Las empresas deben ser consideradas entidades diferenciadas de sus propietarios y sus operaciones, entonces, deben registrarse teniendo en cuenta el efecto que tienen en el mismo y no en ellos.
En todo el mundo, la actividad económica es llevada a cabo por entidades identificables que constituyen combinaciones de recursos humanos, recursos naturales y capital, que estarán coordinados por una autoridad que toma las decisiones, las cuales, estarán siempre encaminadas a la consecución de los fines de la entidad.
Cabe destacar, que la contabilidad se preocupa por identificar a aquella entidad que ostenta fines económicos particulares y que es independiente de otras entidades; mientras tanto, para identificar una entidad se emplean dos criterios diferentes, por un lado, un conjunto de criterios destinados a la satisfacción de alguna necesidad social con estructura y operación propios. Y otra parte un conjunto de decisiones independientes en relación al logro de fines específicos, que es lo mismo a decir la satisfacción de una necesidad social.
De lo antedicho se desprende claramente que la personalidad de un negocio es independiente de la de sus accionistas o propietarios y por tanto en sus estados financieros solamente deberán incluirse los bienes, valores, obligaciones y derechos del ente económico independiente.
La entidad podrá ser una persona física, una persona moral, o en su defecto, una combinación de varias de ellas.
Los recursos y hechos económicos deben contabilizarse y revelarse teniendo en cuenta si el ente económico continuará o no funcionando normalmente en períodos futuros. En caso de que el ente económico no vaya a continuar en marcha, la información contable así deberá expresarlo.
Al evaluar la continuidad de un ente económico debe tenerse en cuenta que asuntos tales como los que se señalan a continuación, pueden indicar que el ente económico no continuará funcionando normalmente:
. Tendencias negativas (pérdidas recurrentes, deficiencias de capital de trabajo, flujos de efectivo negativos).
Indicios de posibles dificultades financieras (incumplimiento de obligaciones, problemas de acceso al crédito, refinanciaciones, venta de activos importantes)
. Otras situaciones internas o externas (restricciones jurídicas a la posibilidad de operar, huelgas, catástrofes naturales).
Por virtud del postulado de período es necesario resolver cómo se miden y revelan los elementos de los estados financieros a la terminación de cada ejercicio.
Es aquí en donde cobra sentido el principio de continuidad o de empresa en marcha o de empresa en funcionamiento.
Al elaborar los estados financieros, la gerencia evaluará la capacidad que tiene una entidad para continuar en funcionamiento. Una entidad elaborará los estados financieros bajo la hipótesis de negocio en marcha, a menos que la gerencia pretenda liquidar la entidad o cesar en su actividad, o bien no exista otra alternativa más realista que proceder de una de estas formas.
Cuando la gerencia, al realizar esta evaluación, sea consciente de la existencia de incertidumbres importantes, relativas a eventos o condiciones que puedan aportar dudas significativas sobre la posibilidad de que la entidad siga funcionando normalmente, procederá a revelarlas en los estados financieros.