El artículo 2, párrafo 4, de la Carta de las Naciones Unidas, prohíbe la amenaza y el uso de la fuerza militar para la resolución de conflictos internacionales y, más en general, la posibilidad de que los estados miembros de la ONU recurran al uso de la fuerza. El artículo 51 de la Carta, sin embargo, admite la creación de organizaciones independientes dentro de la ONU con el propósito del excepcional uso de las armas a fines de "legítima defensa": este concepto transforma el derecho conocido hasta ese momento a través de la posibilidad que un Estado arme un ejercito nacional con objetivo sobre-nacional que pueda al mismo tiempo evitar un conflicto y “proteger” el estado afectado.

La OTAN forma parte, al igual que otros pactos militares, de la categoría prevista por el mencionado reglamento de la Carta de la ONU (sin dejar de ser conforme al derecho internacional y a la Carta de las Naciones Unidas).

La base de la OTAN es un lugar que goza de extraterritorialidad, es decir, no está sujeto a los poderes legales del estado en el que se encuentra, donde se acogen soldados y material de la OTAN (territorio o estructura). Básicamente se trata de un lugar autónomo con reglas autónomas; mientras que un campo militar, también llamada servidumbre militar, es el territorio otorgado o utilizado por uno o más Estados de acuerdo con tratados y restricciones internacionales, y con la posibilidad de probar armamentos, tecnologías o realizar ejercicios de conjunto.