de Kuiper. Se cree que fueron "dispersados" de sus órbitas originales por la influencia gravitatoria de Neptuno. El planeta enano Eris es un ejemplo destacado de este tipo.
LOS PHA, o asteroides Potencialmente Peligrosos
De entre los NEOs, hay un grupo denominado Asteroides Potencialmente Peligrosos (PHA), por sus siglas en inglés (Potentially Hazardous Asteroids). Cumplen dos criterios principales que los hacen dignos de vigilancia:
Un asteroide es clasificado como PHA si cumple simultáneamente con estas dos condiciones:
Proximidad Orbital: Su Distancia Mínima de Intersección Orbital (MOID) con la órbita terrestre es de 0.05 Unidades Astronómicas (UA) o menos (aproximadamente 7.5 millones de kilómetros; casi 20 veces la distancia Tierra-Luna).
Tamaño Suficiente: Tiene una magnitud absoluta (H) de 22 o más brillante, lo que generalmente se traduce en un diámetro de 140 metros o más. Un impacto de un objeto de este tamaño o mayor podría causar daños regionales o, si es mucho más grande, una catástrofe global.
La clasificación como PHA solo indica su potencial de peligro, no una amenaza de impacto inminente. La probabilidad real y el daño potencial de un asteroide se evalúan con escalas específicas:
Esta escala utiliza una clasificación de 0 a 10 para evaluar el peligro de impacto de un NEO. Combina la probabilidad de colisión con la energía cinética del impacto (basada en el tamaño del objeto).
Nivel 0 (Blanco/Verde): El riesgo de colisión es cero o insignificante (inferior al "ruido de fondo" de eventos aleatorios).
Nivel 10 (Rojo): Colisión segura, capaz de causar una catástrofe climática global (como el evento de extinción del Cretácico-Paleógeno).
Es una escala logarítmica más técnica utilizada por los astrónomos para comparar el riesgo de impacto de un NEO con el riesgo de fondo que representan otros objetos del mismo tamaño.
Un valor de -2 significa que el evento es 100 veces menos probable que el riesgo de fondo.
Un valor de 0 significa que la probabilidad de impacto es igual a la probabilidad del riesgo de fondo.
Un valor de +2 significa que es 100 veces más probable que el riesgo de fondo.
Organizaciones como el Minor Planet Center MPC, la NASA (a través del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra, CNEOS) y la ESA (Agencia Espacial Europea) monitorizan constantemente estos objetos para refinar sus órbitas y predecir posibles acercamientos futuros. Para ello es fundamental la aportación que hacemos los astrónomos ameteurs con código de observatorio reconocido por el MPC. Muchos de nosotros dedicamos noches en capturar y seguir estos objetos con la precision suficiente y acreditada para enviar nuestras observaciones al MPC y se utilizan para establecer la órbita con la menor incertidumbre posible.
El objetivo de clasificarlos y seguirlos es tener tiempo suficiente para desarrollar y ejecutar misiones de mitigación si fuera necesario, como la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA, que demostró la viabilidad de desviar un asteroide con un impacto cinético.