Depresión


La tristeza es una emoción que tiene su origen en la pérdida de algo querido y como función la de pedir ayuda. En casos extremos, su duración o intensidad la hace disfuncional y se convierte en patológica y aparece la depresión.

La visión de la depresión desde esta perspectiva permite ver la depresión en lugar de cómo una enfermedad como un problema de aprendizaje manejable. Esto no significa que no pueda haber alguna vez que se dé una depresión debida a una enfermedad que provoque un desequilibrio en los neurotransmisores sin que se dé un cambio en el contexto social. Pero también es cierto que, cuando ha aparecido una depresión, el contexto social cambia, fundamentalmente por los cambios en el comportamiento de la persona y los neurotransmisores se desequilibran para ajustarse a la conducta depresiva de la persona.

La persona con depresión se aísla de los demás, ya que no encuentra placer en las relaciones sociales, y se vuelve incapaz de afrontar su día a día. Con el tiempo, comienza a pensar negativamente sobre sí misma, sobre el mundo y sobre su futuro.

Las personas con depresión que no buscan ayuda sufren innecesariamente. Los sentimientos y preocupaciones no expresados, acompañados por una sensación de aislamiento, pueden empeorar la depresión.

La depresión es un trastorno frecuente. Con la terapia cognitivo-conductual trabajaremos el conocimiento de la depresión, la creación de un estilo de vida saludable, el entrenamiento en habilidades sociales y estrategias para recuperar las emociones agradables y trabajaremos el autoconcepto y las autoexigencias que fomentan los síntomas.

El apoyo y la participación de la familia y amigos puede desempeñar un papel crucial para ayudar a alguien con depresión. Las personas en el sistema de apoyo pueden ayudar a alentar al ser querido deprimido a buscar o seguir el tratamiento y a poner en práctica las técnicas de afrontamiento y tácticas para la resolución de problemas que aprenda mediante la psicoterapia.

Relación entre la ansiedad y depresión

Se consideran categorías diagnósticas diferentes, pero suelen estar íntimamente relacionadas. La explicación más clara se refiere a la depresión que surge de un intento de solucionar un problema. La solución del problema supone un esfuerzo que genera una ansiedad que se va incrementando a medida que se comprueba que no se puede solucionar el problema. En ese momento aparece la depresión, pero lógicamente no se abandona del todo el intento de solución del problema con lo cual la ansiedad persiste asociada a la depresión.

Tanto ansiedad como depresión son formas de reaccionar ante eventos externos o internos. Por lo que en ellas son muy importantes las atribuciones. Si un evento lo vemos como una amenaza se disparará nuestro sistema de alerta (la ansiedad), si lo interpretamos como una pérdida o un fallo, seguramente se activará nuestro sistema de conservación de energía (la depresión).

Los principales rasgos que tienen en común la ansiedad y la depresión son las sensaciones de culpabilidad, irritabilidad, bajo estado anímico y dolor emocional elevado.

Con psicoterapia puedes reducir estos síntomas y mejorar tu calidad de vida.