Un estado de paz profunda que ocurre cuando la mente se aquieta.
Durante la meditación, se pueden experimentar cosas diversas. Todos tenemos diferentes respuestas y hasta la misma persona puede tener diferentes experiencias en momentos distintos.
En general se percibe paz mental y cambio de vibraciones hacia la calma y la profundidad.
Lo importante es no juzgar nuestra meditación. No pensar si se está haciendo bien o no (algo muy común que todos hacemos en algún momento). Simplemente hacerla. Regalarnos este tiempo de silencio e introspección que puede tener tantos beneficios en nuestra vida.
Con frecuencia he escuchado decir al líder espiritual Deepak Chopra que lo "estás haciendo bien si le inviertes tiempo, no te preocupes tanto por saber si lo estás haciendo bien". Lo importante es hacerlo. Sin pensar mucho, sin planear mucho, sin darle tantas vueltas. Simplemente hazlo regularmente, diariamente. No te va a salir mal. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que te relajes y tengas unos minutos de calma en tu día. Nada mal, ¿no?
Existen diferentes tipos de meditación. Si ya has experimentado con varios, probablemente ya encontraste la manera que funciona para ti. Si no, te recomiendo explorar diferentes modos de meditación hasta que encuentres uno (o la combinación de varios) que te guste.
En la sección "Práctica de Meditación" explico más a profundidad diversas herramientas y tipos de meditación que puedes explorar.
La Brecha
Hace algún tiempo, caminando por las calles de San Francisco, llegó a mis manos una hoja de papel con un texto cuyo título ya había visto miles de veces: “¿por qué meditar?”. Dado que lo tenía en la mano y tenía tiempo para leerlo, lo ojeé y luego me absorbió completamente. Es una de las explicaciones más completas que he leído sobre la meditación. Aquí está el texto, que, según el papelito fue escrito por el filósofo americano Dr. Wayne Dyer en el libro “Getting into The Gap”. No sé si el libro existe en español; la siguiente es mi traducción:
"Muchas personas en algún momento u otro han considerado esta pregunta y han generado diferentes tipos de respuestas. Muchas de las razones para meditar incluyen reducir estrés, cultivar paz, eliminar fatiga, reducir el proceso de envejecimiento, mejorar la memoria, encontrar claridad de propósito, y hasta sanación. Todos estos son motivos poderosos para empezar una práctica de meditación. ¿A quién lo le gustaría la vida de salud, felicidad y propósito que sería el resultado de estos beneficios? Sin embargo, todas estas razones pierden significado frente a la noción de que la meditación es nuestra manera de tener contacto consciente con Dios.
La razón principal de hacer de la meditación parte de la vida diaria es unir fuerzas con nuestra energía sagrada y retomar el poder de la Fuente (Dios). A través de la meditación podemos llegar a la abundancia de la energía creativa que reside en nosotros, y a una experiencia de vida más significativa, lo que nos enriquece permanentemente. Al meditar, llegamos a conocer a Dios, en lugar de aprender sobre Él.
(…)
Cuando meditamos, comenzamos a calmar la mente. A medida que nos volvemos más adeptos a ir al silencio interno, llegamos a conocer la paz de Dios en nuestro ser entero. Intuitivamente buscamos unión con nuestra Fuente creadora. Silencio o meditación, es el camino a ese centro. Podemos hacer contacto consciente con Dios, transcender las limitaciones de un mundo dicótomo, y retomar el poder que sólo está disponible para nosotros cuando estamos conectados con la Fuente. Esto es a lo que yo llamo entrar en la brecha. Es donde creamos, manifestamos, sanamos, vivimos y realizamos a un nivel milagroso. La brecha es el poderoso silencio al que podemos acceder a través de la meditación. Al entrar en esta brecha elusiva entre un pensamiento y otro, podemos acceder quietud (…)
Nuestra razón final para meditar es adentrarnos en esa brecha donde podemos entrar a un lugar sagrado y conocer el poder ilimitado de la Fuente (…) Pero si has intentado meditar antes, sabes que tus pensamientos no estarán quietos.
Pienso que ayuda imaginar mi mente como un estanque. La superficie del estanque es similar a mi charla mental. En la superficie del estanque hay disturbios. Allí están las tormentas, deshechos, congelando y descongelando, por toda la superficie. Bajo la superficie del estanque hay una quietud relativa. Aquí es tranquilo y pacífico. Si es verdad que, como se ha dicho, tenemos cerca de 60.000 pensamientos separados y frecuentemente desconectados durante el día, entonces nuestra mente es como un estanque que tiene muchos disturbios por el agua picada. Pero bajo esa superficie de charla está la brecha donde podemos conocer a Dios y obtener el poder ilimitado de reconectarnos con la Fuente.
Meditar es una manera de aquietar nuestra caja de pensamientos y nadar por debajo de la superficie. Aquí es donde podemos estar en quietud y conocer a (no conocer sobre) Dios. Si tenemos cerca de 60.000 pensamientos todos los días, entonces en todas nuestras horas despiertos es poco probable que en algún momento tengamos la posibilidad de tener espacio en medio de nuestros pensamientos. ¿Cómo podríamos? Con un pensamiento que lleva al siguiente, estén racionalmente conectados o no, simplemente no hay tiempo ni lugar para adentrarnos en la brecha entre pensamientos. Mas es precisamente en esa brecha donde la magia y las posibilidades infinitas nos esperan".